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La vida es en realidad mucho más simple. Extractos de la entrevista con el director de escena Luis Ernesto Doñas

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El pasado 16 de enero volvió al escenario del Teatro de la Opera de Liubliana una de las obras antológicas de comienzos del romanticismo. Werther de Goethe fue adaptada para la ópera por Jules Massenet y cuenta la historia de un joven pintor y poeta que lucha por sus ideales de libertad y culmina su vida trágicamente. Tatjana Ažman, dramaturgista de la Ópera de Liubliana, conversó con Luis Ernesto Doñas, director escénico a cargo de esta reposición, quién dio algunas claves en torno a la construcción del proceso creativo.

Por Tatjana Ažman

Es cierto que muchos quieren descubrir esos rasgos particulares de artistas cubanos. En cuanto a mí, creo que la palabra “resiliencia” me describe mejor. Los cubanos siempre han sido personas resilientes y esto es algo que aporto a cada proceso de trabajo colectivo. Parece bastante crucial que resolvamos los problemas en lugar de quedarnos estancados en ellos porque los entiendo como un desafío y un puente hacia la mejor solución. Suelen decir que somos personas felices y sonrientes, pero, también somos algo más que eso. Nos reímos la mayor parte del tiempo, pero en nuestra búsqueda siempre llegamos a lo más profundo debajo de la superficie, y es esencial que suceda de manera positiva.

También es muy importante nuestro sentido de comunidad y trabajo colectivo. Tenemos un desafío común que debemos resolver juntos, compartir es parte de la identidad cubana. Rápidamente me di cuenta de la diferencia entre mi forma de pensar, mi forma de trabajar y mi identidad y la forma de trabajo en la Ópera de Roma, por ejemplo.

Teniendo como punto de partida un enfoque visual en mi proceso creativo, puedo decir que como cubano siempre trato de profundizar buscando la sinceridad en la escena, conectar lo visible con las profundidades ocultas y hacer que estos dos elementos permanezcan en diálogo todo el tiempo.

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Pregunté a la dirección artística sobre sus deseos y el enfoque que deberíamos elegir. Es interesante que algunos afirman que los límites restringen la creatividad del artista, lo cual discrepo. Necesito ciertos pasos y puntos de control para entender cómo participar en el proceso con mi libertad. Marko Hribernik, director artístico del teatro, era consciente del tema del suicidio y la responsabilidad hacia el tema. También dijo que la temporada anterior había sido demasiado oscura literal y metafóricamente, lo cual también fue útil. El Werther de Goethe es un pintor, lo que me estimuló visualmente y así decidimos apropiarnos de la estética del pintor italiano Giorgio de Chirico (1888-1978).

En nuestra adaptación, Werther es un poeta, tal como lo creó Massenet, y también pintor, como lo es en el original de Goethe. Esto nos permitió una aproximación al texto desde las artes visuales, concebido como un universo suspendido donde elementos clásicos conviven con objetos modernos y donde la naturaleza y la sociedad constituyen una dualidad; su enfrentamiento lleva al personaje principal a completar su alienación. Otra cosa que me gustaría señalar es la manera en que abordamos el tema de la muerte. Proponemos multiplicar las muertes posibles, sin enfocarnos solo en la muerte física, un alejamiento de Werther de la realidad hacia la naturaleza. Werther encuentra respuestas a sus preguntas en lo que es esencial: la naturaleza. Así acaba ofreciéndose a ella. El tema de la muerte, por tanto, abre diversas interpretaciones… Además, todos los personajes esconden grandes secretos, expuestos por la doble moral de la sociedad con el marco de reglas preestablecidas y estructuras verticales impersonales y deshumanizadas.

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Werther tiene un espíritu completamente libre y no entiende las reglas de la sociedad y vive sin ellas. Quiere y trata de cambiar el mundo instando a las personas que lo rodean a seguir cosas simples: un insecto, el agua del río, etc. Es el objetivo más importante para él y su principal idea: crear, amar y compartir con los demás, pero desgraciadamente, está bastante confinado, y a esto sumémosle el peso del período histórico en el que se desarrolla la novela. Desde una perspectiva contemporánea, por supuesto, podemos entender que Werther, por ejemplo, no quiere ser parte de lo que no está en armonía con sus ideales. Su posición política podría ser: Seguiré mis ideas y deseos.

 

Hoy, este sería el tipo de persona a la que le gustaría vivir en un mundo sin jerarquías, en un mundo coexistente y conectado localmente en comunidad fuera de las ciudades. Por eso el Werther de hoy es un valiente hombre que toma el control de su vida. Al final, puede que no habría podido huir, pero habría seguido luchando por el cambio, por una vida mejor para las personas que lo rodean, para mejores relaciones mutuas en un universo compartido, y habría luchado por ello a su manera. Por eso es probablemente bastante extremo que simplemente se hubiera rendido en este mundo.

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A menudo nos decimos a nosotros mismos que en realidad la vida es mucho más sencilla de lo que creemos que es. Durante mi última estancia en Europa Occidental, me sorprendió cómo las estructuras sociales afectan nuestras vidas. Estamos pagando servicios a alguien que no conocemos, alquilando a alguien que no conocemos, no hay contacto visual entre nosotros. Es todo un reto para mí ya que no estamos acostumbrados a esta forma de vida en Cuba. Aunque tenemos mucha burocracia, ocurre a nivel horizontal. Lo mismo se aplica a otros problemas de la sociedad, pero sigo pensando que no hay tanta deshumanización y alienación en Cuba. Por eso amo lo colectivo. Trabajar mucho es una manera de ofrecer cambios y reducir la alienación. Desde siempre la sencillez de la vida reside en la cooperación, en la búsqueda conjunta del alimento, que luego se comparte.

Ya hablé de problemas… me gustaría agregar aquí mi observación de que para algunas personas crear problemas es mucho más importante que encontrar soluciones. También entiendo que la individualización y soledad, aun en colectivo, hace que no tengan las herramientas necesarias para buscar y encontrar soluciones, son personas solitarias que no tienen la oportunidad de experimentar relaciones, tanto positivas como negativas. Un camino posible es la comunidad, el colectivo: la vida cotidiana en el que mantienes tareas concretas incluso de supervivencia, e inviertes tu tiempo en esto. La gente está satisfecha con lo que tiene y vivir no es un problema para ellos. Conozco a muchos casos que viven en entornos sociales bien ordenados y son extremadamente infelices; creo que aquí también el factor clima influye mucho, claro.

El más importante poeta cubano dijo que las personas se dividen en dos bandos: “los que aman y fundan y los que odian y destruyen.” Creo que el mundo de hoy sería muy diferente si todos intentaran vivir apasionadamente y creativamente.

Fotos cortesía de la entrevistadora