Por Grethel Giraudy
Sin importar el cansancio, la resaca, la distancia entre los hoteles y el Centro de Convenciones Santa Cecilia o la ausencia del café y el té que siempre nos ha acompañado, el salón se llena de críticos, estudiantes, actores y creadores que asisten esta mañana al encuentro con la crítica.
Con la familia como tema común, se abre la sesión con una de las obras más impactantes de este Festival. Balada para el pobre BB, bajo la dirección del experimentado actor Alexis Díaz de Villegas, se estrena en diciembre del pasado año en la acogedora salita Adolfo LLauradó de nuestra capital, mostrándose como la luz al final del año según la define la crítica Isabel Cristina Hamze. Ahora llega hasta la seductora ciudad de Camagüey, creando un reto para la joven agrupación Impulso que arriesga a mostrar la fuerza, vitalidad y complejidad técnica que los caracteriza en un espacio que sale de su zona de confort.
Aunque pudiera ser un desafío el cambio, sobre todo para el diseñador, Alexis nos recuerda lo que una vez aprendió de sus maestros: adaptarse a un nuevo espacio, ponerlo en función del espectáculo es lo que permite su crecimiento y consolidación. Una duda nos aclama a todos: ¿Por qué Impulso? Aclara su director que por ser este lo primero que experimenta el actor ante toda acción física.
Otras miradas…
Charlot Corday o el animal es la segunda obra que se pone a disposición de los más veteranos críticos del país. Por ser un proyecto joven no está excluido de los elogios y consejos que recibe. Conectar el texto de Nara Mansur con la experiencia de vida de las propias actrices, convierte la puesta en escena en una propuesta emocionante, un performance de teatro vivo, según nos comenta la joven estudiante de Teatrología del Instituto Superior de Arte, Frida Lobaina. Charlot Corday o el animal nos presenta un homenaje desde un dialecto revolucionario conectado con la experiencia familiar que busca su crecimiento a través de la interrogante motora del proceso creativo: ¿Qué matarías? Así nos comenta Marta Luisa Hernández.
SUPERBANDACLOWN de Teatro Tuyo, bajo la dirección de Ernesto Parra, es uno de esos espectáculos capaces de arrastrar a todo un pueblo por la carretera central. Hoy, muchos de los presentes no dejaron pasar por alto la oportunidad de felicitar a sus protagonistas, contar lo experimentado y hasta llegar a conmover a todo el salón con los elogios recibidos.
Uno de estos momentos fue provocado por las conmovedoras palabras de Rubén Darío Salazar: “Se puede hablar del diseño, de la actuación o la dramaturgia pero antes que nada hay que hablar de una escuela, del respeto con que asumen un ejercicio artístico. No se aferran al viejo elenco ni a lo que de bueno tenga cada quien por decir. Ernesto es un creador consciente de que lo último está por pasar. Teatro Tuyo es la casa del clown cubano. Superbandaclown logra tocar las cumbres del verdadero arte. Puede presentarse en cualquier parte del mundo y recibirá el mismo reconocimiento”. Teatro Tuyo es una gran familia conformada por actores de diferentes lugares de la Isla. Trabajan desde la humildad, el compromiso de hacer buen teatro, la necesidad de no perder la Fe, según nos expone Ernesto Parra.
A modo de intervención, Freddys Núñez Estenoz comunica la sorpresa que desde iniciada la mañana se ha estado anunciando. Se le hace entrega de la placa Avellaneda a Pedro Franco, director del grupo teatral El Portazo de Matanzas y a Mercedes Borges Bartutis, especialista del Departamento de Desarrollo Artístico del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, quien ha estado ligada por años a esta cita de los teatristas cubanos.
Ya entrada las once y media de la mañana y con el tiempo bien ajustado, se presentan dos libros de teatro para niños: Titiriterías, de Armando Morales y Los aretes que le faltan a la luna, de Joel Cano.
Para finalizar el evento teórico de esta mañana, se lleva a cabo el desmontaje de la puesta en escena Diez Millones, de Argos Teatro, bajo la dirección de Carlos Celdrán. El texto parte de un diario personal que escribió Carlos durante una etapa de su juventud. Al releer lo escrito, el autor sintió un tono y un acento. Encontró nuevas voces: la madre, el padre, él. Aparecía lo dramático, las subjetividades y condiciones. Nace la necesidad de llevarlo a ser un texto dramático y por qué no, a la escena. Comienza así un proceso de montaje que causó gran impacto en cada uno de los actores al leer el texto. La cercanía que experimentó Maridelmis Marín o Caleb Casas con la trama de Diez Millones, les hizo replantearse el modo de construcción de estos complejos personajes a los que debían enfrentarse. Se apoyaron de anécdotas personales, fotografías, recuerdos de los días duros contagiados de política, ausencias, divorcios, despedidas, familiares.
El joven actor Daniel Romero nos habla de su experiencia ante el proceso creativo de la obra y aclara que solo pudo cargar con el personaje protagónico gracias a la energía y el apoyo que siempre le brindaron todo el equipo de trabajo, incluso estando sobre la escena. Celdrán aclara que no es un texto autobiográfico, más bien es una autoficción que no deja de ser verídica.
Y es en esto en lo que se basa el diseñador escenográfico para la construcción visual de la obra. Busca una verdad de tiempo-espacio a través del vestuario de la época. Todos los uniformes utilizados son originales. Ante la pregunta: ¿Tendrá tu madre la oportunidad de ver la obra? Celdrán expone: “No busco una reconciliación con el pasado. La verdad es lo que es y punto. Mi hermano descubrió cosas de mi persona, para él ocultas hasta el momento, que vio la puesta en escena. No me interesa caer en un debate con mi madre sobre lo que ya es pasado. Mi relación con ella es buena y sé que no podré perdonarla porque a los padres no se les perdona. No, no me gustaría que la viera”.
Al finalizar el encuentro teórico no hubo espacio para el debate de pasillos. Cada quien a su destino. Ya todo estaba dicho. Fue un debate emotivo, intenso, porque así lo requería, porque son Balada para el pobre BB, Charlot Corday o el animal, SUPERBANDACLOWN y Diez millones, pretextos suficientes para seguir creando y experimentando, para seguir erigiendo la historia del buen teatro cubano.
Fotos Cubaescena