Radioteatro y denuncia desde Colombia

Radio Escénica de Colombia participó en este Festival desde la sala El Ciervo Encantado con la obra Mientras el cielo se esconde, con libreto, y dirección general de Felipe Álvarez.
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Radio Escénica de Colombia participó en este Festival desde la sala El Ciervo Encantado con la obra Mientras el cielo se esconde, con libreto, y dirección general de Felipe Álvarez

Por Frank Padrón

Tal si de una puesta radial se tratara, los actores aparecen en escena como dentro de un estudio: reproducen efectos, alternan personajes, echan mano del libreto impreso, pero a la vez extienden la representación, ensanchan el espacio y entonces se mueven y accionan como en cualquier escenario.

Sobre ello amplía el director en reciente entrevista concedida a la periodista Maya Quiroga para este mismo medio:

«Hemos venido investigando mucho cómo se hacía el radio teatro en Colombia y en Latinoamérica en las décadas del 40 y del 50. Tomamos todo ese andamiaje de sonidos, el Foley (término del mundo cinematográfico que se refiere al uso de efectos sonoros en la postproducción de películas), los ruidos y la musicalización que se hacía en vivo. A partir de ahí llevamos esos mismos elementos a la escena y los mezclamos con la acción dramática» (https://cubaescena.cult.cu/lenguaje-radiofonico-y-teatral-contemporaneo-sobre-las-tablas/)

De este modo el radio teatro y el «puro teatro», las manifestaciones documental y fictiva se unen para el imprescindible ejercicio de la denuncia: sobre las 6.402 ejecuciones extrajudiciales en Colombia, entre 2002 y 2008 como amargos frutos del conflicto bélico en el país.

En 2021, la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia informó, como parte del Caso #03, conocido como el de «falsos positivos», que al menos esa cantidad de personas fue presentada como bajas en combate a lo largo de todo el territorio nacional.

Jóvenes inocentes, llenas de vida, en la flor de la edad, cayeron cual moscas en la red del engaño y la trampa siguiendo la promesa de atractivos puestos de trabajo cuando en realidad marchaban hacia la muerte segura, para dolor de madres y familias enlutadas mientras sus nombres propios eran sustituidos por meros números, como acto monstruosamente simbólico de la dantesca maniobra.

Descuellan en el montaje la mezcla del sarcasmo con la gravedad temática que trasunta la escritura, tonos de difícil mezcla que se resuelven sin embargo sin contradicción, al contrario, con eficaz empaste; la enjundia del texto que huye del panfleto o lo explícito para envolverse en una pertinente atmósfera de suspense, de thriller fílmico que mantiene al público expectante y atento; la solidez de los actantes en función  del discurso sin que primen los alardes histriónicos individuales; antes bien, se aprecia un sólido nivel interpretativo de conjunto; la racional funcionalidad del movimiento escénico desde varios niveles espaciales que enriquecen la perspectiva tópica de la puesta y las creativas soluciones dramáticas de la representación que, unidos a la contundencia del mensaje – ese respetuoso homenaje a las víctimas de la barbarie y sus familiares- premiaron a la compañía y su puesta con largos y cálidos aplausos.

Foto de portada: Tomada del semanario El colombiano