Por Lázaro Benítez Díaz
La Universidad de las Artes (ISA) abre un espacio al pensamiento, al diálogo, al cuestionamiento y al análisis de las obras dancísticas que se presentan en la escena cubana, sean nacionales o internacionales. Dirigido por estudiantes de la especialidad de Danzología (crítica e investigación de la danza), de la Facultad de Arte Danzario, Danza al Descubierto se convierte en el primer espacio de encuentro con la crítica fuera de festivales y concursos.
¿Cómo comenzar a llenar una página que se te presenta en blanco? ¿Cómo agrupar todas las ideas en un camino lógico y legible? ¿Necesitamos documentar la historia? ¿Cómo pensar la danza? Algunas de estas preguntas sirvieron para entrar en el mágico y abstracto mundo de las ideas, que partiendo de un estímulo se transformaron en necesidades. La danza cubana lleva recorriendo diversos caminos desde hace ya varios años. La autonomía del creador le permite experimentar y explorar sobre el diseño de luces, el vestuario, la música y la partitura coreográfica ¿Serán estos caminos acertados?
La multiplicidad de direcciones muestra al creador las diferentes vías para llegar a un objetivo específico. La contemporaneidad, como escudo protege a muchos, que utilizando la frase “esto es contemporáneo” tratan de justificar algunos baches injustificables. ¿Quién o quiénes les hacen ver a los coreógrafos sus ausencias? Evidentemente son muy pocas las voces que se levantan, la crítica de danza es muy aislada en comparación a las otras manifestaciones artísticas.
Hace un poco más de cinco años un grupo de pensadores decidieron revertir el suceso, darle un cambio radical a la historia y dinamitar el pensamiento en la danza. Este grupo de pensadores, evidentemente críticos de la danza, se lanzaron a la idea de crear un perfil en la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes (ISA), especializado en el análisis y la investigación de esta manifestación.
Con cuatro años de creada y con dos promociones en proceso de formación se puede ver como en casi todos los medios de prensa existe algún comentario dedicado a la danza.
Danza al Descubierto es la manera que los estudiantes de Danzología encontraron para de alguna forma devolverle al “grupo de pensadores” la ausencia crítica en la danza que comienza ahora un camino.
Tres han sido los encuentros realizados, sirviendo la 25ta edición del Festival de Ballet de La Habana para invitar a las compañías que se han presentado en la escena a dialogar con la joven crítica. Este laboratorio tuvo sus inicios en varios puntos uno la creación del boletín Giros, otro en las publicaciones para varios sitios digitales dedicados a temas culturales y la tercera en el Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación DANZANDOS.
El primer encuentro se realizó con la Martha Graham Dance Company, un debate llevado desde la gestión de producción, promoción hasta la conservación de una técnica y el valor de presentar en la escena obras históricas como Lamentation. De seguro este encuentro llevó a que algunos creadores se cuestionaran si son contemporáneos o modernos en sus creaciones.
El segundo fue con los protagonistas de la pieza Dub Love, Cecilia Bengolea y Franciose Cochaud. Esta puesta cuestionaba lo posible en la danza, transgredía los criterios sobre qué puede ser académico, qué puede llevarse a escena, qué entendemos como danza. Sobre unas puntas los intérpretes mezclaban el ritual con el espectáculo dancístico. Aún quedaron zonas que no pudieron ser profundizadas por la barrera del lenguaje y las costumbres.
El tercero estuvo dirigido a los ganadores del concurso DAZNANDOS y algunos de los participantes. Voces emergentes en la coreografía, sin mucha experiencia en la escena pero sí con varios años de estudios abrieron el análisis a la danza cubana. Cuatro piezas sirvieron para estimular no solo a la creación, entender que el autonomismo también trae errores y que el espectador busca de cierta forma identificarse con lo que ve. Las piezas tituladas, ¿Y tú qué?, En silencio, Unánime y Luminiscencia fueron el impulso a las diferentes creaciones.
La danza no puede ser un conjunto de movimientos elaborados unos después del otro, se necesita alejar el arte del deporte, aunque existen compañías que llevan muy bien la idea del deporte y no del arte. A pesar de ello debemos comenzar a estimular una danza desde el pensamiento que documente sus procesos que cree pautas en su creación que haga trabajos de mesa, que investigue y sobre todo que se cuestione todo lo que sube a escena.
Lamentablemente el espacio no siempre favorece a las puestas, la ausencia de los elementos técnicos del teatro despojan a las presentaciones de muchos parches que también pueden ser analizados. Los espectadores, en su mayoría, son alumnos y profesores del ISA y de la Escuela Nacional de Danza.
Con el apoyo de las profesoras Marilyn Garbey, Mercedes Borges y la Facultad de Arte Danzario, este grupo de alumnos de Danzología se dispondrá a seguir cuestionando, investigando y creyendo en la danza como el lenguaje infalible del cuerpo.