Testimonio de Beatriz de la Caridad Mena Guerra: «Cada vez que leía los cuentos me identificaba como algo que pensamos que es normal y no tiene que ver conmigo en el fondo es un problema de todos»
Por Yoamaris Neptuno Domínguez
Ser parte de la Articulación Juvenil (AJ) x la Equidad Social del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) me ha brindado la posibilidad de complementar mis conocimientos como instructora de arte con el activismo social a favor de temas más allá de lo artístico.
Busco en mi memoria representaciones teatrales vistas que me puedan ilustrar los temas abordados en los talleres de capacitación de Juntarte y me vienen a la mente títulos como Aire frío, obra cumbre de la dramaturgia cubana (Virgilio Piñera), Andoba (Abraham Rodríguez), el clásico La casa vieja (Abelardo Estorino), Caballas (Fátima Patterson) Emelina Cundeamor y María Antonia (Eugenio Hernández).
Quien me lee podría preguntarse el porqué de mi selección y es que estas obras muestran un interés, una preocupación social, evaden prejuicios de todo tipo y esos estereotipos a los cuales se hacen referencia en los temas que recibimos de manera magistral (pese a las circunstancias) A mi entender son hechos dramáticos resultado de la labor de investigación y confrontación de experiencias pero que parten de intereses personales (en primera instancia) de sus realizadores.
Convergen en estas obras la visión multidimensional del teatro, un reflejo de la compleja sociedad cubana con todos sus matices. Más allá de la temática femenina y su relación con lo masculino, del erotismo, la sensualidad, el llamado «hembrismo», la propia sexualidad; se presentan personajes con frustraciones, anhelos, insatisfacciones, contradicciones, añoranzas. Personajes en sus luchas incansables por emanciparse, con una conciencia social satírica transgresora (en ocasiones se muestran a través de situaciones humorísticas) Las familias fragmentadas con maneras particulares de enfrentar obstáculos y llevar al paralelo la muestra de afectos.
Una experiencia… Naufragio Projekt
Conocer de cerca el trabajo de Naufragio Projekt sirvió de pretexto para acercarlos a las acciones del Proyecto Juntarte, «la cadena creativa que hace la escena inclusiva» e incidir, de alguna manera, en el crecimiento profesional y personal de sus integrantes.
Esta agrupación compuesta fundamentalmente por jóvenes estudiantes universitarios, de la enseñanza artística, instructores de arte y artistas pertenecientes a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se define como una sociedad de artistas escénicos con vocación inclusiva; razón por la cual no le son ajenos el tratamiento de temáticas encaminadas a contribuir al fortalecimiento de conocimientos sobre equidad social, derechos humanos, género y diversidad.
La intención era que los participantes pudieran reflejarlas en su trabajo como artistas y convertirse en multiplicadores de los conocimientos adquiridos; así como potenciar el protagonismo en ʺEvoluciona, Campaña cubana por la No Violencia Hacia las Mujeres y las Niñasʺ[1], como iniciativa de transformación social, que promueve el cambio de imaginarios y normas sociales perpetuadoras de las violencias contra las mujeres.
Han sido disímiles los espacios de capacitación donde se combinan dos enfoques complementarios: transversalización de género en el diseño e implementación del programa de sensibilización y formación para jóvenes; así como la focalización en la Campaña con acciones específicas que abordan las Violencias contra las mujeres (VCMs) como la más grave desigualdad de género, persistente e identificada durante el proceso de trabajo. En este sentido se mantiene la idea de apostar desde la cultura como acción transdisciplinaria, por el cambio de imaginarios sociales y de prácticas favorables a la justicia de género que escalan a espacios de decisión local.
Se realizó una primera presentación en el II Festival ʺDesde las artes, Evolucionaʺ, que aúna artistas de todas las manifestaciones en función de intentar subvertir los mitos y estereotipos referentes a comportamientos y actitudes machistas, puesto que son contrarios al análisis, reflexión y evaluación crítica de los hechos. Difíciles estos de desmentir por estar generalizados, normalizados, formar parte de las convicciones sociales y contener gran carga emotiva. A este Festival han llegado varios artistas y agrupaciones con el interés de incorporar y mantener en su repertorio propuestas reflejo de los conocimientos adquiridos en talleres y encuentros con especialistas.
Desde el 28 de octubre del 2022, se concibió intencionar las sesiones de trabajo con Naufragio Projekt a partir del análisis de El eco de las voces, una antología de obras premiadas en el Concurso de Relatos Breves para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (2021) y mostrarlo como proceso de montaje teatral dentro de las acciones propuestas en el marco de los 16 días de activismo (25 de noviembre al 10 de diciembre de 2022).
Con el apoyo de Juntarte, la Unión Europea, y el Fondo Canadiense para Iniciativas Locales se realizaron los talleres y nace Lontananza.
El título tiene como concepto lo referido a los límites del fondo de una pintura. Por extensión, el término se usa con referencia a cosas que se distinguen o se advierten con dificultad, ya que se sitúan muy lejos. Así surgió la locución adverbial “en lontananza”, empleada como sinónimo de “a lo lejos”. Se escoge dicha palabra para dar nombre a un work in progress pues de esta manera, aparentemente tan distante, se suelen percibir las temáticas asociadas a la violencia hacia las mujeres y las niñas.
La intención de este desmontaje escénico es poner en ruedo historias que visibilizan zonas de conflictos, entre las tantas que hay. Muestra de que la socialización a través de la literatura y el arte, de estas experiencias, es una vía para la reparación colectiva. Para el proceso de desarrollo de la estructura profunda de la obra se investigó la temática, su devolución en el plano dramatúrgico actoral y el carácter histórico, historicista, relativo y causal del Relato.
El director se valió del distanciamiento espacio temporal y el efecto «V» brechtiano, con el fin de que público e intérpretes se alejaran de la victimización aunque se empatizara con las historias compartidas. Historias contadas por hombres interpretando las voces femeninas, deconstruyendo y construyendo nuevos sentidos. .
En el desmontaje se complementaron tres de los textos recogidos en la antología y otros escritos por los integrantes del grupo basados en experiencias personales. La música en vivo y la danza matizan la puesta cuyo hilo conductor muestra más allá de la violencia física o psicológica la búsqueda para desmitificar la violencia simbólica contenida, tan normalizada y que es un tema igual de importante a nivel social.ʺ [2]
África queda muy lejos
Este es uno de los textos seleccionados para ser representado y coincidimos que no podía faltar. La visión de una niña sobre la violencia y lo ajeno que puede parecer, cautivó a Naufragio Projekt en su totalidad.
Beatriz de la Caridad Mena Guerra es la Liliana de este cuento. Se presenta como estudiante de educación artística y actriz y ha vivido el proceso como señal de «fuerza por todas las mujeres y niñas que viven en una constante violencia».
En conversación con esta joven de 21 años nos cuenta…
El personaje de Liliana llegó a mí como un regalo, me recordó a la niña que fui en algún momento llena de curiosidad. Lo que más me unió a ella fue su reacción cuando vio el documental de las mujeres en África, las ganas de ayudar a niñas y mujeres que sufren la violencia. El personaje representa a todas esas niñas y mujeres que hoy están llenas de coraje y valentía, que luchan por un mundo donde hay tanto odio.
Lontananza fue encontrarme, conocer los diferentes tipos de violencia y aprender a identificarlos. En nuestro país esta tan normalizada que no nos damos cuenta cuando estamos en presencia de ella. Cada vez que leía los cuentos me identificaba como algo que pensamos que es normal y no tiene que ver conmigo en el fondo es un problema de todos. La violencia afecta a todos por igual y por supuesto yo he sido violentada por ser mujer y por ser negra.
Se hace necesario reflexionar sobre las últimas palabras de Beatriz. Tiene talento para la actuación; pero es objeto de discriminación y esto la coloca en situación de desventaja y vulnerabilidad social.
Los posibles atributos de «belleza» de la actriz no responden al «deber ser» y, por lo tanto, se cuestionan. No es un secreto la elevada carga de prejuicios de nuestras producciones artísticas; más allá de los constantes esfuerzos por desmontar estas cuestiones. La exposición de mujeres negras a violencias y discriminaciones por razones de raza y género; constituye una sentencia reafirmada actualmente. Existen desigualdades concretas de nuestra sociedad que se deben analizar desde la interseccionalidad. La construcción del sexismo con base en el modelo del racismo supone otro de los aspectos que marca la necesidad de continuar estudiando este enfoque, con vistas a analizar nuestras realidades, así como el impacto del entrecruzamiento de diferentes factores en la configuración de la subjetividad, las actitudes y comportamientos en torno a determinado fenómeno o sujeto.
Estos son prejuicios como resultado de una construcción social basada en elementos de dominación de unos sobre otros, evidente expresión de violencia en todas sus tipologías. A las preguntas de ¿qué valor le concede al arte en este tipo de procesos? y ¿qué aprendizajes se lleva?, Beatriz contestó:
Creo importante señalar la doble discriminación hacia la mujer negra, vista desde el contexto histórico por nuestro color de piel. El arte en general es una forma de representar lo que somos y pensamos, el teatro es la mejor forma para eso. Las personas se sienten más identificadas con algo que ven representar porque el teatro tiene esa magia, hacernos llegar a la reflexión. Quienes tenemos acercamiento al arte sabemos que, en ocasiones, es muy difícil acceder y posicionarse en un medio tan complejo como este. A esto se le suma el hecho de ser mujer, negra y joven por todos los prejuicios y estereotipos que existen, marcados por cánones y estándares de belleza eurocentristas y con una cultura patriarcal heredada y arraigada de la peor manera. A reconocer eso me ha enseñado este proceso fruto de la integración de varias organizaciones.
Vuelvo hacia las notas al programa elaborada por el grupo y me pregunto ¿Qué tan lejos está África?
Es común asumir socialmente que estas expresiones de violencia machista no suceden en nuestro entorno más íntimo, con un optimismo absurdo de haber erradicado el problema. Nunca sabemos cuan cerca puede estar de nosotros el peligro. La violencia está ahí aunque prefiramos ignorarlo y hacer como que no sucede.
Esa reparación a la que hacemos referencia, como bien dice Mahatma Gandhi, deberá empezar por mí, por ti.
[1] Campaña liderada por OAR. Para su conceptualización, diseño e implementación de la campaña, se contó con el acompañamiento de OXFAM desde su oficina en Cuba, su plataforma regional y el Centro de Conocimiento de VCM con sede en Canadá. Desde el año 2018, OXFAM desarrolla, a nivel global, regional y de países, la campaña BASTA por la no VCMN, con la cual se articuló la campaña EVOLUCIONA que forma parte del acompañamiento de Juntarte.
[2] Notas al programa de Lontananza, ofrecidas por Naufragio Projekt.