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Recordando a Rita Montaner, La Única

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Por Roberto Pérez León

El 20 de agosto de 1900 nace Rita Montaner. Ella, junto a Bola de Nieve y Ernesto Lecuona, forma parte de la médula esencial y de la esencialidad gloriosa de la música cubana, los tres habían nacido en Guanabacoa.

Rita Montaner no fue una usufructuaria de lo cubano, ella sustanció el caleidoscopio de lo cubano; supo poner toda su refinada educación musical al servicio de la cultura popular. Rita no uso lo cubano para contonearse por el mundo. Rita es parte constitutiva de la más valiosa imagen de lo cubano desde la música, desde las artes escénicas.

En 1928, en el emblemático Palace de París, la célebre Raquel Meller interrumpe sus presentaciones por una afección vocal. Pero ahí estaba Rita. El 16 de septiembre de 1929 la cubana estrena “Mama Inés” en la revista Le luxe de París donde la española brillaba.

Rita se paseó por un París donde batían los primeros aires de las vanguardias artísticas del siglo XX que también tuvieron el ritmo de “Mama Inés” y “El Manicero”.

Así fue catapultada a la fama Rita Montaner que se convierte en la insigne embajadora de la música popular cubana.

Digamos que la radio fue un espacio vital en la carrera de la Montaner. La primera trasmisión de nuestra radio se inicia con su cantando “Rosas y violetas”, de José Mauri y “Presentimiento”, de Eduardo Sánchez de Fuentes.

Luego de que sonara el Himno Nacional en aquella primera transmisión radial el 10 de octubre de 1922 y el presidente Zayas diera su discurso para dejar clara su participación en el hecho, se escucharon las interpretaciones de Rita Montaner. Ya desde entonces ella era emblemática.

Es de significar que en los años 40 tuvimos en la radio cubana un personaje que pervive aún intacto: Lengualisa. Es un hecho socio-histórico, una acción política desde la práctica teatral en la radio. El personaje se metía en camisas de once varas hurgando en la problemática de la vida diaria. Entre chistes y ocurrencias picantes salía de pronto con la frase que forma parte de nuestro más condimentado argot: “es mejor que me calle que no diga nada”.

El personaje en la radio empezó a pegar en la gente y a molestar a los del poder que se crispaban cada vez que sonaban el «Mejor que me calle, que no diga nada”, la copla de la Lengualisa. Tanto llenó el cántaro de la paciencia de los funcionarios públicos y de los políticos que se llegó a suspender el programa. Eso fue en marzo de 1942, por disposición oficial. Pero ya estaba sellada en el pueblo la imagen de Lengualisa. Se dice que hasta hubo un intento de atentado contra Rita.

Como Lengualisa era un acontecimiento popular, los dueños de la CMQ no se podían perder aquello y en 1946 se comienza a trasmitir el programa Mejor que me calle, donde Lengualisa tuvo su contraparte en el personaje de Mojito con Alejandro Lugo. Entre los dos dejaban al desnudo el desgobierno de entonces.

A 124 años de su nacimiento, ¿qué quedará por decir de Rita Montaner? Lo que corresponde es seguir diciéndole, señora Montaner usted es La Única.