PRESENTA LA QUINTA RUEDA VERSIÓN DE LA NOCHE DE LOS ASESINOS EN FESTIVAL DE LAS ARTES

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Por Mery Delgado / Foto Javier Hidalgo

Una versión de La noche de los asesinos de José Triana (Premio Casa 1965), será estrenada los días 4 y 5 de junio, por el proyecto estudiantil La Quinta Rueda que dirige Charles Wragner, como parte de la programación del Festival de las Artes, de la Universidad de las Artes de La Habana.

La obra subirá al escenario de la sala Adolfo Llauradó, en sus horarios habituales. El espectáculo, producido por estudiantes de todas las especialidades de la Facultad de Arte Teatral, es propósito que destaca su director para la gran fiesta de la prestigiosa institución.

Surgido en 2014, el proyecto La Quinta Rueda fue convocado por Charles Wragner, desde el inicio de su carrera en la especialidad de Dramaturgia.

“Lo creamos un grupo de estudiantes pertenecientes a diferentes especialidades dentro de la propia Facultad, entre los que se encuentran: Lisset de León, Roberto Montesinos, Ricardo Sarmiento, Odelmis Torres, Zulaine Soler, Taimí Dieguez y Karla Puente, por solo citar algunos”.

“El proyecto -según refiere Wragner- buscaba básicamente empezar un proceso de investigación partiendo del trabajo del actor, y todos aquellos elementos relacionados con el teatro, inspirados en el trabajo de maestros internacionales como Barba, Grotowski, que habíamos leído, y la referencia de los nacionales Roxana Pineda, Joel Sáez, Flora Lauten y Carlos Celdrán, a quienes seguíamos en sus procesos de creación”.

La noche de los asesinos, cuenta Charles Wagner, había sustentado su tesis de grado en el nivel elemental de actuación, cuando se graduó en Villa Clara con algunas de las escenas del espectacular texto.

Por eso cuando fue convocado por el profesor Eberto García  para un performance primero, y después para todo el texto, no lo pensó dos veces y reunió a todo su colectivo.

“Iniciamos el proceso de investigación y nos llamó mucho la atención de qué iba la obra, pero había elementos dentro del texto de Triana que no nos interesaban. El lenguaje por ejemplo, de los años 60, no acorde a nuestra generación, y la forma en que los jóvenes de la obra jugaban. Entonces decidimos hacer el proceso de investigación por otra parte, y subvertir los juegos del espectáculo por historias que recopilamos”.

A ello ayudó la diversidad de procedencias de cada uno de los integrantes de La Quinta Rueda, que se propusieron recopilar las historias de las localidades de origen, para después entre todos seleccionar las mejores para la escena, revela Wragner antes de continuar el diálogo para Cubaescena.

“Llegamos a tener 30 historias populares –afirma el joven director. Trabajamos con diez de ellas. Hicimos como un proceso de curaduría, para ver cuáles eran las más intensas y cuáles jugaban más dentro de la idea del espectáculo. El medidor para estas historias fue la relación padre e hijo. Finalmente nos quedamos con las tres que funcionaron mejor para la escena. Con ellas, Ricardo Sarmiento hizo la reescritura, las organizó dramatúrgicamente, y mantuvo la estructura de Triana, cuyo texto fue intervenido por nuestros relatos”.

A la pregunta de cómo fue acogido el preestreno de La noche de los asesinos en Villa Clara, Charles comentó para Cubaescena:

“Nosotros fuimos invitados para hacer el preestreno de la obra, a un evento que se llama Al centro, que comenzó este año organizado por el CITO (Centro de Investigaciones Teatrales Odiseo), liderado por Roxana Pineda.

“Y yo pensé que no iba a tener tanta aceptación, por la manera en que eran presentadas las historias sin tanta construcción; a diferencia de lo detallado y minucioso de los espectáculos que hace el Estudio Teatral acostumbrado a la dirección de Joel Sáez, y del gusto popular en esa provincia.

“Sin embargo fue curioso, porque todos los códigos fueron entendidos rápidamente.  Y después, entre lo que escuchamos de las amistades, que en esa ciudad son muy sinceras, y lo que preguntaron sobre la obra, a nosotros nos pareció maravilloso. Vino a completar lo que nosotros queríamos. En la obra siempre se deja una incógnita, el texto original de Triana tiene una estructura cíclica, y nosotros quisimos mantener eso, porque hay una parte del ciclo que lo completa el espectador una vez que vio la función.

“Al final del encuentro, había muchas preguntas por parte de los espectadores: ‘por qué hablan de esto, y por qué estas historias, de donde las sacaron, cómo fue el juego, esto es real o no es real, porque siempre se queda eso ambiguo’.

“Entonces nosotros, en el espacio que propiciaba el evento explicamos el proceso creativo, y a la gente le llamó mucho la atención que jóvenes estudiantes del ISA, estuvieran haciendo ese proceso de investigación, reuniendo a jóvenes de diferentes lugares del país, para dialogar sobre eso. Eso para mi fue lo más interesante de cómo el público lo recibió”.

Sobre las expectativas con el público de la capital en el Festival de las Artes, el joven director contestó:

“Espero el diálogo franco sobre todo con los espectadores, para eso uno trabaja año y medio creando un espectáculo para ellos. Y considero que es casi un regalo y merecido para los estudiantes del ISA, que hace el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), al brindar durante una semana el circuito teatral de La Habana, para que los estudiantes del ISA presenten sus trabajos, muestren sus proyectos y puedan tener ese diálogo. O sea el CNAE es casi quien propicia ese diálogo franco y sincero de los estudiantes de las artes con su público, y eso es lo que yo creo más valioso.”