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Ofelia: el cuerpo sobre la tierra partida (Parte III)

Tercera entrega de las reflexiones en torno al espectáculo Ofelia, del Grupo de Experimentación La Caja Negra.
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Por Juan Edilberto Sosa

Ofelia no solo es un texto inspirado en la obra Máquina Hamlet de Heiner Müller, sino que forma parte de la pentalogía DINAMARCA: To nowhere (another manual for runaways). Esta serie de textos tiene como eje temático: el estado de derecho y la normalización de la violencia en todas sus variantes en el devenir histórico de la distópica Dinamarca. Este conjunto de obras enfocan la emigración, la familia y el poder, desde distintas perspectivas, para hablar de una noción de reino donde la decadencia ya ha marcado todo a su paso.

…un día sembraron piedras en mi cráneo / hijos de la comedia y los secretos

La epidemia instaurada en Dinamarca constituye un salto / no importa si el salto es a la decadencia

Ofelia en particular, fue un texto construido para ser interpretado por una actriz cuyas cualidades histriónicas le permitieran danzar y cantar durante la interpretación. Luego, cuando se concretó la idea de cinco actores sin importar el sexo y el acompañamiento de músicos dentro de la misma escena; la obra adquirió otros significados. Dejó de ser la catarsis de un cuerpo teatral para convertirse en un desafío coral y diverso. Así Ofelia empezó a representar más que un personaje, más que una voz, más que una historia. Ofelia adquirió la responsabilidad de emanciparse desde sus agonías más fuertes, hasta poder nombrar el miedo, el abuso y la enfermedad.

Después de la tempestad
la reminiscencia depositada en el arado
devolverá al bosque su lenguaje
y al hacha su función/ ¡Oh Hamlet!
¡Renunciar no sirve de nada!
¡si puedes cambiar el mundo hazlo!
¡si puedes entregar-nos otra Dinamarca hazlo!
tantas cosas pudieron ser diferentes/ tú y yo sujetando el hacha/ tú y yo
solo tú y yo/

 

El texto es un manifiesto contra el poder patriarcal que tanto ha oprimido a la mujer durante épocas. Luego el montaje nos mostró un camino para Ofelia, un cuerpo colectivo en oposición consiente a la fuerza política, social y cultural del patriarcado.

No es esta Ofelia un símbolo de oposición al hombre, sino contra lo que representa su poder sobre la mujer. El hombre como ser; es su igual, su compañero, su cómplice; el hombre es un cuerpo que cabalga a su lado. Ofelia detecta la enfermedad del patriarcado tanto en hombres como en mujeres, entiende que debe tomar el control de su contexto y fundar otros espacios de resistencia.

No hay mayor pecado
que ignorar la fuerza del poder/ ¡Oh Hamlet!
deposité mi esperanza en un simulacro
¡Oh Hamlet!
no soy tan débil como crees
mi cráneo pesa lo suficiente

Interpretar un personaje con una historia tan compleja demandó del colectivo de trabajo una mayor profundización de la investigación del tema. Llevar esos conceptos al cuerpo y a la voz también se convirtió en un cuestionamiento ético/moral sobre nuestras prácticas como individuos.

El tema se fue haciendo cada vez más amplio; debimos volver sobre la información constantemente para no perder la esencia del montaje. La idea siempre fue tratar cuestiones como la emancipación de la mujer, la igualdad de género, la herencia generacional, las relaciones familiares en la contemporaneidad, los nuevos símbolos del patriarcado, la violencia de género, así como la percepción de los otros con respecto a la experiencia directa e indirecta con fenómenos generados de los anteriores temas.

Nunca abandonaría estas tierras llenas de cal y reiteración/ mis dudas son el motor/

el miedo es solo grasa para ocultar una idea/

 

El texto y su correspondiente puesta en escena son un canto sobre la decadencia de los valores humanos, enfocados desde una mujer que es capaz de cambiar su contexto. Una mujer fortalecida por sus vivencias, su educación y sus deseos de simbolizar algo más, de simbolizar una idea.

En la historia, Ofelia lucha contra su pasado, sus héroes, sus ancestros, la memoria personal y colectiva, el fracaso generacional, el desamor, el poder, la ausencia y la perdida de la identidad. La historia pudiera ser el recuento/la representación de una mujer trágica. Una mujer utópica. Una mujer que despierta y obtiene la voluntad para ir a la guerra.

Ofelia canta.

novia entre alambres

virgen sin corteza

pez de carbón/

niña sin suelo

labios que se cortan

cráneo sin amor/

el vuelo de la hormiga

la casa se derrumba

los ojos sin flor/

sonido del ausente

ropa que se mancha

gira-girasol/

la niña es una sábana blanca

que cae sobre el agua

que cae en el vapor/

la niña es cristal

ráfaga de luz

asunto sin pudor/

el padre sobre la espalda

la madre envuelta en llanto

todo es arroz/

nada tiene forma

el cuerpo es un objeto

la niña es una flor/

 

Fotos: Rubén Aja Garí