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«Saudade», la realidad cual piezas de un rompecabezas

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Saudade es añoranza, melancolía, tristeza, pero también es esperanza, firmeza, voluntad, ilusión… Sandra Ramy ha vuelto con una obra que la recoloca en un lugar privilegiado de la danza cubana… Las funciones continúan en el teatro Martí, hoy sábado 10, a las 8:00 pm, y mañana domingo 11, a las 5:00 pm.

Por Mercedes Borges Bartutis

El mar puesto como punto de encuentro y partida, como animal que devora sueños y a la vez como tabla salvadora. Sandra Ramy nos ha regalado una imagen muy particular del mar, imagen que transita como una estampa contradictoria en medio de un bosque de incertidumbres y consuelos, todo mezclado, sin prioridades, sin apuros, servido de a poco, engullido a manos llenas.

Saudade te remueve la existencia, es una obra híbrida hecha con la voluntad de muchos, con el encuentro de creadores de procedencias diversas, idea que siempre ha estado en la voluntad de Sandra Ramy: trabajar desde la colaboración, desde el encuentro donde los aportes individuales pesan, aunque bajo su guía se organice el material que va surgiendo en el camino.

El teatro Martí fue testigo del estreno mundial de Saudade, este nueve de junio. La puesta en escena mostró unos de los diseños de luces realmente hermosos. Guido Gali se lució con la puesta, creó la atmósfera ideal para cada escena, para cada momento de clímax, y eso, en estos tiempos, es difícil de lograr en las artes escénicas cubanas.

Saudade, asumida por Persona Colectivo, que en 2023 cumple diez años de creado bajo la dirección de Sandra Ramy, es un ejemplo de cuánto se puede lograr a través de la colaboración entre artistas. La puesta en escena parte del documental del mismo nombre, que se estrenó en abril pasado en Fábrica de Arte Cubano (FAC), con los aportes de un equipo “multicreativo”: Sandra Lopes, Sandra Ramy, Inti Herrera y X Alfonso.

Ahora, para la puesta en escena, se han utilizado algunos fragmentos del documental que se mezclan de forma armoniosa con lo que sucede en el escenario, nada está forzado, las escenas transitan con naturalidad, encontrando armonía de forma individual y todas en conjunto.

La banda sonora que tiene como centro la música del talentoso Pepe Gavilondo, exhibe momentos de lirismo y otros de gran fuerza. Las voces de las Sandras, Ramy y Lopes, en español y portugués, “acarician” al espectador y lo llevan de la mano hasta encontrarse con otros elementos como el sonido de las olas, o los fragmentos del texto Últimos días de una casa, de Dulce María Loynaz, dicho de forma magistral por la performer Tamara Venereo. Tamara es una actriz de larga trayectoria que ha sido colaboradora constante de Sandra Ramy. Tamara Venéreo ha colocado en su cuerpo los múltiples saberes de su carrera, donde se incluye la danza, la televisión, el cine y otras experiencias que devuelve en la escena siempre con maestría.

El resto del elenco se integra con fuerza en el escenario, encontrando la armonía de cada escena, el tempo de los diferentes momentos. Daniela Ponjuan, bailarina y maestra, colaboradora de Sandra de muchos años, llega con entrega en momentos puntuales de la propuesta; mientras que los nuevos integrantes se suman a Persona Colectivo como si siempre hubiese sido su casa. Tahimi Cisneros es una bailarina potente, madura, que abraza la obra desde muchos ángulos; llena de matices, su intervención en la escena de “La carta” es un momento medular para avanzar hacia el final de la pieza. Luis Antonio Salazar es un punto neurálgico dentro de la obra, al cual se le han confiado escenas de gran compromiso en el éxito de la puesta; mientras que el joven Cristian Hernández saca provecho de la ductilidad de su cuerpo y se reafirma como un intérprete sensual en una especie de partida y retorno, en una de las composiciones visuales más hermosas que tiene la obra.

Para la travesía que ha sido el proceso creativo de la versión para escena, Sandra ha tenido como asistente de coreografía a la jovencita Adriana Álvarez Pérez, estudiante de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes, ISA, quien ha sido un punto de sostén fundamental para el proceso. Amanda Vázquez, también estudiante del ISA, y Rodrigo Marrón, quien se mantiene en el grupo como aprendiz, se han beneficiado con los entrenamientos y todo lo que durante cuatro meses han podido apreciar en las largas jornadas de ensayos, en uno de los salones de Fábrica de Arte Cubano, institución que asume la producción de la pieza.

Del elenco original de la obra, solo permanece Tamara Venereo, la pieza está atravesada por su propio planteamiento de abandono, de éxodo… Los fragmentos de textos de Últimos días de una casa, apuntalan la pieza y emergen como estandarte:

¡Con tanta gente que ha vivido en mí, y que de pronto se me vayan todos!… Comprenderán que tengo que decir palabras insensatas. Es algo que no entiendo todavía, como no entiende nadie una injusticia que, más que de los hombres, fuera injusticia del destino…

Saudade recompone la realidad cual piezas de un enorme rompecabezas. La dramaturgia del espectáculo nos recuerda nuestros despojos, conquistas, escapadas, miedos… Saudade es añoranza, melancolía, tristeza, pero también es esperanza, firmeza, voluntad, ilusión. Sandra Ramy ha vuelto con una obra que la recoloca en un lugar privilegiado de la danza cubana con un hacer diferente. La puesta en escena de Saudade lo confirma.

Fotos FACFilms (@larraldepix )