Por Mery Delgado
La curaduría del 13 Taller Internacional de Títeres de Matanzas, es uno de los logros mayores de la cita bianual. El balance entre la programación para niños, adultos y familiar resulta de un cuidado, que facilitada por el horario escalonado y las reiteradas presentaciones, permite que el público tenga acceso a todas las puestas.
De igual manera los talleristas tienen la posibilidad de acceder a la programación, pues no entorpece los horarios en que se supone estén ocupados en apertrecharse de nuevas herramientas.
Elogiable también resulta el horario para el evento teórico, conjugado con las presentaciones de libros e inauguración de las exposiciones, siempre temprano en la tarde o antecediendo en el caso de las muestras a una importante función de la noche.
El horario nocturno ha estado también muy balanceado, las obras de títeres para adultos, junto a las del Parque de la Libertad y el cierre de la noche en el café Biscuit con El Portazo, o en el Jardín de Pelusín del Monte con el Show de los Títeres, o la Orquesta de Miguel Failde, hacen que las jornadas concluyan como se merecen los artistas e invitados a la fiesta titiritera.
Que conste que no he mencionado ni un solo nombre de las doce compañías foráneas o las 17 nacionales, que participan en la Atenas de Cuba, del 13 TITIM, y es que de ahí parte el éxito de este encuentro; todos los que están le dan brillo y prestigio a una cita que por cada nueva edición crece y se repiensa para validar una de las artes más antiguas del universo.