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Del Irijoa al Martí. Aniversario 140 (primera parte)  

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Por Isachi Durruthy y Enrique Río Prado

El 8 de junio de 1884, en la céntrica esquina de Zulueta y Dragones, se inauguró el Teatro Irijoa. Bautizado como Teatro Martí desde 1899, la celebración por su 140 aniversario es excusa perfecta para evocar algunos de los momentos más relevantes de su historia. Esta selección, que hemos dividido en dos partes, no ha sido tarea fácil pues en ella confluyen los valores arquitectónicos inherentes al inmueble, es uno de los pocos “teatros de verano” del siglo XIX que se mantiene activo, sucesos políticos de trascendental impacto como la primera Convención Constituyente, es este el epicentro de la zarzuela cubana de nuevo tipo, del teatro bufo, relevantes figuras y agrupaciones del arte escénico y no olvidemos tampoco la valiosa programación desplegada tras su restauración a partir del año 2014.

Dejando siempre abierta la oportunidad de revisitar otros memorables sucesos, el Teatro Martí celebra 140 aniversario como ejemplo vivo de nuestra memoria, patrimonio y cultura.

 1884-1900

Un nuevo teatro en La Habana

El 8 de junio de 1884 fue inaugurado en la esquina de Zulueta y Dragones este nuevo teatro con el nombre de su fundador, el comerciante gallego de origen vasco Ricardo Irijoa. El inmueble fue proyectado por el arquitecto Alberto Castro y el escenógrafo Miguel Arias. Intervinieron en esta primera función en favor de la Escuela Taller de El Buen Pastor para niñas pobres y aisladas, los artistas aficionados María Cay (soprano), Enrique Arencibia (tenor) y Rosendo Fernández (barítono). El poeta bayamés José Fornaris en su crónica publicada por el diario El triunfo (21 de junio de 1884) nombra al nuevo espacio como “el teatro de las cien puertas”.

En sus inicios el teatro acogió las veladas y funciones exclusivas para socios del circulo habanero.

 1892: el empresario circense Santiago Pubillones establece su espectáculo en el Irijoa y lo hace llamar Eden-Pubillones.

1896: La compañía de Bufos Cubanos de Miguel Salas estrena en el Irijoa las obras Mefistófeles (21 de enero, por Ignacio Sarachaga y Rafael Palau. Int. Ángel Martínez, Carmita Ruiz y Benito Simancas) y La Mulata María (7 de mayo, por Federico Villoch y Raimundo Valenzuela. Int. Blanca Vázquez, Martínez y Simancas) Entre estos intérpretes se destaca Benito Simancas, el «mejor negrito de los Bufos de Salas», según la opinión del maestro Gonzalo Roig. En los intermedios de estos espectáculos actuó la Banda de Guaracheros, con Ramitos, cantante principal y popular intérprete de la guaracha “Los Frijoles”.

1899: Durante la ocupación militar norteamericana y tras ser rebautizado el inmueble como Teatro Martí el 17 de enero de 1899, zarzuelas y espectáculos de tema patriótico se impusieron para honrar a las tropas mambisas. Entre ellas las efectuadas ese mismo año en beneficio de las fuerzas de Goicuría (17 de febrero), a la cual asistió la familia del Apóstol. Para celebrar el aniversario del reinicio de la Guerra de Independencia, el 24 de febrero se estrenó la zarzuela El Grito de Baire, con libreto de Pozo y música de José Marín Varona. La obra fue repetida al dia siguiente, el 25, a la que asistieron como invitados de honor Máximo Gómez y demás jefes y oficiales del Estado Mayor del Ejército Libertador. Tambien en 1899 se realizó en el Martí la reunión para fundar el primer Partido Socialista de Cuba, dirigido por Diego Vicente Tejera.

 1900-1909

 La Primera Constituyente y la Enmienda Platt

Del 5 de noviembre de 1900 al 21 de febrero de 1901 tuvo lugar en el Martí la primera Convención Constituyente celebrada en Cuba tras el cese de la dominación española. La misma inició con la alocución en inglés del gobernador militar estadounidense Leonardo Wood traducida al español por Enrique José Varona, entonces secretario de Instrucción Pública.

A partir del 2 de marzo y hasta el 12 de junio de 1901 se produjeron intensos debates entre los 31 delegados constituyentes sobre la Enmienda Platt. A puerta cerrada pero rodeados de una fuerte presión popular ante la dramática disyuntiva que suponía la continuación de la ocupación militar norteamericana, la aprobación de la Enmienda Platt como apéndice a la Constitución se produjo por reñida votación en la última fecha con 16 votos contra 11 (con cuatro ausencias).

Estreno en Cuba de la ópera Tosca

En los últimos años el Martí ha sido erróneamente citado como sede del estreno en Cuba de La bohème, de Giacomo Puccini. En realidad, fue otra ópera del célebre compositor italiano la que tuvo su première en este coliseo. El 25 de enero de 1902 la compañía italiana de Mario Lambardi estrena en Cuba la ópera Tosca, protagonizada por Angiolina Turconi-Bruni (Tosca), Filippo d’Ottavi (Cavaradossi) y Salvatore Vinci (Scarpia) y bajo la dirección musical de Augusto Azzali.

1910-1919

Temporadas de éxito y un célebre dueto de autores

En los inicios de este decenio el escenario del Martí fue ocupado durante varias temporadas por el quinteto vernáculo La Japonesita, del actor Alberto Garrido (padre) llamado “el negrito del Martí”. Integraron su grupo las famosas rumberas Cuca de la Portilla y Lina Frutos, además de los actores Marcelino Areán y Manuel Banderas. También la compañía española de revistas de Eulogio Velazco se presentó regularmente con un elenco integrado, entre otros, por la famosa cupletista Consuelo Mayendía y el actor cómico Casimiro Ortas. El 16 de mayo de 1919 esta compañía estrena El recluta del amor, primera colaboración del compositor Ernesto Lecuona y el poeta y dramaturgo Gustavo Sánchez Galarraga.

1920-1929

Brillantez de la zarzuela española

1924: Durante este decenio las compañías españolas de operetas y revistas de Julián Santacruz estrenaron en el Martí numerosas zarzuelas. El año señalado corresponde a dos clásicos indiscutibles: La Leyenda del Beso y Los Gavilanes, protagonizadas ambas por Conchita Bañuls y Augusto Ordoñez.

1925: El 25 de enero se produce el estreno en Cuba de la zarzuela Doña Francisquita. Como dato curioso, su autor Amadeo Vives dirigió la puesta en el escenario del Martí con los mismos intérpretes del estreno en Madrid: Mary Isaura (Doña Francisquita) y Antonio Palacios (Cardona).

Agustín, Roig y Pepito.

 1930-1939

 Una temporada gloriosa para el arte lírico nacional

19311936: La Compañía de Manuel Suárez y Agustín Rodríguez, con Gonzalo Roig y Rodrigo Prats como directores musicales forjaron el período glorioso del arte lírico cubano. Durante estos cinco años subieron a la escena del Martí 379 zarzuelas de los maestros Jaime Prats, Jorge Ánckermann, Eliseo Grenet, Moisés Simons, entre otros compositores. De este prolífero período resaltan las obras estrenadas por los tres grandes, entre las que destacaron:

Mtro. Rodrigo Prats: Soledad (26 de febrero de 1932, que marcó el debut del tenor Miguel de Grandy), Cecilia Valdés (26 de marzo de 1932 con Elisa Altamirano y de Grandy) El Clarín (18 de noviembre de 1932, con Caridad Suárez y Panchito Naya) La hija del sol (24 de noviembre de 1933, con Caridad Suárez y de Grandy) La Habana de noche (17 de enero de 1936, Luisa María Morales, Constantino Pérez y Alicia Rico); Mtro. Ernesto Lecuona: Rosa la China (27 de mayo de 1932, con Elisa Altamirano y de Grandy).

Mtro. Rodrigo Prats: María Belén Chacón (31 de julio de 1934 con Caridad Suárez y De Grandy), Amalia Batista (21 de agosto de 1936 con Maruja González y De Grandy)

Además, el 3 de mayo de 1936 subió a escena La emperatriz del Pilar última obra del maestro Jorge Ánckermann, protagonizada por Hortensia Coalla y Miguel de Grandy. Durante esta temporada se interpretaron casi todos los títulos del binomio Lecuona−Galarraga estrenados con anterioridad en otros escenarios habaneros como El cafetal, María la O y Lola Cruz.

Es interesante resaltar que en todas las obras presentadas en esta temporada los actores Candita Quintana, Alberto Garrido y Federico Piñero interpretaron los personajes vernáculos de la mulata, el negrito y el gallego respectivamente. Los dos últimos trabajaron juntos aquí por primera vez.

1940-1949

Figuras inolvidables del Martí

Este decenio marca el asentamiento definitivo de un grupo de actores, directores y compositores que en la década precedente iniciaron su memorable trayectoria en el Teatro Martí. Entre 1941 y 1947 los nombres de Candita Quintana, Alicia Rico, el Chino Wong, directores como Agustín Rodríguez, el maestro Rodrigo Prats, sin olvidar el dúo inigualable de humoristas Garrido y Piñero, se instalaron definitivamente en el imaginario popular y en la historia del Coliseo convirtiéndose en iconos indiscutibles del teatro popular cubano.

Candita Quintana en el papel de Iluminada Pacheco.

 1950-1959

Dos mujeres de éxito

1952: Como empresaria Rosita Fornés fue indudablemente una figura peculiar y triunfadora. Al regresar a Cuba procedente de México creó su propia compañía de operetas debutando en el Teatro Martí con Pardon Madame y Victoria y su húsar, bajo la dirección musical de los maestros Gonzalo Roig y Rodrigo Prats y un elenco con destacadas voces líricas que incluyó a Miguel de Grandy, Zoraida Beato, Armando Bianchi y Conchita Brando. La gran vedette cubana contribuyó a reponer en la escena nacional varios clásicos del teatro musical español como Las Leandras junto a Rolando Ochoa, Los Gavilanes, La verbena de la paloma, Luisa Fernanda, entre otras.

1956: Pepita Embil, madre del célebre tenor Plácido Domingo, debutó en la compañía de zarzuela española de Faustino García, que actuaba en el Teatro Martí, el viernes 27 de abril de 1956. Además, estrenó en Cuba la zarzuela del compositor español Federico Moreno Torroba, María Manuela (10 de febrero) y El canastillo de fresas, último título de Jacinto Guerrero (2 de marzo). Interpretó además La Montería, La del soto del Parral, La Dolorosa, Los claveles, La rosa del azafrán, El gato montés y Luisa Fernanda. El último título, en una función especial a beneficio de la Casa del Retiro del Artista, fue realizado junto a Rosita Fornés. Entre otros intérpretes de esta compañía se destacaron la tiple cómica Teresita Silva, el barítono Alberto Aguilá y el actor Antonio Martelo —los dos últimos regresaron al Martí como empresarios dos años después y tuvieron un formidable éxito de público y crítica.

1960-1977

De la gloria teatral al cierre indefinido

1961: el 3 de diciembre debutó la Compañía Vernácula de Carlos Pous y José Sanabria, quienes actuaron exitosamente en este escenario durante cinco años con un notable elenco integrado por Alicia Rico, Candita Quintana, El Chino Wong, Zenia Marabal, Américo Castellanos, Natalia Herrera, entre otros artistas.

1965: el Teatro fue objeto de una remodelación a cargo del arquitecto Raúl Oliva que se extendió durante unos cinco meses. Se recuerdan sobre todo las transformaciones del bloque delantero con arcadas y portales que caracterizó el inmueble durante los años 20 del pasado siglo. Aquella construcción, que escondía las fachadas originales del inmueble, fue demolida como parte de estas obras que permitieron recuperar el área de los jardines.

La reapertura, ocurrida en junio de ese mismo año, marcó el debut del prestigioso Grupo Teatral Jorge Ánckermann que tuvo un rol protagónico en el escenario del Martí. Bajo la dirección musical del maestro Rodrigo Prats y la dirección artística de los dramaturgos Eduardo Robreño y Enrique Núñez Rodríguez, se estrenaron obras vernáculas y antologías del repertorio lírico cubano, que alcanzaron notable éxito. Figuras como Candita Quintana, Alicia Rico, Idalberto Delgado, Julito Martínez, Ramón Espígul, Carlos Moctezuma, Martha Denis, integraron el grupo y formaron parte de un catálogo de obras memorables como El velorio de Pachencho de los hermanos Robreño, El bravo, Dios te salve comisario, Voy abajo, Gracias doctor, Yo soy aquella, todas del inigualable Enrique Núñez Rodríguez.

1966: en noviembre la actriz Candita Quintana recibió uno de sus más aclamados triunfos junto al Grupo Teatral Jorge Ánckermann. En el marco del VI Festival de Teatro Latinoamericano de Casa de las Américas se produce el estreno de El premio flaco, del dramaturgo Héctor Quintero bajo la dirección de Adolfo de Luis. En el papel de Iluminada Pacheco, el público descubrió el desdoblamiento dramático de esta versátil actriz, quien —alejada de su célebre mulata bullangera— obtuvo premios y reconocimientos en el Festival. El teatrista soviético Yuri Liubimov, miembro del Jurado del Premio Casa, opino: “Candita podría interpretar a cabalidad la parte de Madre Coraje de Bertolt Brecht”

El 29 de diciembre de ese mismo año se produce el fallecimiento de otra sobresaliente actriz integrante de esta agrupación teatral. A pesar de sus padecimientos cardiacos, Alicia Rico, incesantemente aclamada por su público, bailó la rumba durante la apoteósica puesta de Gracias Doctor y Yo soy aquella. Al finalizar la puesta, la actriz se desploma y fallece a la salida de su amado teatro.

 En la década de 1970 se acrecienta el mal estado del inmueble y finalmente el 23 de octubre de 1977 la Dirección de Teatro y Danza del Ministerio de Cultura instruyó su cierre para la restauración definitiva. Una intención que no logra concretarse y que desencadenó el lamentable deterioro constructivo del inmueble. Sobre este aspecto y sobre el renacer del Coliseo de la calle Dragones volveremos en la segunda entrega de este trabajo titulada “Volver al Martí”.

Imágenes: Archivo Río Prado