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Elena Burke: 22 años de su partida

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«Ella descubre con su voz lo que hay en su interior,

y por eso por donde pasa deja huella,

porque sus interpretaciones consiguen

 imponer en el que escucha el texto,

la melodía y el ritmo de las canciones»

                                                                                                          Gabriel García Márquez

 

Por Miguel Alejandro Corella Buitrago

Muchos cubanos crecieron escuchando la música de Elena Burke. El tenor René Cabel la catalogó como “la mejor cancionera de América”, pero para nosotros será siempre La Señora Sentimiento.

Sin dudas, sus magistrales canciones están grabadas en la memoria y el corazón del pueblo cubano y fuera de fronteras. Por ello, a 22 años de su paso hacia la eternidad, la recordamos por legarnos un trabajo rico y complejo de gran talla humana y musical.

Acompañada por la orquesta del maestro Félix Guerrero, eln25 octubre de 1943, Elena Burke debutó como profesional de la música en la emisora Mil Diez, interpretando “Nuestras vidas”, bolero de Orlando de la Rosa. Desde entonces comenzó a forjar su recia imagen artística convirtiéndose en una de las grandes exponentes de este género, y reafirmarse luego con su seudónimo.

Como ella decía:

El bolero destrona todas las otras músicas, todas las demás letras. Todo el mundo tiene que ver con un bolero, todos tienen su tragedia o su romance. Donde no hay bolero, no hay nada.

Antes de iniciar su carrera como solista, Elena había pertenecido al conjunto Las Mulatas de Fuego (1947), el trío Las Cancioneras y luego en valiosos cuartetos vocales como el de Facundo Rivero, Orlando de la Rosa y el de la pianista Aida Diestro (1956) perfilando su estilo, revelando su singularidad con el talento natural y la experiencia diaria que la caracterizaba.

La Sala Avellaneda del Teatro Nacional, el mítico Gato Tuerto y el piano bar del Meliá Habana fueron los últimos escenarios que supieron de su arte.

Elena Burke cambió de paisaje el 9 de junio de 2002, a los 74 años, en La Habana. Ante la inevitable pérdida, el pueblo la acompañó hasta su última morada entonando el tema “Para vivir” de Pablo Milanés, que tantas veces ella interpretó en su inolvidable estilo.

Te quedaste con todo, / el libro y la memoria, / los paseos y la flor. / Pero yo tengo tus ojos / y de vez en cuando me miro / en ellos –tan tristes y huidizos- / para que tú me lo devuelvas todo, / el libro y la memoria, / los paseos y la flor.

Miguel Barnet, escritor y Premio Nacional de Literatura 1994, le dedicó esta oda a quien consagró más de seis décadas al arte y a la canción, cuando nuestra aclamada Señora Sentimiento vivía la etapa final de su existencia.

Por su calidad interpretativa y el sonido de su voz Elena Burke hizo de la canción un arte atemporal. No leía música, pero sabía exigir el acorde perfecto como lo hacía también nuestro Bárbaro del Ritmo, Benny Moré. Pero sí cambiaba la melodía, en definitiva, la realzaba con su poder sentimental, conjugándola con aquella amplia sonrisa, de las sinceras.

Con la danza y el teatro tuvo un vínculo muy particular, pues directores como Carlos Díaz (Teatro El Público) y Raúl Martín (Teatro de la Luna) incorporaron su música a la banda sonora de varias de sus puestas en escena. La voz de Elena Burke perdura en la memoria de la nación cubana por su singularidad y fuerza interpretativa.