Regresa Ballet Nacional de Cuba de su gira por España y Portugal

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Entre los datos que sobresalen de la información que aporta la oficina de prensa del Ballet Nacional de Cuba, es que muchas de las presentaciones posibilitaron que jóvenes bailarines de la compañía asumieran, por primera vez, papeles destacados dentro de las obras presentadas…

Por Mercedes Borges Bartutis

Este, martes 4 de junio, llegaron a La Habana los integrantes del Ballet Nacional de Cuba después de una extensa gira de dos meses por España y Portugal. Y, aunque tuvieron de todo como en botica, nadie puede tapar el sol con un dedo, porque lo principal que tuvieron fueron aplausos y buena aceptación del público.

España es un país que básicamente gusta del ballet clásico, pero es justo reconocer que sus principales ciudades con público para la danza en general, que son Madrid y Barcelona, poseen una programación muy amplia donde cabe tanto ballet clásico, como danza contemporánea, flamenco en sus más diversas tendencias, y una amplia gama de artes vivas donde la experimentación tiene un lugar de lujo.

El Ballet Nacional de Cuba, con Viengsay Valdés como líder artística, presentó varios programas en escenarios de Lisboa -capital de Portugal- y 21 ciudades españolas, casi el doble de lo que hizo la compañía cubana el año pasado en ese propio país.

Según datos ofrecidos en las redes sociales de la agrupación, en todo ese periplo, el Ballet Nacional de Cuba realizó 28 funciones; de ellas 19 corresponden a la puesta en escena de la versión íntegra del ballet Don Quijote, con un elenco sumamente joven sobre el escenario. A esto se suman nueve funciones con programas concierto, es decir, programas mixtos que incluyeron, entre otros títulos, el segundo acto de Giselle, La muerte del cisne de Mijail Fokine, Majísimo de Jorge García, Rítmicas, de Iván Tenorio; el dúo de amor de Espartaco, de Azary Plisetsky; la siempre bien recibida Séptima sinfonía, del alemán Uwe Scholz; La muerte de un cisne de Michel Descombey; Didenoi, de Maruxa Salas, quien, además, estuvo presente en una de las funciones de Lisboa donde se presentó su obra.

Entre los datos que sobresalen de la información que aporta la oficina de prensa del Ballet Nacional de Cuba, es que muchas de estas presentaciones posibilitaron que jóvenes bailarines de la compañía asumieran, por primera vez, papeles destacados dentro de las obras presentadas. También que complementaran la actuación de las primeras figuras de la compañía como la propia Viengsay Valdés, Anette Delgado y Dani Hernández, entre otros.

Como siempre, las redes sociales se convierten en una fuente dinámica de información, pues en ellas se comparten los contenidos de los diarios de las ciudades por donde pasó el Ballet Nacional de Cuba, además de la cobertura que hiciera Amed Piñeiro, integrante del equipo de prensa de la compañía.

Lo cierto es que algunas críticas no fueron favorables, y hay que reconocer que fueron pocas, algunas hechas con cierto sabor de malas intenciones por la forma, casi superficial, con que se asumió el análisis de las funciones. Uno de los señalamientos en que coincidieron algunas de las críticas es la extrema juventud del elenco; sin embargo, creo que lejos de ser un elemento negativo, el tema de que la mayoría de los integrantes del Ballet Nacional de Cuba es muy joven, se ha convertido en una fortaleza, porque son bailarines que salen a darlo todo, a dejar la piel en el escenario, sin que pese sobre sus hombros el compromiso con una categoría artística. En realidad, la compañía debería pensar seriamente subirle la categoría a la mayoría de su elenco que está asumiendo roles por encima de la jerarquía que muestran hoy. Es también una forma de estimular económicamente a un elenco que se pasa la mayor parte del día encerrado en un salón entre clases y ensayos; y no tienen tiempo de buscar una opción otra de pluriempleo.

El Ballet Nacional de Cuba ya está de regreso. Se le ha extrañado todo este tiempo en la cartelera escénica de la capital. Para sus próximas apariciones, la compañía anuncia el estreno del coreógrafo danés Johan Kobborg, una pieza de la que todavía no se ha anunciado el título y que ha creado especialmente para el Ballet Nacional de Cuba. Según se ha sabido será estrenada el seis de julio, en la sala Avellaneda, en la primera función de un ciclo de cinco que tendrá como principal propósito festejar el décimo aniversario de la primera colaboración con los Amigos Británicos del Ballet Nacional de Cuba, un grupo que ha posibilitado recursos económicos para que se puedan hacer estrenos de obras originales para la agrupación.

Festejemos, entonces, que nuestra primera compañía de ballet está de regreso y que próximamente podremos verla en acción durante el verano.

Foto Amed Piñeiro (BNC)