Por Nolber López García
Las Tunas.- Este 27 de diciembre, Total Teatro presentó La Avaricia, pieza que forma parte de un espectáculo mayor que aborda los siete pecados capitales. La obra presenta una característica humana que puede ser interpretada de diferentes formas. Desde la perspectiva de los personajes, se plantea la pregunta: ¿Quién es más ladrón?, ¿aquel que roba por necesidad o aquel que roba lo que no le hace falta ? Esta cuestión invita al espectador a reflexionar y crear su propia interpretación de la historia.
Los actores Adelaida Villavicencio y Juan Manuel Maestre asumen también la dirección artística. Ellos trabajaron en conjunto para analizar cada momento y decidir cómo interpretar las facetas por las que transcurre la obra. Comentan que todos en algún grado somos avaros, ya sea guardando cosas para nosotros mismos o buscando obtener más. Este «pecado» se muestra lo mismo como solución que como no solución en el contexto en el que vivimos.
Así, se sumergen en los roles de dos mendigos que la trama muestra como desfavorecidos ante la sociedad, pidiendo dinero a los transeúntes. Sin embargo, la historia revela que esta actitud tiene un antecedente y un propósito. Pues Bruta, una ex profesora de Literatura interpretada por la versátil actriz Adelaida, se ve sumergida en la marginalidad y busca dinero desesperadamente para salvar a su hija. Esta revelación sorprende al espectador y genera una crítica sobre la avaricia y las situaciones reales que atraviesan las personas en la actualidad.
El actor y director Juan Manuel Maestre explicó que la producción en particular es el resultado de un estudio de diversos textos que han tocado el tema a lo largo de los años. Desde la Divina Comedia de Dante hasta el famoso poema de Quevedo, «Madre, yo al oro me humillo», y la conocida obra de teatro de Molière, El Avaro.
Estas influencias históricas se fusionan con la realidad actual, creando así una experiencia teatral cautivadora.
La escritura de la obra comenzó el año pasado, pero diversos obstáculos retrasaron su puesta en escena, entre ellos la falta de una sala adecuada para desarrollar el espectáculo. A pesar de ello, el grupo decidió adaptarse y llevarla hasta espacios abiertos. Es un trabajo complicado, especialmente cuando no se cuenta con un equipo grande y una sala específica para ensayar. Además, se trata de un guion complejo que combina diferentes corrientes estéticas y teatrales como el hiperrealismo, el realismo sucio, el teatro de la crueldad y el teatro del absurdo, lo que le da un carácter multidimensional. «Esta diversidad de estilos permite una exploración profunda y amplia de las temáticas abordadas en la obra», enfatizó Juan Manuel.
En ese sentido, el tratar un tema tan relevante y actual en espacios abiertos permite una mayor interacción entre los actores y el público. A medida que la obra avanza, las personas que se acercan a presenciarla se ven envueltas en la escena y se convierten en cómplices de la experiencia.
Con una perspectiva incisiva, La Avaricia se posiciona como un espectáculo teatral que también ofrece la capacidad de cuestionar y analizar la realidad en la que se vive. Es un valioso testimonio del poder del arte para abordar temas sociales e invitar al diálogo.
Foto ReyLópez