Por José Omar Arteaga
Sandy Benet es un joven artista cubano con muchísimas inquietudes. Como parte de la compañía Danza Unidos ha defendido esa pasión por la danza que no se apaga. Además de bailarín, recientemente concluyó sus estudios de Licenciatura y ostenta una gran responsabilidad en la Asociación Hermanos Saíz, organización por excelencia del arte joven cubano.
Háblame de tu relación con arte, con la danza, ¿qué pistas ha seguido tu formación artística?
Desde pequeño fui un niño muy inquieto, tuve inclinación por las artes. Donde vivía solo me acompañaban en mis juegos las matas de plátano y los sembrados de maíz, fue el campo quien comenzó a darme la luz de lo que en mi interior crecía. Comencé a fijarme en como el viento movía las plantas y el movimiento de la naturaleza, con ellas danzaba, imitaba estos movimientos, era algo muy inocente. Fui descubriendo que danzar también es reír, cantar, llorar, de ahí que mi primer escenario en aquel entonces era un surco de tierra.
En la escuela rural donde estudié una maestra de Preescolar tuvo la iniciativa de hacer un montaje coreográfico con niños y entre ellos estaba yo. Conté con asesoría de la Instructora de Arte en la Casa de Cultura donde comencé a vincularme directamente a la danza desde el Movimiento de Artistas Aficionados donde tuve una amplia participación en eventos y festivales, obteniendo la categoría provincial.
Luego vino la etapa en la Escuela de Instructores de Arte, un tiempo que añoro, aprendí mucho esos años. Mis maestros supieron llenarme de conocimientos para desempeñar la tarea que me esperaba, para la que me había forjado. Mis años como Instructor de Arte a cargo de ese Movimiento de Artistas Aficionados donde pertenecí fueron gratificantes, así fue como supe de la existencia de que existía una compañía profesional de danza contemporánea en Artemisa. Cada día me conformaba menos con ser solo un Instructor de Arte. A pesar de amar mi trabajo y haber tenido varios reconocimientos, necesitaba bailar profesionalmente. Los bailarines de la compañía y su director en aquel momento Alexis me animaban en este empeño.
¿Cuándo llegas a Danza Unidos, que ha significado para ti como artista ser parte de la compañía?
Tras pasar dos cursos de posgrado en la Universidad de las Artes (ISA), el primero de Proyección Escénica de la Danza y el segundo de Danza Contemporánea, mis metas crecieron. A partir de aquí decidí encaminarme en el proceso de profesionalización como bailarín de la compañía Danza Unidos, ya estaba al frente del colectivo danzario Isbel García Villazán.
Mi desempeño profesional y el enriquecimiento escénico interpretativo se lo debo y se lo deberé siempre a ese gran maestro, compartíamos muchas maneras de pensar, de crear y fuimos grandes amigos. Le agradezco la manera extraordinaria en que supo trabajar mi cuerpo, por lo cual hoy soy un profesional sin dudas, hoy tengo mucho más claro técnicas y métodos para pensar, crear e interpretar desde los cuerpos y sus movimientos. Esto se lo debo al enriquecimiento del conocimiento teórico y práctico, a mis estudios y a todos mis maestros y en especial a Isbel.
Este pasado 2020 fue un año difícil en muchos aspectos, la danza cubana perdió a Isbel García Villazán, líder de Danza Unidos, ¿qué retos afronta hoy la compañía para mantenerse y continuar este legado?
Un gran dolor del que todavía no me recupero es la partida física del director y coreógrafo de Danza Unidos, la danza cubana tuvo una pérdida irreparable. La muerte de Isbel fue prematura, apenas cumpliría 35 años, le faltaron muchos sueños por cumplir, proyectos, obras, desplegar aún más su ingenio creativo.
La compañía hoy afronta el gran reto de hacer cada ejercicio, cada montaje, cada clase y hasta lo más simple con el respeto por la danza y por este líder y amigo que se nos fue. Estar en el Callejón de las Artes, espacio que logró realizar Isbel y donde está la sede de Danza Unidos significa mantener su legado, algo que no es una tarea fácil, no obstante, existe la voluntad y el compromiso hacia el arte que nos inculcó.
Sobre su estilo y manera de encaminar el trabajo coreográfico me queda una entrevista que le realicé como parte de la investigación del Trabajo de Diploma de la Licenciatura en Instructor de Arte acerca de la dramaturgia de la danza. Ahora cito algunas de sus palabras:
“Soy un creador muy variable, depende de los estados por los que esté transitando. Me gusta sobre todo cuando estoy en el proceso y creación conversar con mis intérpretes, eso es lo más importante para que ellos lleguen a entender lo que van a hacer. La dramaturgia va cambiando dependiendo de la obra que uno se plantee…”
En esta entrevista pude conocer un poco más sobre Isbel García, sobre su pensamiento, no solo coreográfico sino teórico, así hemos podido mantener ese legado que nos dejó, asumimos el reto.
Ante la situación epidemiológica cubana, ¿qué haces para mantenerte en buenas condiciones físicas e intelectuales?
Creo que ningún ser humano se permitirá olvidar el funesto año 2020, los bailarines tuvimos que dejar a un lado los escenarios y distanciarnos. Así volvimos a las casas, a los espacios que de niños se convertían en el tablado de la escena y desde ahí trabajar. La sala de mi casa ha sido durante todo el tiempo de pandemia el salón donde he mantenido mis condiciones físicas e intelectuales. Ejercicios de flexibilidad, fuerza, resistencia, otros en busca de restablecer las energías o exploraciones del movimiento a partir de determinados temas que han surgido y la improvisación para mantener la capacidad creativa.
El amor por los libros me ayudó a tener siempre algo por leer, a no sentirme abatido en este tiempo de epidemia. Ese estudio personal que tanto enriquece y que no ha quedado en la simple lectura, sino en un hábito de estudio. En esta etapa algunos títulos como El cuerpo creativo de María del Carmen han sido mis principales intereses, sobre todo el capítulo «Fundamentos para la enseñanza de la composición coreográfica», que me incumbe desde mi vocación hacia la pedagogía en el arte y la importancia que tiene este tema que debería ser de interés y estudio constante por parte de los bailarines. Otra lectura fundamental ha sido Temas sobre la Danza cubana, de Mercedes Borges Bartutis, muy importante para conocer sobre la historia de la danza en nuestro país y el repertorio de algunas compañías. Me interesan los artículos y materiales complementarios que aporten conocimientos en cuanto al arte y la danza en específico.
Licenciado en Educación mención Instructor de Arte, vicepresidente de la AHS en tu provincia y bailarín, ¿qué aspiraciones tiene Sandy Benet en cuanto a su desarrollo artístico personal, de Danza Unidos y del arte en su provincia?
Aspiraciones hay muchas y todas tienen un orden, soy de las personas que lucha hasta lograr el propósito. Como bailarín aspiro a crecer hasta llegar a ser el coreógrafo y director que siempre he soñado, hacer mis obras, ser un dramaturgo de la danza, participar en eventos dentro y fuera del país, aportar a la enseñanza artística, ser un investigador de la danza cubana y que se me reconozca por ello. Siempre me propongo superarme, día tras día. Ahora soy Licenciado, pero ya siento la necesidad de hacer una de las maestrías que ofrece la Universidad de las Artes (ISA), esa es la meta que ahora mismo tengo.
En cuanto a Danza Unidos y el legado que debo continuar aspiro a poner en cada propuesta lo aprendido por los maestros que me han antecedido, también por la cotidianidad, eso es lo que me inspira a crear, quiero crear en la compañía y fuera de ella, intercambiar estilos, formas, mantener el repertorio creado por Alexis e Isbel y ser el mejor continuador de estos esfuerzos.
La Asociación Hermanos Saíz en Artemisa hoy se ve más enriquecida en la sección de Artes Escénicas, sobre todo en danza. En el territorio se nota la presencia del arte danzario en todas sus vertientes. Desde octubre del 2019 realizo gracias a esta organización el encuentro de artistas escénicos que lleva el nombre de Escénicos. Mov, otra de las aportaciones del maestro Isbel García Villazán. Mediante este espacio se socializan temas de las artes escénicas en general y sus creadores, es una iniciativa donde el público artemiseño tiene la posibilidad de interactuar con los artistas de esta y otras provincias y conocer sobre el arte cubano que se está desarrollando. En esta provincia no existían espacios como estos que son necesarios para la formación de públicos cultos y la sensibilización hacia las manifestaciones artísticas. Es además, una manera de superación para los artistas, realmente ha dado muy buenos resultados y esperamos volver a ello cuando la situación lo permita.
Como vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en Artemisa estoy proponiendo que las instituciones culturales, sus directivos, los artistas y trabajadores vinculados a la enseñanza artística tengan una vinculación, debe existir una imbricación entre ellas, hay que estar unidos en favor del arte y la cultura en el territorio. Todos tenemos la responsabilidad de velar por ese objetivo común y debemos dialogar, lograr la cohesión para cumplir esta premisa.
Fotos cortesía del entrevistado