Search
Close this search box.

La musa en sigilo

image_pdfimage_print

Danza Fragmentada, dirigida por el maestro Ladislao Navarro, celebra su aniversario 30 en 2023. El próximo mes de octubre estarán presentando un programa con estrenos para los festejos de la compañía…, pero el 29 de abril, Día Internacional de la Danza, Fragmentada tomará parte de la agenda que celebra la fecha en el teatro Guaso de la Ciudad entre Ríos

Por Liubis Balart Martínez

Para cualquier artista o compañía escénica es invariablemente un lance celebrar un aniversario más de existencia, clamar a las divinidades inspiradoras de la creación y el conocimiento para que le susurren al oído o iluminen al creador, ensimismado en cómo lograr la novedad de su puesta en escena.

En el caso de la compañía Danza Fragmentada, de la provincia Guantánamo, que en 2023 festeja su trigésimo aniversario y los 45 de vida artística de su director y maestro, Ladislao Navarro Tomasen, se lanza a la experimentación, penetra en el enigmático lenguaje del cuerpo y los movimientos, sin perder su estilo contemporáneo y alcanzar la altura de las piezas coreográficas, que desde su inició centraron la atención del público y de la crítica especializada. En una actuación en el Teatro Mella de La Habana, a poco tiempo de creado la agrupación guantanamera, la prensa se fijó en el trabajo del colectivo guantanamero:

Danza Fragmentada ha ganado espacio precisamente por la actuación audaz y el tono dramático de sus propuestas, desprovistas de complejos códigos expresivos.

(Periódico Trabajadores el día 16 de abril, 1996).

 

Momentos del ensayo de Monte Verde. Foto Olaph Johe Quiala.

Las lucubraciones ahora musitan en la relación de los hechos de la historiografía local con las manifestaciones del arte que, desde los inicios de 2023, deviene en un espacio de creación y debate, contemplado en el Ciclo de Talleres. Confluencia de Historia y Danza. Tradiciones, Mitos y Leyendas de los pueblos del Caribe, concertado para la reflexión con académicos del patio como Ismael Alonso Coma y la Dra. Ana Valdés Millán, quienes han brindado conferencias acerca de largos siglos de conformación del entramado étnico, económico y socio-cultural del Alto Oriente cubano.

Por su parte, la doctora en ciencias históricas, María Cristina Hierrezuelo Planas, profesora titular de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, fue invitada, por primera vez, para tratar con bailarines y coreógrafos sobre el montaje de una nueva obra basada en su investigación Particularidades de las relaciones maritales entre el francés Federico Lescaille y su esclava Adela.

Sobre la conferencia la maestra Hierrezuelo Planas comenta:

La conferencia que impartí está referida a una historia de amor entre un esclavista blanco, Federico Lescaille, y una de sus siervas, Adela, quienes fueron transgresores de las normas de la sociedad colonial.

La historia ocurrió entre 1840- 1876, tiene como escenario la hacienda Monte Verde, en el partido de Yateras Arriba, en la región de Guantánamo, donde esta mujer de ascendencia africana, fue lo que hoy podríamos decir una mujer emprendedora o empoderada al dedicarse también a la agroindustria de plantaciones de café y caña en una sociedad predominada por el hombre, el racismo.

Por eso, a pesar del tiempo, ella tiene que ser ejemplo a lo que hoy, sus herederas, debemos continuar siendo, asegura, la escritora del libro Las desterradas hijas de Eva.

El resultado de estos ciclos de talleres lectivos, auspiciado por el Centro de Superación para la Cultura, el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la compañía Danza Fragmentada,  finalizará en la coreografía Monte Verde, creación del bailarín Guilberto Félix Díaz (Willi), quien asiente que es un reto para él como coreógrafo invitado, ya que el mayor peso de su quehacer artístico recae en las expresiones folklóricas, de las que hace gala desde su nacimiento al proceder de una familia portadora de las tradiciones haitianas.

Guilberto Félix Díaz (Willi), coreógrafo de Monte Verde, durante los ensayos en la sede de Danza Fragmentada.

Por ese saber acumulado, Willi, como le decimos en Guantánamo, se convirtió por más de dos décadas en una de las principales figuras de la compañía Ballet Folklórico Babul y en la centenaria Tumba Francesa Pompadour Santa Catalina de Ricci, donde se establece desde hace un lustro.

Sus conocimientos, lo transmite con naturalidad y pureza a sus estudiantes de la Escuela Profesional de Danza Alfredo Velázquez Carcasés y a los del conjunto músico-danzario Jagüey, de la Universidad de Guantánamo.

Él se siente agradecido por la oportunidad ofrecida por el maestro Ladislao Navarro, siempre atento al proceso de creación y montaje, al sugerir bibliografías acerca de los métodos de la danza moderna cubana, y brindar su experiencia en la composición coreográfica en cuanto al espacio, tiempo y cuerpo.

Wili se nutre además de las clases ballet y de la técnica contemporánea de los bailarines de Danza Fragmentada, del vocabulario de las frases coreográficas, la expresividad y motivación de cada uno de los 12 danzantes, entrenados en estilo de la teatro-danza, en su improntu del cuerpo.

Absorto el creador, explora en los bailes de masún, la fuerza del vudú, la polirritma de los toques del tambor, el canto de los ancestros, la coquetería y sensualidad de las esclavas, recrea el convite acontecido en el claro de los cafetales de las serranías guantanameras, se imagina el auge del sistema de plantaciones esclavistas, escudriña cada elemento histórico con los expertos, cómo hilvanar la dramaturgia de principio a fin, y confiesa, “Adela- la musa- me tiene desvelado”…

Sobre los procesos de creación con los que Danza Fragmentada celebrará su aniversario 30 y los 45 años de vida artística del maestro y coreógrafo Ladislao Navarro, continuaremos brindando detalles en próximas entregas desde Guantánamo.

En portada: Imagen de la serie Matria. Foto Gabriel Dávalos.