ʺNo te quedes en la cáscaraʺ
Por Yoamaris Neptuno Domínguez
Así le dijo Pedro a Rosa en uno de sus parlamentos después de una escena donde pretendían descubrir el motivo que los llevó a ese momento. Ellos haciendo retrospectivas de sus vidas, dando paso al ahora, una concreción de experiencias que, sin lugar a dudas han marcado su andar. Nosotros, mortales espectadores, haciendo, inevitablemente, conexión con cada imagen, frase, gesto, movimiento, canción, baile, jacuzzi, ron, croquetas….
Considero que a la escena cubana se han llevado obras teatrales cuyos temas han trascendido lo banal, la sobrerrepresentación y los clichés para tocar puntos como el didactismo político, la marginalidad, la racialidad, la religiosidad, la diversidad sexual y la vulnerabilidad social de la mujer; temáticas utilizadas por suerte en muchas ocasiones de manera inteligente, como fuente de conflicto. Confieso que pensaba encontrarme con otra obra de este tipo y fue mucha mi sorpresa al descubrir que la empatía y la sororidad (palabras que parecieran estar de moda) se hacían presente muy sutilmente ante la búsqueda del personaje masculino de romper con cumplir los mandatos de la masculinidad hegemónica y responder al estereotipo de hombre fuerte y poderoso.
Intimidad, que se mostró hasta finales de mayo en Habana Espacios Creativos, revela el sentir de dos seres (donde de momento Él es Ella y Ella es Él) marcados por prejuicios, tabúes, actitudes que están amparadas por imaginarios y normas sociales que se expresan en símbolos, lenguajes, cuerpos y discursos que indiscutiblemente habitan en los pensamientos y comportamientos de determinados individuos, grupos e instituciones.
La virtud del teatro al ser revelador, entender la realidad, el comportamiento humano, reconocimiento de la veracidad; puede mostrar el aquí y el ahora de forma transparente como reflejo de lo que acontece; que, en disímiles ocasiones, es el resultado de los cimientos asentados en el tiempo y por lo tanto se transmiten de generación en generación.
Rosa y Pedro (que pueden ser María y Juan o Yusimí y Darío) demuestran que la igualdad de género no se trata exclusivamente de asuntos relacionados a las mujeres y las niñas y que la participación y el compromiso con los hombres y los niños son igualmente importantes. En cualquier contexto, las mujeres, los hombres, las niñas y los niños tienen experiencias diferentes que han sido determinadas por los roles de género existentes en la sociedad en que se han formado y conviven.
No cabe dudas que el binomio Liliana Lam – Alberto Corona (unidos en el arte y en la vida) está transitando por un camino para llegar al hecho dramático donde la investigación y la confrontación de experiencias tiene que ser la vía para aunar información sobre estas temáticas. Lo complejo, a mi entender, puede ser llevarlo a la escena ya que parten de intereses personales (en primera instancia) y hacer confluir guion, actuación, elementos escenográficos, no es tarea fácil.
Tocar problemáticas sociales y conceptos de este tipo, (con mirada de género) tanto en Cuba como a nivel mundial, implica compromiso, retos. No creo que exista un ABC, ni recetas, ni manuales que digan lo que se debe hacer y lo que no. Sí considero que es tarea de los equipos de realización con todas sus disciplinas (incluyendo la crítica) hacer teatro que no sea elitista, que guste y sea entendido lo mismo por el intelectual que por la persona «de a pie». Eso conlleva estudio, preparación. A veces es difícil plantear conflictos en el campo de los valores sin apartarlo de lo político y uso el término «plantear» pues en muchas ocasiones se queda solo en el planteamiento, en el guiño, en la intención.
Estamos ante una puesta teatral que, inspirada en el texto La llamada de Lauren, de la autoría de la dramaturga española Paloma Pedrero, trae a la manera del siglo XXI una Intimidad que propone trabajar en la idea de enseñar y promover ejemplos de feminidades y masculinidades alejadas de conceptos tradicionales.
Dos elencos, dos parejas con miedos, prejuicios, incertidumbres donde se repite la historia contada por Laura Alejandra y Ernesto Pazos / Alberto y Liliana. Una evidente complicidad manifiesta en escena que gira en torno a mostrar un discurso que vuelve a la reflexión desde el arte cada vez más parecido a su época, al diálogo rompiendo esquemas, a la veracidad sin tapujos.
Un planteamiento: lo asignado y lo asumido no siempre es lo correcto, estamos de acuerdo… nuestros aplausos lo evidencian. ¡Bravo!
Intimidad
Por Raquel Sierra Liriano (Tribuna de La Habana)
¿Qué pasa entre una pareja en la intimidad de una habitación? ¿Pueden los estereotipos, los prejuicios y el machismo colarse en una cama? ¿Es posible deconstruirse, cambiar, transformarse y crecer?
Sobre estas cuestiones íntimas y públicas a la vez versa una nueva puesta en escena del binomio Liliana Lam y Alberto Corona, inspirada en la obra La llamada de Lauren, de la dramaturga española Paloma Pedrero, estrenada en Madrid en 1985.
“De ahí partimos con los personajes de Pedro y Rosa hacia esta contemporaneidad, poniéndolos en el contexto de la Cuba de hoy y también llevándolos a desmontar estereotipos de género, una temática que tanto nos interesa”, respondió Liliana Lam.
La idea le surgió tras participar en talleres del proyecto Juntarte, codirigido por la Asociación Hermanos Saíz y la Asociación Italiana de Cooperación para el Desarrollo de los Países Emergentes, financiado por la Unión Europea y con acompañamiento del Centro Oscar Arnulfo Romero, la fundación italiana Fabbrica Europa, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Ministerio de Cultura de Cuba, y cuyo objetivo es hacer la escena cubana más inclusiva.
Para Lam, en el camino a la comprensión de cómo el patriarcado ha marcado las maneras en que deben construirse socialmente mujeres y hombres, “se han logrado avances, pero creo que es importante insistir en esa libertad que debemos tener todos los seres humanos lejos de etiquetas, de cánones impuestos por el poder patriarcal”.
Los principales mensajes de Intimidad son “la importancia de la comunicación en una pareja, luego, la de romper con esos cánones impuestos, si no nos hacen felices, la comprensión, la tolerancia, el saber escuchar a la persona que tienes al lado”.
Tiene “un mensaje de lucha contra el machismo y la desigualdad de los géneros” y “transmitirle al público la magnitud de estas ataduras, que muchas veces no vemos, pero que desde nuestra intimidad y hasta en lo social, lo extendemos y expresamos, muchas veces sin darnos cuenta”.
Para la actriz, el teatro sigue siendo una gran herramienta para generar el cambio social. “Es algo que hay que seguir haciendo, seguir luchando por llevar estos mensajes y otros que nos ayudan a ser una mejor sociedad, un mejor país, con más justicia social, con mayor equidad y, sobre todo, a ser mejores seres humanos”, destacó la joven.
En portada: Liliana Lam y Alberto Corona.