Cubaescena publica las palabras del reconocido poeta y etnólogo, pronunciadas en la gala ofrecida este primero de enero por el Ballet Nacional de Cuba al aniversario 61 del triunfo de la Revolución en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso
Por Miguel Barnet
Ninguna celebración puede tener más sentido y resonancia en la sala de este histórico teatro que la de iniciar este primero de enero las jornadas de conmemoración de los cien años de la primera artista de Cuba: Alicia Alonso. Ella encarnó los más sublimes dones de Terpsícore. Cubana como la palma real, su arte fue cifra mayor de lo intemporal y eje del movimiento circular y perpetuo.
Todos hubiéramos querido que Alicia llegara en vida a los cien años, pero ella como siempre, se adelantó para instalarse en la eternidad. Inasible y díscola escapó a todo discernimiento e irradió destellos de luz que nos han ayudado a escapar de lo oscuro.
Hoy, en esta gala de principios de año, la sentimos más cerca que nunca y aunque intangible su figura quedará para siempre desafiando el tiempo en este escenario que fue más suyo que de nadie.
Junto a ella, con vibrante temperamento, recio carácter y frágil plasticidad, una de las joyas más preciadas de la nueva hornada de bailarinas, su alumna más cercana, Viengsay Valdés, recién nombrada Directora General del Ballet Nacional de Cuba.
Por su indiscutible talento artístico, que moldeaba la técnica a su antojo, su ejemplo de tenacidad y disciplina, Viengsay se destacó entre muchas otras del cuerpo de baile y logró el milagro de darle continuidad a un conjunto donde todos son uno. Esa es una de sus virtudes mayores.
Viengsay siguió el ejemplo de su maestra, obediente a las reglas pero creativa, imprimiéndole a su arte el vuelo de un ave que atraviesa el paisaje con la fuerza de una ráfaga. Curtida en una escuela de rigor y cubanía, su estilo puede considerarse signo de cepa autóctona y originalidad. Consagrada en escenarios de múltiples latitudes, Viengsay Valdés conjuga su arte con una inteligencia que demuestra capacidad de convocatoria y carisma personal.
Recién estrenada como Directora del Ballet Nacional de Cuba, me atrevo a decirle: las campanas doblan por ti una vez más, querida amiga.
Sé, sabemos, que honrarás el nombre de Alicia. Y Cuba te estará agradecida para siempre.
Foto de portada / Buby Bode