Por Maya Quiroga
Invitado por el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores al II Festival de cubanos residentes en el exterior Cuba va conmigo, se presentó en la sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht el primer bailarín, coreógrafo y profesor Danny Villalonga.
Por primera vez el público cubano lo pudo ver acompañado del prestigioso guitarrista y compositor Reynier Mariño, en un espectáculo de lujo sin previo ensayo “y esta locura es lo que más he disfrutado en toda mi vida. Lo digo de corazón”, confesó Danny muy emocionado.
Ambos se robaron los aplausos en ese viaje a las esencias de sonoridades españolas de todos los tiempos. Se puedo disfrutar la magistral interpretación que hizo Mariño del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo y ese clásico de Paco de Lucía que se llama Entre dos aguas. Tampoco faltaron las páginas del pentagrama musical cubano y ecuatoriano, todo aderezado por el toque del cajón y la fuerza del taconeo de Danny sobre el tablao de la sala teatral mientras ejecutaba distintos palos del flamenco.
Sobre el Festival Cuba va conmigo señaló el bailaor que “para mí ha sido una hermosa oportunidad ver la unión entre los artistas residentes en el exterior gracias al Ministerio de Cultura. Siempre he contado con el apoyo del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y del Centro de la Danza. Siempre han estado conmigo, independientemente del cariño de las personas, que es lo más importante”.
Desde 2011, ha desarrollado una intensa carrera en Ecuador donde se ha enfocado en la difusión y enseñanza del baile y percusión flamenca, luego de llegar a ese país latinoamericano en calidad de jurado de un festival de danza.
“Como vi que el nivel de flamenco era muy bajo allí propuse colaborar como profesor. Eso se volvió mi modo de vida. Como había pocos músicos de la especialidad en los espectáculos tenía que bailar con pistas grabadas y también tocaba el cajón, que siempre me ha gustado y me ha servido muchísimo para el baile pero ya cerré mi etapa en Ecuador. Aunque tenía algunos contratos pendientes pedí estar un tiempo aquí en Cuba”, aclaró Danny.
El bailarín de formación autodidacta inició su vida profesional en el Ballet Español de Cuba hasta que en 1999 fundó la Compañía Flamenca Ecos junto a Ana Rosa Meneses que, en opinión de Mariño ha sido la bandera del flamenco en Cuba, al punto de que no puede hablarse de ese género músico danzario en la Isla y en Sudamérica sin mencionar a Danny.
En todos estos años, el bailaor se ha mantenido colaborando con Ecos porque para él no existen diferencias políticas, solo el bien y el mal y todos debemos vivir en la luz.
Le pregunto al profesor si se puede anunciar entonces su regreso a los escenarios cubanos y me responde: “Sí, estoy aquí y quiero hacer bastante por mi país, todo lo que pueda”.
Explica que desde hace años cuando venía de visita a su patria le comentaban que la situación del flamenco era lamentable porque se estaba perdiendo y hoy–acota– está en muy bajo porcentaje de vista “por eso tengo el propósito de tratar de ayudar con la formación de bailarines. Cuando se fundó Ecos, se impartían talleres, cursos de verano y la influencia de flamenco era muy fuerte en Cuba”.
Por eso, dice, “tenemos que encender esa llama nuevamente. He impartido algunos talleres y estoy montando algunas coreografías con Ecos. Quiero bailar en mi país, ayudar a las personas, no quedarme con los conocimientos que tengo solo para mí sino ofrecerlos a los demás, impartir clases de baile y de percusión, trabajar en otras provincias, ofrecer charlas sobre el flamenco que es interesantísimo y a veces no se conoce bien”, concluye.
Fotos cortesía de la autora