Lellén Reca Beltrán, veintidós años en la escena espirituana

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La actriz Lellén Reca Beltrán, actualmente, forma parte de Teatro La Trinidad. Sin embargo, su carrera profesional está marcada por las experiencias de otros grupos que conforman la geografía teatral de Sancti Spiritus.

Por Laudel de Jesús

Lellén Reca Beltrán piensa que el “teatro no es verdad, sino un espacio para jugar, divertirse, y divertir”. Me lo dice mientras conversamos tranquilamente y la obligo a mirar atrás para recordar su historia en la escena durante estos ricos veintidós años.

¿Cuándo comienzas tu labor actoral?

En el año 2001 comienzo como actriz en Teatro Garabato, bajo la batuta de José Meneses Ortega. No provengo de Academia, así que tuve que empezar como Artículo 2CC, una denominación por donde comienzan los que no venimos del sistema de la enseñanza artística.

Háblame de aquellos primeros pasos…

Para mi Garabato es la escuela de teatro que conocí y que me facilitó ir entendiendo el arte del actor. Teatro garabato ofrece posibilidades al actor, porque no tiene una línea única en su producción. En Garabato se hace Teatro Para niños, teatro con títeres, de calle. todas estas modalidades José Meses las lleva coherentemente, y el actor que ha pasado por esta agrupación –y créeme han sido muchos los actores espirituanos que han transitado por ahí— tiene acceso a conocimientos y técnicas que después vienen en su ayuda, cuando menos lo esperes.

¿Qué obras defendiste en Teatro Garabato?

Lo primero que hice fue Historias de Colorín y después un espectáculo para niños. Luego me desempeñé en Arlequín, cuenta cuentos, que era un espectáculo para espacios flexibles, porque ya empezaba a vislumbrarse la estética del teatro de calle.

Teatro Garabato es un recuerdo muy lindo para mí, porque –desde esa amplia gama de propuestas que he mencionado— pude hacerme de herramientas que me han fortalecido como actriz.

Se impone mencionar a una agrupación que a mi modo de ver no ha recibido justicia por parte de la crítica en Cuba, me refiero a Teatro del Encuentro.

Esta agrupación dirigida por José Miguel Valdivia “Corojo”, y asesorado por su primo hermano Fernando Valdivia, transitó por un repertorio de teatro para adultos y sobre todo por textos relativamente poco visitados por las agrupaciones y directores cubanos.

¿Qué significa para Lellén Reca Beltrán Teatro del Encuentro?

Fue un salto en todo, porque la línea de producción fue totalmente distinta a lo que yo conocía. Además de fascinarme, exigió de mí una mirada más profunda hacia la actuación.

Lo que hacía José Miguel Valdivia me fascinaba, tenía un dominio de la escena, de lo que quería, y cuando se enfrentaba al actor, venía con la concepción en la cabeza… es que nos metía en el diseño.

Corojo tenía un profundo arraigo con la estética meyerholiana, la biomecánica, y la belleza en el diseño de la puesta en escena…

Recuerdo que La caja de zapatos vacía de Virgilio Piñera me impactó mucho, también a los actores de entonces en Sancti Spiritus. La disfruté varias veces, sin imaginar que un día la defendería como actriz.

El método de montaje y dirección de actores, ¿distaba mucho de Teatro Garabato?

Sí. Son dos métodos totalmente distintos, porque buscaban cosas diferentes también. Y Corojo buscaba insertar al actor en un diseño que ya previamente, él como director tenía concebido. Ambos tienen sus aciertos y valores, pero son diferentes modos de ver la escena. Yo como actriz hube de entender eso y de interpretar lo que se exigía de mí.

¿Cuál otra puesta interpretaste en Teatro del Encuentro?

Estudio en Blanco y Negro de Virgilio Piñera. Fue un proceso que se desarrolló muy rápido y muy eficazmente. La verdad, ya Corojo llegaba con lo que veía en su mente y lo traducía rápidamente en la escena, Nos ponía a nosotros como actores en ese diseño y, lo mejor, nos hacía vivir orgánicamente dentro de su concepción. Recuerdo esa etapa como algo muy peculiar y original.

¿Pudieras describir de alguna manera, lo que exigía de ti, José Miguel Valdivia y su concepto de la escena?

Creo que puedo decir que nos provocaba, nos hacía crear y disfrutar dentro de una puesta que ya tenía hecha en su cabeza. Eso…

Hablemos de Teatro La Trinidad y la relación con Yanny González como director.

Creo que todo lo que hemos conversado, acerca de mi recorrido en estos 22 años en la escena, me han llevado, sin perjuicios, a ver lo que piensa Yanny acerca del teatro.

Aquí has encontrado una búsqueda de una estética. Hay que recordar puestas en escena como Solos en la oscuridad, Tabú, Caniquí, pero donde creo entró el anillo en el dedo fue en la exposición de los textos de Alejandro Jodorowsky.

Háblame de Las tres viejas de Ópera Pánica.

Te diré… Yo confío en Yanny totalmente. Si me señala algo, no le cuestiono, porque siento que juega en la escena, y con la escena su filosofía de la vida y la mía, tienen mucho que ver, por tanto, la filosofía de las obras que monta también.

Cualquiera entiende, o quiere entender Las tres viejas como si fuera realista y no es para nada eso. El teatro pánico es una mezcla de absurdo con existencialismo, pesimismo y farsa al mismo tiempo. Eso me fascina.

Has llegado a un punto en el que piensas “me quiero detener”. ¿Cómo puede una actriz entrar a interpretar un personaje que no tiene basamento lógico en sí mismo?

Entendiendo la escena como un juego y no como una cosa seria. A mí me gusta el absurdo y ese sin sentido que defiende Jodorowsky. He visto sus películas y leído sus textos. La verdad, me gusta estar dentro de esa mezcla de elementos que hacen de la escena un juego y del actor, un dibujo animado.

Cuando vemos Las tres viejas, creo y defiendo públicamente, que es la senda hallada por Teatro La Trinidad. La puesta engarza perfectamente con el pensamiento de Yanny González, un director que juega al teatro y se burla de lo sagrado. Por otra parte, los actores entran en ese concepto con cierta organicidad. Pero…, ¿qué pasa con Ópera Panica?

Ópera Pánica llega a Teatro La Trinidad por sugerencia de Rafael Rodríguez, director de Teatro sobre el camino, de Santa Clara. La verdad, me gusta mucho, porque con esa obra la lógica se fue a pasear. Cada escena funciona por separado, porque la coherencia aquí la da, el entender que el teatro no es verdad, sino un espacio para jugar, divertirse y divertir.

¿Cuáles son las expectativas de Lellén Reca Beltrán para su vida como actriz?

(Ríe a carcajadas) Recibir el Premio Provincial de Teatro Hugo Hernández… Sigue riendo mientras nos despedimos y volvemos a lo cotidiano después de pasar un rato entre los recuerdos de veintidós años de una rica experiencia teatral.

Fotos cortesía de la entrevistada.