por Kenny Ortigas Guerrero / Fotos Alejo Rodríguez
Desde el discurso artístico de tres generaciones se aborda de manera desgarradora –pero necesaria- un período no tan lejano y que reclama a gritos la atención sobre problemáticas de vital importancia que afectan directamente a nuestra sociedad cubana (desidia, pérdida de valores, inercia). Así se presenta Heaven- Sola- Cubitas, reescritura del director y dramaturgo Freddys Núñez Estenoz, del texto Heaven (a Tristán), del autor alemán Fritz Kater.
Teatro del Viento se encuentra nuevamente en el centro del panorama teatral contemporáneo desde una poética que establece diálogos fundamentales –sobre todo- con el sector juvenil de la isla. Heaven… presenta sin miramientos ni subterfugios, diversas circunstancias que formaron parte del Plan Nacional de Escuelas al Campo (en esta ocasión toma al pueblo de Sola en Sierra de Cubitas como eje central del argumento).
Lo que representó en determinado momento un baluarte de la Patria, donde la vinculación estudio-trabajo era premisa decisiva en la formación de sus retoños azules (alusión que hace la puesta a los estudiantes), luego fue enrumbando su dirección por senderos intrincados que lo condujeron a un punto de no retorno, cual velero que navega deshecho y a la deriva tras una contienda bélica.
La cuestión es esencialmente que todos -los que de alguna manera directa o indirectamente formamos parte de ese gran proyecto- no fuimos capaces de poner el empeño suficiente en arreglar a tiempo las averías de nuestra propia embarcación (unido también a los serios problemas económicos enfrentados por la isla). ¿Cómo perdimos un programa de tanta envergadura? ¿Cómo, las voces que se hicieron eco de la situación de crisis no fueron escuchadas en su momento?, ¿Cómo, muchos responsables de trazar estrategias voltearon el rostro ante la situación insoslayable de su deterioro? Recordemos que cada uno de los habitantes de esta isla somos responsables de construir el destino de la misma.
Hoy, cuando el mercado de la seducción banal se apodera a paso acelerado de la cotidianidad, Heaven… nos invita a reflexionar sobre ese momento –que no siendo perfecto- sí podía haber significado un nido seguro y firme en la preservación de los valores de la Patria amada.
Del espectáculo: sus actores que se entregan vivos al acto escénico, algunos con el privilegio de haber vivido esa experiencia real y que a pesar del paso inexorable de los años sigue estando a flor de piel. Las miradas de los personajes que se clavan en el corazón del espectador revelando las intimidades más sentidas de esa época. Una lograda alternancia visual desde el uso de plataformas que contribuyen a recrear diferentes espacios dramáticos, la música como un actor más; como motivación de cada momento o, mejor dicho: como una sombra que acompaña a los personajes en cada escena y con su leguaje sensorial provoca un cúmulo de emociones que van y rebotan en las cuerdas de nuestra sensibilidad.
La imagen audiovisual como recurso de las nuevas tecnologías, se proyecta cual memoria documental irrefutable, que acentúa el discurso conceptual y enriquece la propuesta haciéndola más atractiva al espectador, colocándole en bandeja de plata, los restos de muros agrietados y el silencio de pasillos y plazuelas que acercan más la historia a una parte del público a la que le puede resultar ajena.
El teatro continúa develando con sus metáforas el accionar del hombre sobre su propio entorno, y con ello aparecen preguntas y cuestionamientos: ¿Cuánto dinero ha invertido la Revolución en proyectos de un impacto social incuestionable y que luego no hemos sido capaces, los hombres, de sostenerlos y hacerlos crecer en el tiempo? Siendo los cubanos tan creativos, y que a nadie le quepa duda de eso, ¿cómo no se han encontrado soluciones funcionales que sustituyan con efectividad lo que un día fue ese provechoso plan de escuelas en el campo? Soy testigo, en ese sentido, de que algo se ha realizado, pero jamás llega al solventar el enorme vacío que deja en el alma presenciar la destrucción total y deterioro de esos centros educacionales, dentro de un entorno ajado por el paso de los años.
Heaven- Sola- Cubitas es testimonio de toda una generación que reúne en si misma a muchas otras, es dolor, alegría y añoranza de muchos. Alberga bellos recuerdos para otros tantos, es memoria del pasado que es imperdonable olvidar y un canto a la conciencia ética del presente.