Por Mercedes Borges Bartutis
El Ballet Nacional de Cuba continúa activando algunos de sus títulos emblemáticos. Para este fin de semana se anuncia las últimas funciones de los clásicos más atractivos de todos los tiempos: el ballet Don Quijote. La sala García Lorcan del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, presentará la versión cubana de esta pieza el viernes 22, sábado 23 y domingo 24, en sus horarios habituales.
Basado en algunos capítulos del segundo libro de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, esta obra se convirtió en uno de los títulos más populares y exitosos de aquel gran catálogo que el maestro francés Marius Petipá, consolidó en los Ballets Imperiales de la Rusia del siglo XVIII.
Aunque ciertamente no fue Petipá quien primero abordó la historia del caballero de la triste figura en el ballet, la realidad es que tanto la trama elaborada por Petipá como la partitura de Ludwig Minkus han sido la base de posteriores producciones.
Cuba confió su versión a las maestras Marta García, María Elena Llorente y Karemia Moreno, quienes hicieron un gran trabajo sobre la original de Petipá y la versión de Alexander Gorski. El Don Quijote cubano posee un prólogo y tres actos, y se estrenó el 6 de julio de 1988, en el Gran Teatro con Ofelia González y Lázaro Carreño en los protagónicos. El libreto, la escenografía y el vestuario pertenecen a Salvador Fernández.
Muchos han sido los bailarines que han asumido la obra Don Quijote en nuestro país, pero en la memoria siempre quedará aquella función del argentino Julio Bocca y Ofelia González, en unos de los Festivales de Ballet de principios de los años 90, del siglo pasado. Presentación memorable que dio un impulso importantísimo al virtuosismo en las figuras masculinas del Ballet Nacional de Cuba.
En esta ocasión, una combinación de figuras experimentadas y jóvenes promesas serán los encargados de hacer revivir esta histórica pieza del período clásico del ballet mundial. Será, sin dudas un excelente momento para seguir apostando por una compañía que se renueva constantemente, tras el éxodo de bailarines.
