Para la memoria teatral habanera de 2024

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Por Roberto Pérez León

Durante 2024 vi teatro que rendía sus esencias en copiar figuraciones de la realidad.  También vi teatro de adquirida soberanía documental como conducta formal, teatro que devolvía la sustantivación de ocurrencias teñidas por apresuramientos cualitativos como cubrefuegos de ideológicas vivencias oblicuas, las que van por flautas, pero suenan a pitos que trastorna la retrocausalidad cuántica: donde digo: digo, digo diego que no es decir fulano ni zutano.

Al compartir la visión del arte de Susan Sontag digo que el teatro, como obra de arte, no se refiere a algo, sino que es “una cosa” en el mundo, que no es un texto ni un comentario sobre el mundo. Por su parte Martí exigía originalidad en el teatro, que era preciso producir un teatro original, aunque fuera consecuencia del pueblo, incluso copia, pero que únicamente en lo inaugural estaría su poder germinativo.

De los poco menos de 10 estrenos que vi del teatro que se hizo en La Habana destaco cuatro por haberme producido exigentes tensiones reflexivas, por la convivencia entre ficción y realidad, por las concurrencias escénicas redimensionadoras de la dramaturgia que hacemos.

En los estrenos que destaco hubo la fusión/fisión plasmática celebrable de la teatralidad. Alcanzaron presencia escénica, equilibradas singularidades estéticas e ideológicas, observación crítica y no la infecunda de la cotidianidad.

Sin excentricidades banales ni caprichos solipsistas entre esos estrenos quedaron para mi memoria teatral 2024: Antígona de Impulso Teatro, Robin de Compañía El Cuartel, Yellow Cabaret del Colectivo Creativo Perro Callejero y El viaje de los perdidos de Ludi Teatro. Cuando se produjeron los estrenos, en este mismo espacio, expresé mis valoraciones que ahora reitero.

La Antígona de Bertolt Brecht que hizo Impulso Teatro con dirección de Linda Soriano resultó un montaje de vigorosa maquinaria teatral dinamizadora del texto dramático. La inteligente relectura hecha del original de Brecht dramatúrgicamente experimenta con nuevas teatralidades a través de poéticas y estéticas dadoras de genuinos desempeños y competencias que en lo teatral entre nosotros agregan nuevos esplendores. (“Apoteosis de Antígona en Impulso Teatro”, Cubaescena, Pensamiento Escénico 21/03/2024)

Robin, texto de Reinaldo Montero dirigido Sahily Moreda en la Compañía El Cuartel es una puesta en escena que trastorna, transgrede y trasciende. Recuerdo que, terminada la función, ya en la calle, evalué mejor los arrebatos de quienes ostentan poderes. Fue una experiencia estética renovadora, transparente, cuestionadora, autorreflexiva. (“Robin: una puesta en escena sin desfallecimientos”, Cubaescena, Pensamiento escénico, Cubaescena, Pensamiento escénico (17/02/2024)

El viaje de los perdidos, obra del novelista y dramaturgo alemán Daniel Kehlmann, en un montaje de Ludi Teatro con dirección de Miguel Abreu supo llegar a la extrema situación de un grupo de judíos que huye del avance del nacismo. Temática que exige de precisos posicionamientos históricos y estimaciones críticas que sobrepasen la ficción dramática para alcanzar imágenes de imantación poderosa por encima de la representación convencional. (“De cómo Ludi Teatro trabaja sin derroches”, Cubaescena, Pensamiento escénico 14/10/2024)

En 2023 la Asociación Hermanos Saíz decidió otorgar la Beca El Reino de Este Mundo a la obra Yellow Cabaret de Luis Enrique Ramírez Álvarez dentro de los proyectos de creación-investigación presentados. El estreno habanero del colectivo Perro Callejero con la pieza Yellow Cabaret fue un espectáculo cabal donde la danza expandió calidades dramáticas determinadas por la teatralidad. Puesta en escena que distribuye el movimiento entre lo visible y lo invisible entre las fuerzas entrecruzadas que emana del mito luminoso o ensombrecido. (Yellow Cabaret: Catauro de emociones en Perro Callejero, Cubaescena, Pensamiento escénico, 27/02/2024)

El año que terminó tuvo arduos periodos regidos por carencias a las que nos sobrepusimos. Con fijeza, entereza y perseverancia creadora se hizo teatro.

El desarrollo de la programación en general de La Habana no fue detenido por las muchas dificultades en la logística de la producción de los montajes.

Sin embargo, al margen de las adversidades materiales de toda índole aún se descuidan acciones que en la gestión cultural atañen no únicamente a los productores y creadores escénico. La fenomenológicamente dentro del ejercicio de la gestión de la cultura el suceso escénico para su planificación, desarrollo y proyección social requiere de una mirada holística, interdisciplinaria.

Las acciones propias de la gestión teatral a las que me refiero en este caso puntualmente son el ejercicio de la crítica, el conocimiento y educación de los públicos y la atención especial al teatro nacional y al teatro clásico mundial.

Los públicos precisan ser educados. ¿Por qué en nuestros escenarios escasean con tanta persistencia los autores clásicos ya sean extranjeros como nacionales?

Los espectadores más jóvenes, independientemente de sus formaciones profesionales, deben sistemáticamente tener la posibilidad de ver el teatro clásico universal, así como la canónica dramaturgia nacional desde, por supuesto, la perspectiva de la contemporaneidad que nos asiste, pero manteniendo fidelidad al original.

Los jóvenes deben conocer no versiones sino puestas en escena de los clásicos sin intervenciones, más allá de las debidas percepciones contemporáneas y las mediaciones posdramáticas siempre que no desestructuren las narrativas originales.

Carecemos de estudios de públicos diseñados científicamente. Se hace teatro, pero solo medimos la efectividad social del mismo por el aplauso. La información que tenemos de nuestros públicos es muy superficial. Desconocemos cómo incide en ellos socioculturalmente una puesta en escena.

En la conformación de los públicos la crítica constante y sonante es decisiva. Si hiciéramos un arqueo de las puestas en escena de 2024, aquí mismo en Cubaescena y buscáramos las críticas podríamos encontrar cifras elocuentes. Una fuente relevante para la gestión del teatro está en el comportamiento de la crítica, en la producción documental del ejercicio del criterio de los críticos.

2025 ya está en curso. El teatro orienta, da “ideas-teatro” que la crítica, como arte intelectual, hará que advengan para contribuir al ensanchamiento de la capacidad transformadora del acontecimiento escénico.

Foto de portada: Darío Ortega