Search
Close this search box.

“La cultura como motor impulsor de los procesos para la transformación social”

image_pdfimage_print

Por Yoamaris Neptuno Domínguez

Hemos compartido parte de las experiencias vividas por los protagonistas del Proyecto Juntarte, la cadena creativa que hace la escena inclusiva y los aprendizajes adquiridos en el proceso, pero; ¿Cómo se concibió el componente formativo? ¿Qué se siente ser parte de una iniciativa como esta? ¿Qué valor se le concede al arte como elemento transformador?

Sobre estas y otras cuestiones conversamos con Rosmery Felicia Padrón de la Rosa, quien se desempeña como Coordinadora de Programas y Proyectos en el Centro de Intercambio y Referencia – Iniciativa Comunitaria (CIERIC). La institución, de referencia para el trabajo sociocultural comunitario a nivel nacional y regional, cuenta una larga experiencia en gestión de proyectos de desarrollo a nivel local y comunitario desde la concepción cultural. Su metodología es construida participativamente y se ha venido enriqueciendo por más de 30 años.

¿Cómo llega Rosmery a Juntarte? ¿Tenías alguna relación con el arte anteriormente?

Supimos que entre los propósitos de Juntarte estaba la concepción de un programa formativo para las organizaciones de la Sociedad Civil cubanas y jóvenes artistas de las artes escénicas sobre elaboración y gestión de proyectos artísticos, teoría del cambio, enfoque de género y diversidades e inclusión social. El proyecto, en su concepción integradora, concibió la participación de algunas instituciones para complementar la formación de sus beneficiarios; entre ellas el CIERIC. Nuestra trayectoria institucional ha permitido el despliegue de acciones e intercambios con personas, grupos, comunidades e instituciones diversas a lo largo de todo el país.

De alguna manera, al formar parte del CIERIC, siempre compartes en el quehacer cotidiano con expresiones y manifestaciones del arte, y más que el arte, con procesos culturales de los cuales formamos parte intrínsecamente.

Cuéntanos de tu experiencia como profesora. Imagino haya sido “una tranquilidad” la modalidad virtual del curso…

Bueno, en realidad sí, una gran tranquilidad. En este tipo de procesos, aunque en La Habana suelen tener mejores condiciones de conectividad, mi temor estaba en no ser puntual dada la situación del transporte y la distancia desde San José de las Lajas, donde vivo.

Pero no estabas sola…

No, no, yo estuve como cofacilitadora, hubo un binomio OAR – CIERIC donde todo se dio de conjunto. Concretamente en los encuentros hacía puntualizaciones necesarias, recuperación de la información y la sistematización de los encuentros y del proceso en su totalidad.

El Proyecto Juntarte se dirigió a las juventudes de las organizaciones de la sociedad civil cubana de las artes escénicas, potenciando la participación de mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+; así como a representantes de instituciones del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, a nivel nacional y provincial, y de las autoridades locales del sistema de la cultura de las capitales provinciales. Teniendo en cuenta la magnitud y el alcance que puede esto tener… ¿Qué temas se trataron? ¿Algo que consideres distinga este proyecto con respecto a experiencias anteriores?

Formamos un equipo que elaboró el Programa General del Curso y toda su concepción metodológica teniendo como eje la gestión de proyectos inclusivos en las artes escénicas. Se abordaron temas relacionados con equidad de género, diversidad sexual y violencias de género, en un primer módulo y luego diseño y gestión de proyectos.

Considero importante resaltar la atención prestada, el seguimiento que las personas que lo recibieron ofrecieron a los intercambios, el activismo en los chats creados para cada región, la diversidad de sujetos vinculados a los procesos culturales que compartieron y la disciplina mostrada en todo momento. Destaco lo que resultó de esos talleres: valores construidos, compromiso y solidaridad, nuevas alianzas para el trabajo profesional a nivel personal e institucional, amistades que se han consolidado durante el de cursar del tiempo.

Nunca antes había tenido que experimentar una facilitación para tres regiones casi simultáneamente y de manera online. Precisamente esto fue lo que distinguió a este proceso de experiencias anteriores, con la distinción y un valor agregado: dirigido a jóvenes artistas.

Si tuvieras que definir el proceso. ¿Cómo lo harías? ¿Crees que se cumplió el papel de la institución que representas?

Defino el proceso como MARAVILLOSO; así con mayúsculas, porque me permitió compartir con profesionales de excelencia como Mareelen Díaz Tenorio, de quien se aprende algo nuevo cada día y con jóvenes muy entusiastas y con una espontaneidad exquisita.

Considero que se cumplió el papel que el CIERIC debía hacer como institución convocada para este proceso formativo. Primó el profesionalismo y la ética que son políticas institucionales y que en esta ocasión quedaban bajo la responsabilidad de mi compañera, amiga y hermana Lilia María Lorenzo y mi persona. De igual manera el respeto al criterio ajeno, la comprensión que se desata en empatía y humanismo y el principio de inclusión, fueron premisas en el curso desarrollado donde esta vez estuvimos nosotras; pero que cualquiera de mis compañeras del CIERIC lo hubiesen realizado con el mismo amor y dedicación que lo hicimos.

¿Aprendizajes?

Aprendizajes siempre se extraen de cada proceso. En este caso denoto la necesidad de fortalecer constantemente capacidades en las personas que se desempeñan profesionalmente en el sector cultural, especialmente los jóvenes; estos lo agradecen, considerando la cultura como motor impulsor de los procesos para la transformación social. De vital importancia es que exista una preparación integral en estos profesionales, con la concepción clara del pensamiento fidelista que “La Cultura es escudo y espada de la nación”.

Me compartías en algún momento que has podido comprobar la aprehensión de los temas que conllevó a la formulación de nuevos proyectos por parte de los cursistas…

Sí, por ejemplo: en un recorrido por la provincia Las Tunas pude constatar que hay beneficiarios de los talleres y cada vez que los interrogan, que tienen que compartir cualquier información o testimonio, valoran como marcó en ellos este curso; a pesar de ser on line. Señalan que les aportó muchas herramientas para su quehacer diario.

La joven Leonor Pérez Hinojosa (Leo) ha crecido en cuanto a lo relacionado al tema gestión de proyectos, y no sólo ella, ya cada uno de esos jóvenes forma parte de un micro proyecto: “Laboratorio Cultural El Nido” que los junta en un emprendimiento colectivo; además de que cada quien tiene su propio emprendimiento. Le llamamos micro proyecto porque, junto a otros cinco, están bajo la sombrilla del proyecto “Dinamización de la vida sociocultural y productiva del municipio Majibacoa, provincia Las Tunas”. El Nido, conformado por jóvenes artistas, propone resultados colectivos; por lo que apuesta por encadenamientos productivos, donde la cultura es el eje dinamizador.

Ese dato es significativo porque es un resultado de aquel proceso. Cada joven fue capaz de emprender su propio proyecto en las artes escénicas; pero también iniciativas que se diversifican a otras expresiones como la de incorporar desde tradiciones autóctonas de la provincia nuevos platos en la culinaria y bebidas a partir de plantas y frutos originarios de allí. Algo que ha venido extendiéndose entre ellos es la parte de las artesanías; además de las puestas en escena de todo lo que construyen y lo que siempre van innovando.

¿Y qué valor le concede al arte?

Ningún artista debe perder la perspectiva que el arte es un instrumento para transformar, para llegar a la ideología de las masas; es por ello que en la escena hay que llegar a lo más profundo de la existencia humana que es develar la verdad, proponer soluciones a problemáticas que laceran la sociedad actual, y no quedarse solo en el planteamiento.

Gracias profe por compartirnos sus experiencias en nombre del equipo de facilitación…

Todo un placer… Quisiera terminar diciendo que cada aprendizaje en nuestras vidas que nos viene por enseñanzas, consejos, educación familiar o saberes de cualquier tipo, es nada si no logramos interpretarlo y aprovecharlo en nuestro avance como ser humano.

Siempre habrá quien progrese más y aproveche mejor lo aprendido, y siempre habrá quién deseche lo compartido en espacios como el que ofreció este curso y entonces habrá perdido lamentablemente su tiempo. El artista es eso: artista; tiene que crear constantemente, innovar, descubrir lo nuevo; el reto está en interpretar el mundo, sumarle nuevos conocimientos, hacer investigación que es ponerle ciencia, y traducir todo eso en la escena de manera atractiva y creativa.