Joaquín de Luz, bailarín y director de la Compañía Nacional de Danza de España, recibió este lunes 14 de noviembre, el Premio Internacional Honorífico de Danza Josefina Méndez que entrega la Unión de Escritores y Artistas de Cuba a personalidades por su contribución al desarrollo de la danza.
En la entrega estuvo presente Luis Morlote Rivas, presidente de la Uneac. Las palabras de elogio estuvieron pronunciadas por Viengsay Valdés, directora del Ballet Nacional de Cuba, quien celebró la carrera artística del bailarín español y expresó:
“Él forma parte de esa prodigiosa generación de bailarines españoles, que en su país suele llamarse ‘Generación Víctor Ullate’, formada y entrenada en la escuela y compañía del destacado bailarín, coreógrafo y profesor.
“Allí, además, Joaquín inició su vida profesional en 1992.
“Luego, amparado por su talento y carisma, iniciaría una muy notable carrera internacional que lo llevaría a actuar en muchos de los más importantes escenarios y a integrar diversas compañías, y aquí se impone mencionar a dos de las más prestigiosas: el American Ballet Theater y el New York City Ballet. Dos relevantes compañías en las que nuestro homenajeado dejó su impronta en muchos personajes y obras: desde aquellos títulos que heredamos del siglo XIX, y que con toda propiedad solemos llamar “grandes clásicos”; hasta creaciones contemporáneas, muchas de ellas concebidas especialmente para él, por los más relevantes coreógrafos de hoy: Alexei Ratmansky o Justin Peck, por ejemplo.
“Sin olvidar, por supuesto, a esos patriarcas del ballet norteamericano, que en la primera mitad del siglo XX se empeñaron por llevar Estados Unidos a la danza, y crearon un movimiento danzario nacional: Agnes de Mille o Jerome Robbins, por citar sólo a dos de los más relevantes”.
Joaquín de Luz llegó a La Habana y participó en el Festival de Ballet desde las primeras jornadas. Tomó clases con el Ballet Nacional de Cuba y ensayos con la primera bailarina María Kochetkova (American Ballet Theatre-San Francisco Ballet) para su presentación de la versión cubana de Giselle, que fue un éxito rotundo el 29 de octubre en la sala Avellaneda. También bailó las piezas Cinco variaciones sobre un tema, coreografía de David Fernández y Eterno, un hermoso fandango estreno en Cuba, junto a la también bailarina española Sara Calero.
Con una extensa carrera, tanto en España como internacionalmente, Joaquín de Luz ha visitado Cuba en varias ocasiones. El público lo reconoce por su fuerza en el escenario, pero también por su amplia sonrisa y jovialidad en el trato con los espectadores que lo saludaron y elogiaron constantemente en estas jornadas del 27. Festival Internacional de Ballet de La Habana.
Redacción Cubaescena con información del perfil de Facebook del Ballet Nacional de Cuba
En portada: Joaquín de Luz en Giselle. Foto Panchito González/PL