Palabras a propósito del décimo aniversario de la Galería Raúl Oliva, del Consejo Nacional de las Artes Escénicas
Por Eberto García Abreu
Diez años de creación y gestión del pensamiento que se mueve en torno al diseño escénico y sus interacciones con otras prácticas visuales y los oficios afines, es motivo de regocijos para la escena y la cultura cubanas.
Los artistas del teatro, la danza, el cine, la televisión y el espectáculo, nos sumamos a esta fiesta porque la reconocemos como propia, en tanto este proyecto nos ha involucrado como participantes de una experiencia vital de conocimiento y creación, asentada en la memoria y la reverencia a los maestros, y en la mirada alentadora sobre los nuevos discursos y las visiones que ellos proyectan hacia los tiempos por llegar.
Durante este período, fecundo y difícil, la Galería Raúl Oliva y el Centro de Estudios del Diseño Escénico han dado muestras sostenidas de empeños creativos de alto rigor estético y de cuidadosas investigaciones y documentaciones de las memorias que perviven en las imágenes, los espacios, los objetos, las vestimentas, las figuras y los cuerpos que transitan los escenarios y los ámbitos cotidianos en los que vivimos y compartimos nuestros relatos e ilusiones poéticas.
La Galería Raúl Oliva es la cara visible de una fragua permanente, laboriosa y pujante que da sentido de vida al CEDE. Esta unidad de acción sirve de pilar esencial para un centro cultural en el que han encontrado abrigo y promoción los creadores más notables de la visualidad escénica que nos ha identificado a lo largo de los años. Al reordenar esas travesías sumergidas en los recuerdos o las vivencias, en los anaqueles o las publicaciones, la labor de esta casa del diseño y los diseñadores deshace las capas de polvo y el peso del olvido, para hacer presentes, actuantes y dinámicas, las teatralidades que hemos construido y de las que, de un modo u otro, somos hijos.
Es hermoso y edificante acudir a las exposiciones, las charlas, conferencias, cursos, conciertos, talleres, espectáculos y eventos que la Galería programa con sistematicidad y calidad distintivas. Visitar la Galería es una manera de prolongar otros encuentros sensibles que el teatro, a veces, nos proporciona. La frescura, la sutileza y la magnificencia que convergen en los eventos de esta institución, nos hacen sentir el humanismo y la cercanía de la obra de los artistas que muestran sus creaciones, gracias a la gestión y la laboriosidad profesional del equipo de trabajo. Y es ese equipo de trabajo, tan creativo y constante, el que tributa ese otro acento de familiaridad y afectos que complementan y revitalizan los relatos puestos en los renovados escenarios concebidos para cada nuevo acontecimiento en la Galería.
Las ilusiones y empeños fundadores de Jesús Ruiz, se han convertido en perdurables entregas creadoras. Han germinado en nuevas esperanzas y emprendimientos tan difíciles y urgentes, como aquellos que, diez años atrás, nos convocaron para el nacimiento de la Galería Raúl Oliva y el CEDE.
Ahora se nos invita para celebrar este cumpleaños, como un gesto de renovación de votos, proyectos y alianzas. Por ello acudimos a la fiesta con nuevos deseos de hacer y con la certeza de que en esta casa, los vivos y los muertos, los que están presentes y los que han de llegar en algún tiempo por venir, siempre, o casi siempre, encontraremos en las imágenes otros motivos para nuevos abrazos. Así también creamos y defendemos el teatro y los escenarios que el diseño ha de hacer más hermosos y vitales.
Foto Yani Lorenzo