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Miradas, creadores y retablos ante la crisis

Mirar a la crisis desde los retablos se hizo llamar la sesión teórica del 15 de noviembre en la sala Villena de la UNEAC, en el marco del XX Festival de Teatro de La Habana, que propuso y condujo Rubén Darío Salazar, un creador de gran liderazgo en el movimiento teatral.
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Por Blanca Felipe Rivero

Las urgencias del contexto cubano y mundial después de la pandemia provocaron una desestructuración que sacude a los titiriteros de una manera particular y Salazar provoca reflexionar sobre lo hecho y no hecho en estos 4 años, desde el 2019 hasta el 2022, temática, estoy segura, estará presente en futuras explotaciones y consideraciones sobre el futuro de la especialidad y el teatro para niños y, por consiguiente, el futuro de la isla. Se habla de escases y retrocesos artísticos que tienen como respuesta el hacer, no parar y un compromiso con la profesión, apunta Rubén Darío, quien afirma que, siempre que la infancia importe, se salva algo de la cultura.

Se comienza con Juan Luís Clavijo, líder de la agrupación Búho teatro que trajo el espectáculo El príncipe feliz al certamen. Comparte los dilemas de la crisis en España y Andalucía. Habla sobre la paralización total de la profesión, que a su regreso perdió el interés de las instituciones y el soporte económico en contraste con el recibimiento de la audiencia que muestra grandes carencias al convivio del teatro, mientras se suma un excesivo filtro de los espectáculos. Pero Clavijo reafirma su decisión de apostar por el teatro, el espacio para decir algo que le inquieta, con una base social de mensaje llevado al punto del pensamiento, con espectáculos que toquen la emoción. Apunta, además, la creación y uso de TítereData en España, una plataforma de estudio del sector de teatro de títeres, visual y de objetos que provee el valor de los datos, una experiencia a explorar en su utilidad.

Para dialogar la experiencia de los cubanos se convoca al diálogo a Erduyn Maza, director general de Teatro La Proa, una agrupación que se caracteriza por su hacer continuado, un festival que sostiene y una labor de formación. Cuenta de sus necesidades “de estar presentes”, de las iniciativas  casi terapéuticas de  los opciones online durante la pandemia: Entre títeres, pitos y flautas y al Cartelera de Masabito, así como la recuperación del “Tunel” como nueva sede, hoy uno de los pocos espacios activos en la programación infantil  de la capital y espacio del festival, el que consideran como la casa de todos y donde, como en una “burbuja” se sumergen a soñar y a crear como extensión  del nivel medio de títeres del cual son maestros. También nos habla de Amelia sueña mariposas, un texto suyo, trabajado desde la academia y que llega a escena después de algún tiempo donde una niña se enfrenta heroicamente a la manipulación y donde se critica profundamente a la demagogia, uno de los espectáculos seleccionados para el festival.

Le sucede Cristian Medina quien lideró finalmente la apertura del Museo del títere El Arca y una sala alternativa, así como su labor como Coordinador de la Escuela de títeres. Medina reseña la responsabilidad y el estudio que conllevó las teleclases en tiempos de pandemia como experiencia nueva para él. También relaciona el vínculo afectivo a la agrupación La Salamandra donde asegura que “los amigos tienen que estar juntos” y nos cuenta sobre el espectáculo Aventuras de un soldado desconocido para jóvenes y adultos, con la simbiosis de la poética y las habilidades de Medina para el diseño de construcción de títeres, unida a la experticia de Mario Cárdena para la escenografía y la animación e interpretación junto a Ederlys Rodríguez. Todo ellos para jugar a divertirse desde el dolor y la denuncia de lo absurdo de la guerra con ese texto tan querido de Pablo de la Torriente Brau.

Ederlys, desde Teatro La Salamandra habla sobre las experiencias en las redes con Fábulas de papel, desde los escritos de Jean de La Fontaine en extensión de sus habilidades en el teatro de papel como especialidad que diera lugar a un entrañable programa televisivo: El teatrino de Diego, con el libro Soñar despierto de Eliseo Diego. Pondera la importancia de la formación titiritera de la que forma parte como maestra, apostando por el futuro de la profesión porque el teatro tiene que vivir siempre, asegura.

Sentido final en las intervenciones ocurre con Dalgis Román, al presentar un trabajo sobre el aniversario de Las Tunas con la figura de Ernesto Parra y la increíble persistencia de este creador y su grupo Teatro Tuyo, donde se habla de sentidos de existencia y de trabajo creador, de fundar y sostener caminos. Recuerdos de Payasos a domicilio para las redes, la continuidad de La casa de Papote para la televisión y el trabajo con la trilogía Clównsicos, Clownpuerta y Clowncierto. Así nuestro querido Parra asegura seguir siendo el niño que juega e invita a otro a jugar.

Finaliza con Dalgis Roman y Yuddalys Favier en la presentación de dos publicaciones imprescindibles: Como encontré mi payaso tuyo de Ernesto Parra, en Colección La selva oscura de Ediciones Alarcos y Retablo vivo, Cuaderno de apuntes de un titiritero de Rubén Darío Salazar. Dos lecturas para explorar en las pesquisas de viajes entrañables de estos artistas que dejan la huella de sus trajines profesionales, enunciación de sus sentidos de vida convertidos en pautas desde sus especialidades.

Foto tomada de las redes sociales del CNAE