Por Mercedes Borges Bartutis / Fotos Rachel García
Para nadie es un secreto que el teatro, la danza, y otras manifestaciones de las artes escénicas en Cuba han perdido público. Las causas pueden ser muchas: pudiera considerarse que una buena parte de los espectadores no se adaptaron a la experimentación que por años realizaron directores de danza y teatro en Cuba, puede ser también por esas obras de dudosa calidad que en muchas ocasiones se muestran en cartelera sin un verdadero criterio de selección.
En un lugar especial se encuentra la invasión de productos de mal gusto que le han tomado la delantera a las instituciones de la cultura cubana por motivos diversos. La realidad es que muchas veces asistimos a una función con una excelente propuesta y lastimosamente no hay público suficiente en la platea.
Pero también hay abandono por parte de las administraciones de algunas ciudades, donde instituciones claves para el desarrollo cultural de la localidad permanecen cerradas por años. Ese es el caso del Cine Teatro Caribe, la única instalación de la Isla de la Juventud con condiciones para las presentaciones de danza.
Este auditorio estuvo cerrado por una década entera, y bajo esas condiciones, ¿cómo no perder público para la danza, el ballet o los espectáculos de folclor? Sin embargo, nunca es tarde para que el público vuelva al teatro, porque lo que sí está comprobado es que siempre hay personas ávidas de conocer y de tener una retroalimentación con el arte.
Creo que la experiencia vivida esta semana en Nueva Gerona, ha sido una verdadera demostración de que cuando hay empeño para llevar la cultura a la gente, se pueden lograr cosas sorprendentes.
Con la visita de la Compañía Rosario Cárdenas a la Isla de la Juventud esta semana que concluye, se ha comenzado a rescatar un público que había estado perdido por años, y que no había podido tener acceso a funciones de danza.
Las dos presentaciones (jueves 29 y viernes 30), ofrecidas por la compañía de la Premio Nacional de Danza 2013 en el Cine Teatro Caribe de Gerona, tuvieron la respuesta de un público que se movilizó a través de entrevistas para la radio, la televisión, el intercambio con los estudiantes de la Escuela Vocacional de Arte Leonardo Luberta, donde Rosario Cárdenas acompañada de sus bailarines impartió una clase magistral para los estudiantes de danza, pero sobre todo y, sin dudas, la mejor promoción fue la que ocurrió después de la primera función, cuando el público salió entusiasmado de la sala comentando lo que había visto. Esa promoción que va de persona a persona, que incluye las emociones vividas, no tiene competencia ninguna.
Al día siguiente, el Cine Teatro Caribe tuvo un lleno total, con su platea desbordada de espectadores que llegaron al teatro porque alguien les había dicho que no podían perderse la función. También tuvimos muchas caras que repetían la visita, pues querían volver a ver en el escenario a la bailarina de larga trayectoria que todavía, en ocasiones especiales como esta, comparte la escena con su elenco. Este fue un punto determinante que le subió la parada a las funciones.
El programa incluyó títulos que han sido claves en el repertorio que ha consolidado a Rosario Cárdenas como una creadora fundamental para la danza contemporánea cubana. El cuadro El Insomnio, fragmento de la obra María Viván, realizada en homenaje al poeta y dramaturgo Virgilio Piñera en el aniversario 85 de su natalicio; Combinatoria en guaguancó, una «reelaboración fragmentada de la rumba desde su distinguida elegancia; Cuidadito Compay Gallo, «recreación danzaria de una de las piezas de Ñico Saquito, representativa de la música y el choteo cubanos; y algunas escenas de la obra Tributo a El Monte, pieza realizada a partir de libro El Monte de Lydia Cabrera.
Completó el programa la pieza Símil, una colaboración de los bailarines Daniel Belcourt y Angel David Calderón, dos jóvenes que comienzan a incursionar en la creación coreográfica con esta obra que tuvo muy buena aceptación por el público. El resto del elenco, integrado por Leylan Machado, Claudia Lorena Rodríguez, Lester Falcón, Daniela Bringas, Aris Pino y Melissa Pereira, dio muestra de un alto profesionalismo al adaptarse a un espacio con condiciones bien especiales. Lo asistió en esta empresa un equipo encabezado por Carlos Repilado, Premio Nacional de Danza 2016 y eterno colaborador de Rosario Cárdenas.
El Cine Teatro Caribe es un espacio privilegiado con una excelente acústica y una panorámica visual muy atractiva para la danza. Hoy, se encuentra en la fase final de la instalación de su técnica. Su parrilla de luces todavía no está lista. Sin estos elementos, sin telón de boca ni aforo en su escenario, El Caribe recibió, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y del equipo de las artes escénicas del municipio especial, a la Compañía Rosario Cárdenas con un programa concierto que de seguro quedará grabado en la memoria de muchas personas, esas que esta semana volvieron al teatro para disfrutar de la danza en vivo, emoción que no puede ser sustituida por nada en el mundo y, que en esta suerte de «cruzada danzaria», la Compañía Rosario Cárdenas repartió a manos llenas.