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El Mejunje Teatral abre sus puertas

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Por Frank Padrón

VILLA CLARA- La edición XXXII de Mejunje Teatral, que tiene lugar aquí hasta el próximo 19 de mayo, ha deparado ya, aunque apenas comienza, más de una grata sorpresa.

La bienvenida, como es habitual a cargo de la compañía anfitriona, rindió homenaje a un personaje emblemático de la ciudad: Perico y yo recordó al burro que devino leyenda tras protagonizar simpáticas peripecias que engrosan el imaginario local.

En la recreación que hacen Idania García ( quien también dirige), Nelson Águila y Alina Garnica, debe encomiarse el notable empleo de las máscaras, el vestuario y el maquillaje, para dar vida a criaturas que parecen escapadas de la Comedia dell’Arte y de las mímica chaplinescas, y que combinadas con el retablo de figuras logran tender un sensible puente entre mito y realidad, con el humor tan criollo que generalmente signa el colectivo mejunjero, llevados por Idania y sus colegas al mejor puerto.

De la sala Margarita Casallas», ideal para este tipo de puestas intimistas y coloquiales, se pasó al espacioso patio donde la gala inaugural, con el espectáculo Yo tengo un país, tendió otro puente, ahora entre la poesía, la canción y el teatro.

Bajo la dirección de la actriz Roxana Pineda, experimentada en este tipo de hibridaciones que aportan un nuevo sentido al «cabaret poético», bardos de aquí diciendo sus textos, los extraordinarios cantautores de la Trovuntivitis y actores recreando aquellos y otros poemas, erigieron toda una elegía al sentido de pertenencia, a la patria que late por dentro y trasciende fronteras, a la nación que va más allá de límites geográficos y se torna potencia espiritual compartida, renovable, motriz.

El espectáculo rezumó organicidad, vuelo artístico y una espesura textual que tornó cómplices y copartícipes al entusiasta auditorio.

La compañía El Mejunje volvió al otro día con otro homenaje: el que su director Ramón Silverio dedica al educador y poeta Raúl Ferrer, partiendo de su libro El retorno del maestro, el cual da título también a esta cálida obra que transforma por espacio de una hora la sala teatral en un aula donde el público es receptivo alumnado que se deja encantar por los poemas del biografiado, dichos por Silverio o cantados por la joven y fina trovadora Jenny Turiño   , en el papel de la traviesa Dorita, la » niña mala» del famoso » Romance » de Ferrer.

Desde el minimalismo y el diálogo fecundo , la pieza  ( donde también participa el joven actor  Yasmani González ) es no solo una reverencia al gran docente y escritor , sino un voto por recuperar la tradición y la ética de una praxis que constituyó todo un baluarte entre nuestras grandes conquistas sociales: la educación.

El Guiñol villaclareño es una de las más activas subsedes del evento, y en su primera función reafirmó la clase del colectivo mediante  la puesta  Con ropa de domingo, una obra de Maikel Chávez que dialoga con el clásico de Onelio Jorge Cardoso El Cangrejo volador, sumado a la puesta desde la manipulación titiritera de las brillantes actrices protagónicas Sheyla Navarro y Yerski Caballero   , a quienes se suma después el no menos destacado  Abdel Soto.

El hipertexto, apoyado en el famoso cuento oneliano, insiste en la importancia de la vocación y la tenacidad para alcanzar los sueños: la joven aspirante a trabajar profesionalmente con los títeres, simboliza el esfuerzo de tantos que dejaron el hogar en el campo y viajaron a la capital para estudiar las más diversas carreras.

La puesta de Odelí Alonso logró una adecuada simbiosis entre las figuras, los histriones, la escenografía, el vestuario y la música, confiriendo escenicamente la fuerza y energía de la escritura.

Seguiremos hablando de este festival donde el teatro villacareño como de otras partes del país, toma literalmente la ciudad desde el mágico recinto de El Mejunje.