Por Noel Bonilla-Chongo
…es viaje,
traslado, movimiento,…
Javier Contreras Villaseñor
Hoy es primero de Mayo, Día internacional de los Trabajadores, marco que acoge el cierre de la primera edición de la Jornada Internacional Danzar en Casa. Y también la lluvia mañanera nos despertaba bien temprano en Ciego de Ávila, entonces, se imponían otros modos bailantes para la celebración: seguir danzando en diálogo, intercambio de saberes entre nuestras danzas y los bailes de México y Paraguay, países venidos al evento. Tiempo para volver a la poesía, como la que nos regala el maestro mexicano Javier Contreras Villaseñor en el pórtico de estas notas.
Ser viaje, traslado, movimiento y más para seguir danzando. Ahí está la clave para regresar una y otra vez al cuerpo que fabula y reinventa maneras distintas de converger en torno al baile. Danzar en Casa, ya se hacía inminente, necesaria, sobraban pretextos para ello: el poder convocante de sus anfitriones, los públicos avileños que reclaman cercanías más próximas, todo lo aportado por las danzas, músicas y las tradiciones propias de esta región central de nuestra Isla, junto a quienes, avisados y casuales, llegamos a Ciego de Ávila sorteando mares y tierras, caminos y distancias, tras el generoso convite del primer encuentro.
Una atractiva agenda que integró talleres, fórums temáticos, clases magistrales, intervenciones públicas, extensión comunitaria, donación de videotecas, revistas, libros, publicaciones diversas sobre danza y, variadas muestras artísticas (anunciadas como maratones danzarios), presentaron a creadoras y creadores de aquí y de otras comarcas.
El poder seductor de la acción y el pensamiento nos convidó de la mejor manera, desde las buenas razones e intencionados motivos de cada una y cada uno de nosotros, artistas e instituciones cubanas y extranjeras. Profesionales y amateurs, maestros, críticos, investigadores, gestores culturales. Bailarinas y bailarines de las compañías avileñas (Danza de los Placeres, ArtNova, AlArte) que habitualmente muestran su hacer artístico en las instalaciones hoteleras del territorio, ahora estuvieron en todos los escenarios de la ciudad y las comunidades para desafiar la gravedad, los ejes, los centros. Excusa para entregarse a una danza múltiple y total. Aquella capaz de trascender el movimiento para atrapar espacios inexplorados, conocidos y hasta (im)posibles.
En esta ocasión, la compañía Zama como invitante en homenaje a Ángel Omar Morán Paz, hijo ilustre de esta tierra y quien sistematizara, tras una seria investigación creativa de fuentes, las singularidades de los bailes campesinos de Majagua, nos dio la bienvenida. Ellos, formados por Morán, el instructor de arte y fundador de la hoy multipremiada compañía XX Aniversario (antes Brigada Majagua y Cabalgata Guajira), sin “dejar volar al buey” ha logrado articular de manera exquisita todo el legado de la cultura popular tradicional campesina, los “re-inventos” músico-danzario de los bandos rojo y azul, para servir de argumento en las recreaciones de agrupaciones aficionadas y profesionales cubanas y, algo fundamental, en la introducción de estos aportes en los planes de estudios de nuestras escuelas de danza.
Insisto, Danzar en Casa en su despegue ha mostrado las potencialidades de este territorio para convertirse en bisagra oportuna en todo lo que se pudiera generar alrededor de la danza en el Oriente y Occidente cubano, en la transfronterrización y diversidad de otras danzas (nuestras e internacionales) en convergencia con las celebraciones por el Día Internacional de la Danza (el pasado 29 de abril). Constatar la apetencia de los públicos, el seguimiento a las acciones agendas, el acompañamiento de las autoridades gubernamentales e instituciones provinciales y municipales, son evidencias de lo que ya significa esta primera Jornada en el sistema de eventos de las artes escénicas cubanas.
Justo ahora, cuando el cuerpo danzante, aun siendo presencia, extraña la viva escena de Danzar en Casa, la luz ofrecida es hechizo, la música un eco que resuena apresada en la distancia, el deseo generado nos sigue convocando en pos de una danza que nos haga cada día más sabios y humanos, procurando captar la permanencia de lo efímero. Si la danza es acción, el aprendizaje que nos dejan estos intensos días vividos en las calles, plazas, parques, galerías de arte, comunidades en transformación o en los salones de la escuela vocacional de arte Ñola Sahig Sainz (espacio que alberga los empeños de Metanoia, novel proyecto de danza contemporánea) son develaciones, conexiones, alianzas para explorar los múltiples vocabularios propuestos en la percepción de las cualidades que la danza ha mostrado en su deseo de hacernos felices.
Celebrar hoy día de los trabajadores, la labor irrenunciable de los cuerpos danzantes, de la acción crítica acompañante, de la necesaria investigación en torno a todo lo aportado por los bailes de Majagua, es voluntad en la acción de los anfitriones de esta primera jornada. Sí, celebremos la dicha de contar con buenas voluntades cómplices, amadoras de mejores posibles. Sólo así el cuerpo dilatará su poder, sólo así la peripecia dinámica y mental tan necesaria en la danza espectacular de estos tiempos, vendrá para trastocarnos en danzarines narrantes de múltiples historias. De esa que nos pertenece en memoria viva de un cuerpo que invita a Danzar en Casa como tiempo fértil para volvernos danza.
Fotos Ingrid Lobaina