Rubén Darío Salazar agradece reconocimiento Iberoamericano

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Por Giselle Bello

“Merecer un reconcomiendo como este a la Gestión Escénica Iberoamericana es una fiesta para el alma, sobre todo porque el teatro es un arte colectivo y yo lo comparto con todos mis colegas que me han ayudado, ya sea a montar una obra, publicar un libro, hacer un documental o un video clic, dar una conferencia u organizar un evento”.

Con estas palabras recibió el actor y director Rubén Darío Salazar Taquechel, líder de Teatro de Las Estaciones, la noticia de haber sido distinguido con el galardón que otorga Iberescena, el Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas.

Este lauro, que abarca toda nuestra franja cultural e idiomática, está dedicado a destacar la vida y obra de quienes han contribuido de manera sobresaliente al desarrollo de las artes escénicas en la región y lleva el nombre del actor, director teatral, dramaturgo y editor español, Guillermo Heras.

Los andares de Rubén Darío (Santiago de Cuba, 1963) por el mundo del teatro de figuras comenzaron desde bien temprano, recién graduado de actuación por el Instituto Superior de Arte (Isa), a finales de los 80, se unió a la tropa de la compañía matancera Papalote, bajo la dirección de quien sin dudas se convirtió en su su más importante maestro, René Fernández Santana.

En 1994, fundó, junto a quien ha sido su alter ego creativo, el diseñador Zenén Calero Medina, Teatro de Las Estaciones, agrupación que se ha ganado un lugar en la vanguardia teatral cubana.

Desde su cuartel general en la Sala Pepe Camejo de la Ciudad de los Puentes, Rubén ha asumido el reto de llevar a escena los valores fundamentales de la cubanía, representar figuras insignes como José Martí, Dora Alonso o Bola de nieve o transgredir las convenciones y hacer obras para el público adulto.

Pero, tal como afirma el artífice de piezas emblemáticas entre las que se cuentan Federico de noche o Alicia en busca del conejo blanco, “los reconocimientos no deberían paralizar a un creador, hay que recordar que uno está vivo y que  siempre en el teatro existen cosas por hacer, desarrollar, investigar o rescatar.

Por eso Rubén Darío, más allá de su Premio Nacional de Teatro 2020, del Maestro de Juventudes que otorgó la Asociación Hermanos Saíz en 2024, un puñado de premios Villanueva de la Crítica Teatral, sigue haciendo crecer la escena cubana e Iberoamericana desde Matanzas.

Foto Ernesto Herrera Peregrino