Por Magda Iris Chirolde López / Fotos de Néstor Martí
Grandes gigantes, coloridos y de diferentes lugares, recorrieron por estos días las calles de La Habana Vieja al ritmo de los tambores.
Rostros pintados sobre rostros humanos dejaron entre ver expresiones del mundo de las artes, mientras los transeúntes se unieron a la conga que retumbaba hasta en los interiores de las casas.
Sin importar lo que estuvieses haciendo o lo tan apurado que estabas por llegar a determinado lugar, la avalancha multicolor arrasó con todo lo que estuvo a su alcance, obligándote a seguir su paso, y siguiendo el ritmo de la música.
Cada año este gran equipo anima el Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja: Ciudad en Movimiento, que dirige la maestra Isabel Bustos, Premio Nacional de Danza. Su objetivo además de regalar su arte al público, también defiende una ciudad con la danza inculcando valores.
De México, Europa y América Latina llegaron más de 900 artistas para intercambiar con los del patio (Baila Cuba, Espiral, Fragmentada, Arlequín que cumple 20 años, entre otros) en la XXIV edición del evento; este, que a su vez, fue particular porque no distinguió entre estrellas y grandes personalidades, todos lo fueron, y el transeúnte formó parte y disfrutó de las propuestas del Festival.
Al decir de Eugenio Chávez, coordinador general del encuentro, la danza hay que pensarla y esta es la oportunidad de reunir a especialistas para hacerlo.
En las mañanas, los participantes se superaron mediante los talleres y las conferencias magistrales que integraron el programa teórico, mientras que en las tardes los pasacalles de tres a seis tomaron protagonismo.
“Es una oportunidad de crecimiento. El evento lleva la danza, el arte en términos generales, a los espacios tradicionales del público, como el hogar. Nosotros entramos en la rutina de la gente. Las personas esperan a la danza callejera”, refirió Eugenio Chávez.
Habana Vieja: Ciudad en Movimiento intentó romper los esquemas, y de igual manera, pretendió que el público y los artistas hablaran una misma lengua en un espacio para el divertimento.
