El Mirón Cubano calienta motores para celebrar la decimosegunda edición de la Jornada Nacional de Teatro Callejero en la Atenas de Cuba, del 12 al 16 de abril
Por Yanetsy León González
Aunque no ha dejado de hacer espectáculos de sala, como acaba de mostrar en Camagüey con El arroyo de la sierra, lo del grupo El Mirón Cubano es andar a cielo abierto. Hasta inventó una Jornada Nacional de Teatro Callejero en Matanzas que del 12 al 16 de abril alcanzará la duodécima edición.
El evento organizado de conjunto con el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y con la colaboración de otras instituciones celebrará el aniversario de la ciudad ─fundada el 12 de octubre de 1693─, los 30 años en el espacio urbano de esa agrupación anfitriona y ofrecerá un homenaje al entrañable fundador Francisco “Pancho” Rodríguez (1954-2022)
A Pancho se le recuerda todavía como aquel pescador de la puesta El viejo y el mar, basada en la novela de Ernest Hemingway. En la Plaza de los Trabajadores salió al encuentro de los espectadores del Festival de Teatro de Camagüey cuando amenazaba el huracán Matthew, en el 2016.
Rocío Rodríguez Fernández adelantó a Cubaescena detalles del programa: “La jornada es fiesta para las artes escénicas en Cuba. La hacemos desde el 2002 y siempre invitamos a los grupos que hacen teatro callejero en las diferentes provincias. Hemos recibido agrupaciones internacionales, este año tendremos a Leleque Show, de Colombia”.
Confluirán en Matanzas Teatro Andante, D’ Morón Teatro, Teatro Tuyo, Perro Callejero, Nave Oficio de Isla, Danza Teatro Retazos, Teatro sobre el Camino, Teatro Papalote, Teatro de Las Estaciones, Novadanza, Danza Espiral, El Circo La Rueda y Liuba María Hevia, precisó.
La joven teatróloga y actual líder de El Mirón Cubano sostiene que el dramaturgo, actor y director Albio Paz (1936-2005), intentó convertir el teatro en callejero y se ha demostrado su influencia como gestor de esa corriente en el país. Esa labor de búsqueda de pautas escénicas y de intercambio con los sectores populares fue continuada por su padre Pancho Rodríguez.
“Somos un grupo fundamentalmente de teatro callejero pero nunca hemos dejado de hacer sala. El tiempo de la pandemia nos hizo regresar de una manera más sistemática. Hicimos una investigación con recuerdos de la infancia de gran parte del grupo, de los nacidos en los años ochenta. Por ahí llegamos a la sombra y a José Martí, a cómo queríamos que nuestros hijos se conectaran con su obra a partir de cómo lo sentimos nosotros cuando fuimos niños”, contó a propósito de la puesta en escena de El arroyo de la sierra.
Acerca de la participación en la Jornada Ciudad Teatral, de Camagüey, destacó: “Nunca habíamos traído un espectáculo de sala para niños. Para nosotros es un gusto poder estar aquí porque siempre recordamos al público camagüeyano de una manera especial. Tiene la tradición de ir al teatro. Yo creo que hacer el Festival Nacional de Teatro Cubano aquí ha creado esa sistematicidad. Estamos muy contentos, agradecidos por un público receptivo y de niños maravillosos”.
Rocío Rodríguez Fernández ha acompañado al grupo desde diferentes posiciones. Primero, ser hija de Pancho y Mercedes Fernández, actriz y gestora teatral, condicionó una manera de relacionarse con la agrupación desde la asistencia a los ensayos como espectadora. Después fue asesora cuando el padre asumió la dirección.
“Fue una escuela para mí poder estar junto a él durante gran parte de su carrera como director artístico. Ahora, el reto mayor es continuarlo un poco más sola. La maternidad me ha condicionado un nuevo camino, girado más al teatro para niños. Pienso seguir haciendo teatro de calle porque lo amo, con la carga del aprendizaje junto a Albio, después junto a mi padre y ahora de cómo siento y veo el teatro, de cómo lo quiero compartir con las experiencias que nos esperan”, concluyó.
Fotos: Cortesía del grupo