Kilómetro Cero, trinchera o punto de partida

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La agrupación ofrecerá funciones los días 14 y 15 de junio, a las 11: 00 am, en la Sala Teatro Acuestas de Cienfuegos

Por Victor Ricardo Cabrera Soriano

El colectivo teatral Kilómetro Cero regresará a Cienfuegos con funciones de Clara y Carlos los días 14 y 15 de junio, respectivamente, bajo la dirección de Liliana Lam. Esta será la tercera visita del grupo a La Perla del Sur en 2025, reflejo del impacto que ha tenido en la escena local al ofrecer un estilo teatral realista, poco explorado por los creadores de la provina.

Su debut en Cienfuegos fue con Favez, obra que narra la historia de la primera mujer médica en Cuba y que les valió un premio en el Festival del Monólogo Latinoamericano (FMLA). En mayo presentaron Kilómetro cero, uno de sus mayores éxitos y génesis de su repertorio, pieza que le dió nombre al grupo.

Si con Favez, Kilómetro Cero reveló su sello: el compromiso con temas de género, diversidad y justicia social; con la puesta de Kilómetro cero reafirmaron su batalla por representar realidades invisibilizadas en la sociedad cubana.

(Re)visión al kilometraje

Kilómetro cero, escrita y dirigida por Liliana Lam a partir del libro Pingueros en La Habana de Julio César González Pagés, aborda un fenómeno social poco visibilizado: la prostitución masculina en Cuba. La obra se centra en jóvenes que se prostituyen, principalmente con otros hombres, como estrategia para mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias.

Es importante destacar que estos jóvenes no se identifican necesariamente con una orientación sexual específica; muchos no son gays ni bisexuales, sino que su motivación es principalmente económica y de supervivencia. Por ello, este grupo se reúne cada noche en el bar Kilómetro cero para “matar sus jugadas”.

El montaje narra la vida de Carlos, un joven que, desde pequeño, sufrió abusos sexuales por parte de su padre y hermano. Carlos encontró en el bar el centro perfecto para su negocio. Él permanece allí porque “no sabe hacer otra cosa, está configurado” para eso. Su historia se entrelaza con la de César, un antropólogo que investiga la vida convulsa de estos “pingueros”.

César, que es “un escritor que no escribe novelas ni cuentos, aunque podría hacerlo”, actúa como acompañante y guardián de Carlos y sus camaradas. Al igual que Cesar, la obra no juzga, ni condena, sino que busca comprender: “al fin y al cabo, estos muchachos están aquí y alguien tiene que contar su historia.”

En su subtexto, Kilómetro cero plantea la pregunta: “Los hombres también se prostituyen, sí. Pero, ¿por qué?” y responde a través de las historias de sus protagonistas, quienes, poco a poco, revelan relatos que desarman cualquier ideal de felicidad.

La puesta logra que el público desmitifique la escena teatral para descubrirla como un acto real, risueño, reflexivo y conmovedor. Al mismo tiempo que rompe con el afecto familiar tradicionalmente presente en la cultura cubana, para revelar verdades oscuras que laten con fuerza en el corazón de las víctimas de estas historias.

Un logro destacado de Lam y su elenco es el uso de un lenguaje cotidiano, directo y crudo, que conecta con el público. Este recurso, aunque puede parecer gratuito, funciona como una forma de exaltación y símbolo totalmente legible.

Kilómetro… posee variedad de lenguajes artísticos en perfecta alineación con el conflicto, que resulta un tanto novelesco para las tablas, uno de sus mayores atractivos:

Su dramaturgia, sigue la línea conjunta de las relaciones entre los personajes. Se introducen también audiovisuales que marcan la cronología de los sucesos, que alternan con los relatos de los “pingueros”.

Cada confesión aporta giros emocionales que convierten la pieza en una vivencia compartida. Kilómetro Cero es tambien, la búsqueda de empatía con modos de vida que han sido marginados por la sociedad cubana, casi excluidos de su historia, sin entender que la elección no es oportunidad de todos en un contexto hostil.

De izaquierda a derecha: Alberto Corona como Yunier y Pedro (Peter) Rojas como Carlos, en Kilómetro cero/ Foto de tomada Internet

Pingueros en primera persona

La temporada de funciones de Kilómetro Cero, el pasado mayo en la Sala Teatro Guanaroca, me brindó la oportunidad de acercarme al elenco y conocer de primera mano sus experiencias y reflexiones. Daniel Barrera Valdés, intérprete de la obra, expresó:

“Es complicado, a veces, para los actores enfrentarse a este tipo de personajes, con cargas emotivas tan fuertes y escenas invasivas corporalmente. Hay que liberar la mente y entregarse al trabajo, para poder encarnar historias tan emotivas, que se muestran difíciles, y que están alejadas de nuestras realidades.”

Por otro lado, Alberto Corona, otro de los actores, explicó que para construir los personajes realizaron un trabajo de campo profundo junto al propio autor. Además, subrayó que las temáticas que aborda la compañía desde su fundación son la razón principal de su existencia:

“Nos interesa el teatro realista, aunque le ponemos esa ficción que lo hace artístico. Luchar por los derechos humanos es una prioridad para nosotros.”

Liliana Lam, creadora de la obra, dice que para ella “es fundamental que cada personaje sea único” y que siempre tuvo “intención en mostrar la realidad cubana: esas noches de prostitución que sí existen en la isla”. “El teatro no tiene que ser solo exaltación de lo ‘hermoso’, también hay poética en el teatro realista, y eso lo fuimos descubriendo en el proceso”, agregó.

Lam también aseguró que un concepto clave en su trabajo es la “verdad escénica: esa que el actor o actriz vive en cada instante sobre el escenario”. Por eso “cada vez que se pone Kilómetro cero, todo sucede por primera y única vez.”

La actriz defiende la apuesta por el realismo en escena porque cree que los recursos empleados en el ambiente teatral de su pieza “impactan más en el espectador”. “Mientras más reflejo sea el teatro de situaciones actuales o pasadas con impacto social, más relevancia tendrá en lo sensitivo y cognitivo, y eso abrirá paso a la transformación social, que es el objetivo de nuestro trabajo.” Esa es trinchera para luchar y el punto de partida para un mundo mejor.

En portada Carlos Solar y Peter Rojas/ Foto de tomada Internet