Johannes García entrevisto por Santos Toledo

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Por Marilyn Garbey Oquendo

El Shangó de Cuba es el título de la exposición que el artista visual Santos Toledo dedica al bailarín Johannes García, Premio Nacional de Danza 2020. Ahora se exhibe en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, donde la danza y el diseño gráfico encontraron espacio  desde los días fundacionales de la emblemática institución. Esta es la primera estación de un itinerario que llevará la muestra a otros lugares de Cuba.

No sé cómo se hicieron amigos Santos Toledo y Johannes García, pero imagino que esa fraternidad data de los días en que el bailarín arrancaba los aplausos del público  en el Teatro Mella durante  las temporadas  del Conjunto Folclórico Nacional y, por suerte para todos, llega hasta hoy.

A juzgar por las estadísticas,  Santos Toledo es un hombre muy laborioso. Las cifras indican ha diseñado más de 500 carteles a lo largo de sus 55 años de vida artística, valiéndose de técnicas diversas,  desde el pop art hasta las más novedosas de la era digital que ha incorporado con maestría.

La música y la danza han sido siempre asuntos del interés creativo de este artista visual. Nombres como Benny Moré, Juan Formell, Celina González, Omara Portuondo han convocado su atención. En el mundo de la danza ha seguido atento a las presentaciones de Antonio Gades, Cristina Hoyos, Les Luthiers, la compañía de Lizt Alfonso, Danza Contemporánea de Cuba y el Conjunto Folclórico Nacional. En esta última agrupación Johannes García alcanzó el rango de Primer bailarín e interpretó coreografías consideradas como clásicos de la danza cubana

Ahora Santos Toledo invoca títulos  que fueron éxitos del Conjunto Folclórico Nacional  como Alafìn de Oyó, de Roberto Espinosa; Odebí el cazador, texto de Eugenio Hernández Espinosa y coreografía de Manolo Micler; el dúo de Afreketé y Jebbioso del Ciclo Congo, firmado por Rogelio Martínez Furé y Rodolfo Reyes;  Trinitarias, del maestro Ramiro Guerra; La rumba de los muertos, de Gerardo Lastra. En las imágenes expuestas se aprecian a las bailarinas protagonistas de esos momentos inolvidables: Zenaida Armenteros, Silvina Fabars, Alicia Santos, Julia Fernández. Y en una de las instantáneas, Johannes acompaña a la pequeña aché, la gran Merceditas Valdés.

Johannes es incansable, hasta hoy sigue trabajando a favor de la danza, subrayando los aportes de África a la cultura cubana, defendiendo las esencias de nuestro país. Y así lo confirma  Santos Toledo a través de  sus carteles, al detenerse en montajes más recientes como La otra rumba de papá Montero, con la Compañía de Danzas Tradicionales de Cuba JJ, o  en las variaciones del personaje que da título a la exposición.

Subrayo la importancia de que Santos Toledo haya registrado la carrera  de Johannes, porque gracias a sus carteles se preserva una zona de nuestra memoria escénica. El carácter efímero de la danza quedó atrapado en la mirada de un espectador de primera fila y, gracias a ese gesto, podemos  hoy reconstruir una etapa fecunda del arte cubano, de la cual ya quedan pocos protagonistas. De esa manera también se resguarda el patrimonio escénico del paí

Santos Toledo ha sido definido como un maestro del diseño gráfico, y esta muestra lo corrobora.  Es capaz de elegir las líneas, los colores, la composición, la tipografía exacta para cada tema. Miguel Barnet afirmó que la obra de este artista  trasciende lo local y pasajero para colocarse en el ámbito permanente y universal

La exposición El Shangó de Cuba, de Santos Toledo, dedicada a Johannes Garcìa,  se enmarca en la temporada de la Compañía de danzas Tradicionales de Cuba JJ, porque esa posibilidad de hacer converger todas las artes es una de las marcas del Teatro Nacional,  institución que ya celebra 64 años de trabajo

Para Santos Toledo, para Johannes García, para el equipo de trabajo del Teatro Nacional, vayan los más rotundos aplausos

 

*Palabras inaugurales de la exposición. Junio 2023

Foto de portada: Buby Bode