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“La escena cubana” postconfinamiento

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Por Yamina Gibert
El teatro es de las manifestaciones artísticas que encuentra su sentido en la presencialidad o interacción humana, pero, todos sabemos que durante el confinamiento esta actividad regular de pronto se detuvo. Se suspendieron montajes, ensayos, temporadas, festivales, talleres de perfeccionamiento técnico…, no obstante, muchos actores o actrices, artistas circenses, humoristas, bailarines, mimos, con múltiples iniciativas decidieron continuar con su arte, acudieron al mundo digital y aportaron la reinvención de sus contenidos culturales. ​
El teatro fue digitalizado y se incrementó la comunicación online, el uso de soportes tecnológicos y la visibilización mediática. Las redes sociales junto a la Televisión Nacional de Cuba, contribuyeron a difundir videos caseros y noticias del estado del arte, el teatro de alguna manera continuó, pero ese no era su estado natural, no satisface plenamente porque somos seres sociales con otras costumbres en ese sentido. Necesitábamos los espacios interactivos, de intercambio de energía viva, de esa espiritualidad que sólo es privilegio del arte teatral.
Pero, no nos engañemos, surgió una nueva realidad, y esa realidad llegó para quedarse. Así las cosas, pasó el tiempo y entramos en la etapa de postconfinamiento, un lapso que coincide con la Jornada de la Cultura Cubana. Para este período la Institución reorganiza y rediseña una programación con la idea de dar oportunidad de presentación a la mayor cantidad posible de agrupaciones, se crea una jornada que celebra la vida, la cultura, y el gran hecho de la vuelta al teatro.
La oferta teatral detenida abruptamente en marzo, se reactiva el 10 de octubre, con motivo del aniversario de El Ciervo Encantado. Comienza el regreso del público, claro, estamos aún en pandemia, con medidas restrictivas y una capacidad de platea al 40%.
Después del 17 de octubre se traza el acceso paulatino a las instalaciones teatrales habituales, son efectivas trece instalaciones que inteligentemente hacen uso estricto de un protocolo para salvaguardar la salud pública. A pesar de la reducida capacidad que se crea para el público asiduo, el trabajo de promoción posibilita la no aglomeración en colas y posteriormente se incorporan otros teatros que suman un total 16 espacios. Estas salas por la situación energética del país abren únicamente los sábados y los domingos. En el caso de los espacios abiertos y alterativos se realiza una programación destinada, fundamentalmente al público infantil, de esta manera se logra la cifra nada despreciable de 75 funciones o representaciones y 14705 espectadores.
En la oferta del repertorio que se presenta se busca balance, hay espectáculos de circo, humor, danza y teatro. Se trata de una programación de lujo en la capital del país que tiene como protagonistas al Ballet Nacional de Cuba, el Conjunto Folklórico Nacional, el Ballet Español de Cuba, Litz Alfonso Dance, Ballet Revolution, Circo Nacional, Teatro Lírico Nacional, Teatro el Público, Teatro de la Luna, Teatro D´Dos, Teatro La Proa, Centro Promotor del Humor y muchos otros. A lo anterior se añade la novena Semana de Teatro Alemán con performances, estrenos y reposiciones.
En la semana que citamos aparecen los textos alemanes con puestas en escena muy cubanas y fluye un evento teórico en la Fundación Ludwig. Pudimos apreciar obras clásicas como La excepción y la regla de Bertolt Brecht a cargo de Alexis Díaz de Villegas y el grupo Impulso Teatro en la Sala Llauradó y Todos mis hermosos caballos de Heinrich von Kleist, dirigida por Atilio Caballero con su Teatro de la Fortaleza de Cienfuegos. También, textos contemporáneos como Furor de Lutz Hübner y Sarah Nemitz, gracias a Miguel Abreu y Ludi Teatro, o la obra Cómo puedo encontrarte, atraerte y convencerte para que te quedes de Anja Hiling, con dirección de Sahily Moreda en La Compañía Teatro del Cuartel que se puso en la Sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht.
Otras ofertas del circuito de Línea fueron las obras de Teatro El Público Las amargas lágrimas de Petra von Kant y el estreno de Wonderland Ave de Sibylle Berg, con la dirección de Yanier Palmero.
En la mayoría de los espectáculos visionados, estrenos o reposiciones durante los meses octubre, noviembre y parte de diciembre, son evidentes los valores estéticos. Aunque existen algunas obras que resultan un tanto inmaduras y requieren fogueo, es innegable la vuelta del arte escénico mediado por las calidades artísticas, también, resulta importante el espacio que se logra de lobby del público asistente a cada función, otra de las formas más disfrutadas que complementan cualquier intercambio teatral.
Lo cierto es que, a distancia volvió el contacto humano, y los artistas aparte de de lidiar con la pandemia de Covid19 aún existente en nuestros días, mostraron capacidad resiliente en la nueva normalidad. Ese escenario que describimos es la alegría del teatro que continúa para dar paso al nuevo año y a la Jornada Villanueva, al Día del Teatro Cubano.