Por Rachel Pereda Puñales
Existen lugares que cuentan historias, que sus paredes parecen narrar a gritos todo cuanto han visto. El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso es uno es de esos sitios.
Inaugurado en 1838, con el nombre de Teatro Tacón, el majestuoso Coliseo ha sido escenario no solo de grandes eventos artísticos, sino además, de importantes sucesos políticos.
Por tal razón, el libro Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Trayectoria de un edificio, de Francisco Rey Alfonso, es toda una hazaña que recoge en sus páginas la extensa y variada historia de la edificación, considerada de forma acertada como “un verdadero monumento.”
Para el Doctor Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana, el texto constituye un homenaje a toda la evolución del edificio desde su construcción hasta la actualidad.
Confesó Leal que “somos lo que hemos leído en los libros, por lo que a partir de ahora, serán muchos los que, al leer las páginas escritas con tanto acierto por Francisco Rey Alfonso, tendrán la satisfacción de encontrarse a sí mismos en este recorrido preciso por la historia del Gran Teatro, que constituye, además, un elogio de la memoria”.
En la presentación del texto, su autor confesó que el libro llevaba tiempo guardado en una gaveta, “apolillado y sucio”; pero gracias al esfuerzo de la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso y a muchos que creyeron en la necesidad de un material como este, su publicación se hizo realidad.
Para Francisco Rey Alfonso uno de sus mayores deseos es que Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Trayectoria de un edificio pueda ser reeditado, quizás de un modo más sencillo, para que llegue al alcance del público más humilde.
“Presentamos un libro bellamente cuidado, aunque es solo la primera parte. Ya contamos la historia del teatro, ahora hay que ponerle a los artistas dentro, contar también sus historias.”
De este modo, gracias al talento de quienes se preocupan por preservar y compartir la memoria del pasado, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso todavía cuenta sus historias y evoca los recuerdos que contienen sus paredes. Por eso, quizás si agudizamos el oído cuando pasemos cerca del edificio, aun podamos escuchar la famosa copla que se dedicó al majestuoso Coliseo: “Tres cosas tiene La Habana que causan admiración: son el Morro, la Cabaña y la araña del Tacón”.