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La Escena desde Damas 314, Nueva columna en el Portal Cubaescena

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Ángel Alberto Padrón Hernández lleva desde hace muchos años un blog, al que nombró Damas 314, título que marca la dirección de su casa en Camagüey, donde atesora un interesante catálogo de textos sobre la historia de la danza cubana

Por Mercedes Borges Bartutis

Salir de La Habana siempre me permite ampliar mi circuito de buenas amistades. Hace unos días me fui a Camagüey, invitada al Concurso de Coreografía e Interpretación Fernando Alonso in memoriam, una experiencia interesante que me dio la oportunidad de volver a visitar a los muchos amigos que conozco en la hermosa Ciudad de los Tinajones.

Pero esta vez, mi visita tuvo un valor agregado, porque pude conocer personalmente al periodista, Ángel Alberto Padrón Hernández, acucioso investigador del que había leído muchos textos pero que no conocía personalmente. En una de esas tardes camagüeyanas, después de la función en el teatro Principal, que por suerte siempre fueron en el horario de la cinco de la tarde, me fui hasta Damas, una tranquila calle donde ha residido casi toda su vida Angelito, como le dicen la mayoría de sus amigos.

Y allí, entre libros, recuerdos, y la calidez de un patio hermoso, lleno de plantas bien cuidadas, conversamos sobre ballet, danza y, por supuesto, sobre el palpitar que hoy sacude lo cotidiano de Cuba.

Ángel Alberto Padrón Hernández lleva desde hace muchos años un blog, al que nombró Damas 314, título que marca la dirección de su casa en Camagüey, donde atesora un interesante catálogo de textos sobre la historia de la danza cubana, pero en particular sobre el Ballet de Camagüey y los acontecimientos más increíbles que ha tenido el arte de las puntas en aquella ciudad.

En la nota que presenta su blog Damas 314, se puede leer:

Nací en Camagüey, Cuba, en 1960. Viví 20 años en una casa paupérrima y triste en la Calle Sedano. Luego vine a vivir a Damas 314, sitio que más que mi casa es mi planeta, mi casa está llena de recuerdos, voces, fantasmas y objetos, cuyo único valor es el sentimental, porque es mi planeta. Por eso suelo decir, no vivo en Cuba, ni en Camagüey, ni siquiera en la Tierra. Damas 314 es mi planeta. Aquí he sobrevivido la soledad, la traición, el desarraigo y la tristeza, pero igual he tenido grandes alegrías, he compartido mis vivencias con grandes e imprescindibles amigos, momentos de infinito placer y en este sitio siento el maravilloso privilegio de la soledad que es para mí como una misteriosa compañía. Damas 314 es mi paraíso. Igual podría ser el tuyo.

Así, se presenta Ángel Padrón, un periodista que le ha dedicado su vida a la investigación del ballet en Camagüey y guarda con celo, un amplio volumen de información que ha ido compartiendo en su blog, pero también en sus redes sociales, a través de pequeñas crónicas y comentarios, con información y datos que solo puedes encontrar allí, en Damas 314, su casa, su blog, su planeta, como el propio Ángel Padrón le llama a su acogedora morada.

Justo sobre él, Indangel Betancourt, escritor camagüeyano, apuntó: En la calle Damas 314, vive un señor que no sale de su casa, pero agradece las visitas. Al atardecer, cuando el verde se hace nocturno en su patio interior, él suele convertirse en muchacho de los ochenta. ¿Y qué es eso?, preguntan algunos visitantes. «Es una forma de decir», contesta él. Este señor nunca besó a una mujer, pero ama a las bailarinas.

Con su hablar pausado, Ángel Padrón me contó que ya no sale de su casa, que la vista no le acompaña, pero con el universo que le rodea vive una existencia intensa y llena de recuerdos, de los acontecimientos ocurridos en el teatro Principal de Camagüey, protagonizado por grandes bailarinas, balletómanos, maquillistas, diseñadores, coreógrafos, un mundo fascinante que solo él tiene la verdadera dimensión de su existencia.

Imagen de portada: Fotograma tomado del documental El maestro entre nosotros.