El Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) y el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), continúan promoviendo espacios de debate y evaluación de las acciones contenidas en el convenio ICRT- MINCULT, y en particular, de aquellas que han derivado en planteamientos e inquietudes, en diferentes escenarios, y que están más relacionadas con el quehacer de las artes escénicas en los medios.
En un encuentro realizado el pasado jueves 18 de febrero participaron Fernando Rojas, presidente del CNAE, Waldo Ramírez, Vicepresidente Primero del ICRT y varios de los artistas más destacados en producciones recientes, con una larga trayectoria en este oficio, como Osvaldo Doimeadiós, Fernando Hechevarría, Jorge Enrique Caballero Elizalde y la joven actriz Chavelys Díaz. Como parte de la presidencia del CNAE estuvo presente la vicepresidenta Lillitsy Hernández Oliva y por el ICRT Rafael Yaech, director de RTV Comercial. La composición reducida se explica por las medidas de protección sanitaria.
Cohesionar las relaciones de trabajo con los creadores y artistas vinculados a la producción televisiva fue objetivo central del encuentro, con énfasis en aquellas problemáticas que hoy más aquejan al gremio escénico y que laceran la calidad del trabajo desde la creación y desde el papel y rol de las instituciones.
Los principales planteamientos estuvieron centrados en jerarquizar y dignificar el lugar que ocupa el actor en la sociedad, desde los mecanismos de relación con las instituciones que existen y otros que será necesario implementar, para que los sistemas de contratación de producciones televisivas puedan contribuir a ello. Se planteó la importancia de atender, fiscalizar y controlar más los prepuestos asignados, máxime si los pagos de estas producciones televisivas corren a cargo del presupuesto del estado, como en su mayoría ocurre. Siempre que el presupuesto sea de conocimiento de todos los participantes involucrados en la producción, cualquiera entenderá mejor que hay que trabajar con menos o con determinado dinero, y que no se dé pie a especulaciones y distorsiones.
Debe revisarse que se contemple como años laborados y contribución a la seguridad social y retiro, el tiempo que destinan los actores para realizar estas producciones, ya que son tenidos en cuenta como ingresos personales, de acuerdo a las fórmulas de pago con las cuales se opera, pero en realidad no se trata en este caso de un emprendimiento o figura del trabajo por cuenta propia, sino de una acción legitima e intrínseca de la profesión.
Preocupa que en el caso de las producciones presupuestadas, el mecanismo de implementación del pago que está aprobado como procedimiento a partir del ordenamiento, no ha sido comprendido en su totalidad y quizás pasa en gran medida porque no se comunicado bien. Es importante involucrar a los artistas en estos análisis, deben tener participación.
Un planteamiento de consenso artista-institución, fue fundamentado desde la idea de reformular la relación entre ambos sin que medien empresas y agencias de representación y que se pueda encontrar un camino de contratación más directa y menos burocrática, sobre todo desde el entendido y el fundamento de que la mayoría de las producciones se pagan desde el presupuesto estatal y no desde fórmulas de ingresos por esquemas comerciales y/o empresariales. Así o de manera similar, se inició la relación del ICRT con los artistas.
El Derecho de Imagen, otro punto de encuentro en el debate, tiene un camino más concreto y definido para su solución, teniendo en cuenta que está incluido en el nuevo proyecto de Ley de Derecho de Autor, como un derecho del intérprete, más que como un derecho conexo. Se trata de un proyecto de ley que se encuentra dentro del cronograma legislativo del primer semestre del 2022 y que debe ser discutido con los artistas, acción retrasada por el impacto de la COVID-19 en nuestro país.
Waldo Ramírez puntualizó que cualquier análisis que se haga en el actual contexto deberá tener claro que es necesario ajustar todas las dinámicas institucionales, de acuerdo con el ordenamiento que vive el país, dirigido a enfocar los recursos de una mejor manera, en la defensa de las jerarquías culturales y la calidad de la programación televisiva. Explicó que el ICRT trabaja en el Reglamento para adecuar la política salarial aprobada al organismo, de acuerdo con los roles que desempeña el personal artístico contratado dentro de las producciones presupuestadas y con las dinámicas creativas y propias de cada espacio.
De igual manera, a pesar de ser procesos de contratación diferentes, en las producciones comerciales, se deberán aplicar principios que refrenden estos ajustes y coherencia en función de que la mayor inversión y gastos sean para beneficiar al personal artístico y equipo creativo. Tenemos reservas de honestidad, debemos controlar más y mejor y serán atendidas todas las ideas y situaciones que, en representación del gremio, se han ventilado en el encuentro. Por su parte Rafael Yaech explicó cuánto se viene normando desde las producciones comerciales para ganar en mayor trasparencia en el proceso y que ello influya también en la calidad del producto que se brinda y en la satisfacción de quienes participan.
Quedaron ideas para seguir analizando en debates futuros que se continuarán sistematizando, en particular la propuesta de mecanismos consultivos específicos para analizar y aprobar los presupuestos de las producciones, proyecto en el que ya se trabaja. Se avanzará en la evaluación y propuestas de soluciones concretas a otras problemáticas planteadas por los artistas y en otras líneas de trabajo para lograr una gestión de contenidos más efectiva, y acorde con las acciones y acuerdos entre el Ministerio de Cultura y el ICRT.
Redacción Cubaescena