Por Layda Ferrando
Al maestro Manuel Duchesne Cuzán lo recordamos una vez más, y nunca suficientemente, con gratitud y respeto, este año, cuando celebramos el aniversario 90 de su natalicio.
Su interés (y discernimiento) en la música de vanguardia toda (y particularmente en la latinoamericana) se concretó en largos decenios dedicados a difundir el repertorio más contemporáneo y en adiestrar a los instrumentistas en la interpretación de estas creaciones.
Así sucedió medio siglo atrás, cuando en 1972, Casa de las Américas organizó aquel histórico Encuentro de Música Latinoamericana, reuniendo a unos 70 músicos de la región y nuestro país entre una variopinta hoja de conciertos, audiciones y espectáculos.
En ese parabién de propuestas, a la Orquesta Sinfónica Nacional y al Conjunto Instrumental Nuestro Tiempo correspondió la interpretación de 26 obras.
Alejandro García Caturla, Amadeo Roldán, Edgardo Martín, Nilo Rodríguez, Juan Blanco, José Ardévol, Roberto Valera, y Harold Gramatges, estuvieron entre los compositores del patio.
La vanguardia latinoamericana estuvo representada en las creaciones de los peruanos César Bolaños y Celso Garrido-Lecca, los mexicanos Mario Kuri Aldana y Héctor Quintanar, Coriún Aharonián (Uruguay) y Rafael Aponte-Ledée (Puerto Rico).
Difícilmente una empresa de tal envergadura como la que concretó la Casa de las Américas hace cincuenta años hubiera podido llevarse a cabo sin el compromiso y la entrega del maestro Duchesne Cuzán.
No encuentro, entonces, mejores palabras para concluir que las escritas por la compositora Marta Valdés, paradigma de la canción cubana de todos los tiempos: «Manolo vivió con el pensamiento vuelto hacia sus contemporáneos, que es la mejor forma de hacer futuro».
Tomado del canal de Telegram de CMBF/Radio Musical Nacional
Foto tomada de Internet