Próximamente la escena cuabana volverá a tener sobre las tablas la obra Manteca, de Alberto Pedro, esta vez con puesta en escena de Alberto Sarraín. Inevitablemente la nueva propuesta evoca el emblemático montaje de hace 30 años a cargo de Miriam Lezcano con Teatro Mío que marcó un hito en el teatro cubano al poner sobre las tablas la realidad a la manera descarnada del texto de Pedro, en el difícil contexto social de los años 90.
Manteca abrirá su temporada en la sala Adolfo Llauradó el jueves 11 de enero. Las funciones se mantendrán de jueves a domingos siempre a las 5:00 pm.
Con Manteca, se marca el punto de inicio para el proyecto Tebas Teatro, que contará con la dirección del destacado director e investigador teatral. La puesta en escena cuenta con dos elencos que alternarán funciones. Los roles de Dulce, Celestino y Pucho serán interpretados por Nieves Riovalles/ Indira Valdés, Faustino Pérez/ Enrique Bueno y Falconerys Escobar/ David Reys respectivamente.
El crítico teatral Omar Valiño refiere sobre el texto dramático de Alberto Pedro:
En Manteca también se crea, de otro modo, una condición ritual. Pero la ritualidad se asienta en la cotidianidad como punto de encuentro de toda la vida social. Las connotaciones simbólicas aparecen en esta puesta en escena muy vinculadas con la existencia/resistencia heroica del común de los cubanos. La escritura de la obra logra rebasar, sin embargo, la chatura de una descripción reproductiva de esa vida. El verbo y el diálogo entre los hermanos resulta atravesado por toda la densidad y profundidad del espacio social cubano.
A la disolución de la familia en Electra Garrigó, a su parálisis en Aire frío, a su conflicto frente a un nuevo orden social en La casa vieja, a su irresoluble destino en La noche de los asesinos, la continúa la unión crítica en la diferencia, de Manteca.
Redacción Cubaescena
En portada: Póster de la obra
