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“Espejo de paciencia” para Bárbara Ramos en los 35 años de Teatro de la Danza del Caribe

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Por Miguel Angel Gainza Chacón

Septiembre constituyó un momento muy especial para la Compañía Teatro de la Danza del Caribe no solo por cumplir tres décadas y media sobre las tablas sino por las actividades y presentaciones de la agrupación y los reconocimientos que le entregaron.

Si bien Reynaldo López les organizó una gala especial a en el teatro Heredia para festejar el aniversario 35, antes, la agrupación estuvo en el XII Festival Olorum, Irradiando Aché, auspiciado por el Ballet Folklórico de Camagüey (BFC), evento que estuvo dedicado a la presencia de la mujer en la danza folklórica.

En tierra agramontina, dos figuras femeninas santiagueras fueron distinguidas: Berta Armiñán Linares, con el Premio Olorum, y Bárbara Ramos Castellanos, directora de Teatro de la Danza del Caribe, a quien congratuló la Dirección Provincial de Cultura en Camagüey con el notorio premio “Espejo de Paciencia”.

Con su alegría por el galardón que le otorgó una provincia hermana, Bárbara y la compañía regresaron a Santiago de Cuba y a su sede, el teatro Heredia.

Quienes han seguido la trayectoria de esta agrupación conocen del empeño que puso el maestro Eduardo Rivero Walker, Premio Nacional de Danza, en consolidarla.

La muerte de Rivero el último día de octubre de 2012, constituyó un golpe durísimo para el grupo. Pero si magistral era la conducción del maestro, igual ha sido de soberbia la continuidad y la dirección de la maestra Bárbara Ramos Castellanos.

En cada función, en cada coreografía, los integrantes del grupo muestran su maestría sobre el escenario. Teatro de la Danza del Caribe es orgullo de Santiago de Cuba y es también hoy, “una de las compañías danzarías más prestigiosas del país”, ejemplo de la “técnica de la danza moderna y contemporánea, sintetizada con expresiones acervadas en la cultura afro caribeña, distintivo nutriente de su creación”.

A lo largo del tiempo, la agrupación atesora un sólido repertorio con creaciones que van desde Súlkary y Okantomi, del fallecido maestro Rivero, hasta Merenseu, Valhala, Son para ti, To iban e’chu y Evolución, de Bárbara Ramos, obras “con un marcado énfasis en los diseños corporales”.

“La vitalidad y capacidad interpretativa de sus jóvenes bailarines en su mayoría egresados de la Escuela Provincial de Arte, armoniza con la frescura de la compañía” que al momento del recuento ha paseado su arte por Belice, México, Portugal, Colombia, Francia, Reino Unido, Jamaica; ha participado en festivales del Caribe y Máscara de Caoba, y en presentaciones en La Habana, Camagüey, Matanzas, Villa Clara…

Hicieron bien el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, la Dirección Provincial de Cultura, y el entrañable Reynaldo López en organizar el homenaje.

El legado del maestro Eduardo Rivero sigue muy activo y presente en el trabajo de Teatro de la Danza del Caribe, y en un acto de gratitud, alumnos de la Escuela Profesional de Arte José María Heredia rindieron homenaje a la memoria de quien fuera director de la agrupación, hasta el momento de cerrar los ojos para siempre.

La compañía santiaguera llevó hasta el escenario del teatro Heredia, la obra coreográfica Los cuervos de Van Gogh, estrenó Entre paredes, por la primera bailarina Danieska Quiala; luego de la actuación de los músicos de la compañía, el colectivo artístico puso una de las piezas estelares del repertorio: Súlkary.

Y para sumarse al homenaje a Danza del Caribe fueron hasta el majestuoso teatro en la Avenida de las Américas, la Compañía Folklórica Kokoyé, el Ballet Folclórico Cutumba, el Ballet Folclórico de Oriente, y el Ballet Santiago que no solo llevaron su saludo convertido en arte, sino implícitamente, el del pueblo de Santiago de Cuba.

Tomado del periódico Sierra Maestra