Por Maikel Chávez García
“Cuando llegue la Luna llena iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago…”
Federico García Lorca
Pase de lista urgente. ¿Está toda la compañía? Creo que uno de los valores fundamentales del ser humano es ser agradecido. Por eso esta crónica es para agradecer a ese equipo genial de teatro guiñol El Mambí que nos ofrecieron todo lo que resume al santiaguero de a pie: hospitalario, jaranero, amigo, colaborador. Es injusto comenzar a relatar nuestro paso por aquí sin mencionar a Pastor Pérez, o a los técnicos de luces y audio, Roberto Pozo y Manuel Álvarez, al hombre de la tramoya William Gali, utilero Luis A. Sintra, a la auxiliar de sala Yanet Pallas o a Yusmary Choven, y en la recepción, Luz María Bernes. Ellos son una familia teatral. Ellos fueron los principales protagonistas de la gira en Santiago de Cuba.
La ciudad y sus gentes se nos presentaron generosas y hospitalarias. Parecería esto un sitio común, pero no lo es. ¡Santiago es Santiago!
Vida y milagro de Federico Maldemar, espectáculo con el que Teatro Pálpito celebró sus 25 años de fundado, llegó a la tierra caliente para calentar sus motores y renovar sus energías creativas. La sala de teatro guiñol El Mambí nos acogió durante los días 5 y 6 de febrero. Dos funciones que fueron premiadas por la ovación de un público culto y conocedor. Un público que nació y creció al amparo de los cantos de Sindo Garay y la rebeldía de Fidel, Raúl, Heredia…, y tantos seres que siguen haciendo de esta ciudad un sitio heroico.Claustrofobias Promociones Literarias nos acogió con cariño desde antes de nuestra llegada. Y en las grandes pantallas de la calle Enramadas se publicaba nuestra promoción. También los colegas de Tele Turquino y el periódico Sierra Maestra. La conferencia de prensa fue un momento ideal para dialogar con estos amigos de los medios de difusión masiva, tan necesario para la promoción de la obra teatral.
Confluencia de discursos fue el momento del encuentro con los alumnos de la escuela de arte. Sorpresa inesperada al saber que mi obra Con ropa de domingo, se monta por esta ciudad.
Visitas obligatorias al cementerio Santa Ifigenia, honrar al maestro fue sentir su bendición; al santuario El Cobre fue sentir que nuestra patrona nos amparaba en ese instante; subir la loma del Cimarrón valió la pena para sanar el alma y sentir paz. Visitar la Casa de la Trova, tomar una o dos copas del auténtico Ron Santiago; comer su exquisita comida o montar de corre, corre, en una moto (transporte habitual y cual avispero se distiende por toda la ciudad). Todo ello llenó nuestras mentes de nuevos referentes para la actuación. Porque el actor es eso, vivir e ir acumulando experiencias para sus personajes.
El arte debe provocar renovadores deseos de vivir. Creo que esta estrategia creativa del Consejo Nacional de las Artes Escénicas de llevar a toda la geografía del país diversidad de espectáculos es un acierto más que nos hace crecer desde ese intercambio maravilloso de la obra con su receptor. Ganamos ambos: El público y los artistas. Un puente comunicativo que hace crecer y replantearse nuestra posición aquí y ahora.Este 7 de febrero se entregaron en la sede de la UNEAC las nominaciones a los Premios Caricato por las mejores actuaciones del año 2018. Teatro Pálpito contó con el privilegio de tener dos nominados, Ana Patricia Martín Pomares y un servidor. No estaremos en la gala porque continuamos de gira, pero, contentos porque los premios son el estímulo al trabajo, y sin trabajo no hay premios.
Esta última función donde los espectadores aplaudieron alrededor de cinco minutos ovacionando la obra, quedará por siempre en nuestros corazones.
Considero que, a pesar de aciertos y lunares, esta es una excelente estrategia del Consejo Nacional de las Artes Escénicas para llevar lo mejor del teatro cubano a sus públicos.
¡Atención Guantánamo, tierra de gente linda, ya vamos para allá!
Fotos Teatro Pálpito
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