Camagua Folk Dance 2024: abre sus puertas al mundo

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Por Noel Bonilla-Chongo

El V Festival Internacional Camagua Folk Dance, a desarrollarse en Camagüey entre el 11 al 15 de diciembre próximos, reitera su abierta convocatoria a las expresiones más diversas de la danza. Fundado por el maestro Fernando Medrano, director de la compañía Camagua, el evento se ha instalado como distinguido lugar de encuentro para la danza cubana y foránea, al tiempo que la provincia sigue siendo núcleo sensor certero donde convergen las artes escénicas del país y de muchos otros lugares. Los diferentes espacios de juntura que, en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy se vuelven puntos de mira de nuestras danza y teatro, permiten detectar cambios, limitaciones, apuestas, rutas y variaciones en el camino.

Camino que Medrano y la compañía han sabido labrar desde la excelencia de sus producciones espectaculares donde lo danzario y musical confluyen con madurez y creativa elegancia. El Camagua Folk Dance también se ha redefinido con los tiempos, nótese que ni los despojos de la pandemia de Covid-19 coartaron el deseo de que carne y espíritu se apoderaran de la virtualidad como escenario y franja de intercambio entre cubanas y cubanos con colegas artistas del mundo.

La cita camagüeyana en este 2024 envuelve en su conglomerado las competencias de bailes de parejas, modalidad nacional, internacional y para estudiantes de la enseñanza artística; las galas especiales y presentaciones de colectivos invitados, así como los habituales espacios teórico y de homenajes. Personalidades notorias y experimentadas en la creación artística elegirán, dentro de los concursantes, aquellas parejas e intérpretes que se destaquen en sus desempeños y calidades singulares.

El V Festival Internacional Camagua Folk Dance en este 2024, será asimismo balance del tiempo transcurrido, de los aprendizajes en la organización, en los modos vinculantes de participantes asiduos, noveles y de los públicos. Una programación que no se permite pausas, entre clases maestras, talleres, debates, conferencias, encuentros temáticos, extensión comunitaria, presentaciones teatrales y concurso, casi no hay espacio al ocio, la pereza o la mansa contemplación.

Todas y todos, desde los roles asignados o atribuidos, se vuelven protagonistas de una acción que moviliza a la ciudad, a sus artistas amateurs y profesionales, así como al conjunto de instituciones culturales del territorio y nacionales.

Parques, plazas, galerías y corredores, recuperan su eje en la articulación de una nueva cartografía danzaria multilateral e inclusiva, donde las instalaciones teatrales y el espacio urbano se tornan escenarios afines.

Sin duda alguna, ese camino andado por Medrano y su equipo de trabajo, junto al acompañamiento de la ciudad toda, reivindica el valor de lo andado y consolidado a través del tiempo y, lo más oportuno, cuánto nos queda por re-descubrir en nuestro desigual presente de bailes y danzas, de grafías coreográficas, de modos seductores de tramar el danzar en dueto.

Y es el baile en parejas uno de los ítems que más seduce, no solo a danzantes y concursantes, también a la expectativa de profesionales, de los públicos y, en grado razonable, a la propia gestión institucional quien, atendiendo a esa variedad de caminos para concebir la coreografía e interpretación dual, estima la amplia convocatoria del evento como estrategia importante de desarrollo.

En mi visión personal y especializada, creería que el ancho mundo recorrido por Camagua, por Fernando Medrano con la compañía y con otros proyectos creativos anteriores, ha dotado su visión extendida del espectáculo escénico y de las dinámicas de este tipo de encuentro en la actualidad. Un pase rápido de ojos por la trayectoria y espacios recorridos nos augura que el Camagua Folk Dance en este 2024, es registro temático de la danza como territorio de “identidades múltiples”.

Participantes e invitados de quince países del mundo (de Botsuana a Chile, solo para tener una idea de lo geográficamente distinto) y de casi toda Cuba, en prensada agenda de programación y concurso, mostrarán cómo espacio, tiempo y energía se devuelven en la variedad de sus ritmos, dinámicas, diseños, sonoridades, vestimentas y motivaciones para danzar en pareja.

Y ahí, la mira del jurados y espectadores, también de la crítica y especialistas asistentes. Y aun cuando sepamos que “las artes no son conjuntos uniformes y hechos con los mismos materiales” (en disposiciones de Susanne K. Langer), en las diferentes prácticas dancísticas existe una heterogeneidad de materiales y, por lo tanto, una heterogeneidad de categorías que se ponen en juego a modo reglado de normas que, por igual, ofrecen un sinfín de maneras de entender la creación coreográfica en su transitar de la tradición a la contemporaneidad.

Pero, en términos de investigación/creación, las normas están hechas para ser violadas, perforadas por la capacidad, ingenio y transformación de lo escénico. Quiérase que esa forma de conexión entre dos danzantes, donde ambos se relacionan de manera armoniosa y complementaria, en la medida que cada uno desempeñe su rol específico, muestre su personalidad artística, mantenga su identidad y autonomía individual, sepa que, bajo la operatoria del dúo, juntos forman una unidad que se mueve en sincronía, en acople, donde la energía que fluye libremente entre ellos, los mantiene siempre conectados.

Bailar en pareja (no olvidemos la codificación académica del pas de deux definido por Petipa), es una expresión de afecto, vínculo y libertad ajustada.

Danzar en dueto implica aprender a equilibrar la individualidad y la autonomía de cada parte, en la medida que cada uno establece intereses y metas compartidas de manera clara y definida, más allá de lo pautado en la coreografía. Y en ella, complicidad, concordancia, improvisación, pertenencia, inmediación, asunción consciente del rol, son dispositivos eficaces para que, unidad, conexión energética consciente e indivisible, le otorgue a la danza la experiencia liberadora, regia y creativa que el bailar ensemble, propicia a la pareja y a quien observa o evalúa su ejecutoria, incluso, más allá de la técnica perfecta de cuerpos virtuosos.

Bailar en pareja, y todavía más bajo el prisma de una competición, fuera de preferencias, distinciones, trayectorias anteriores o circunstanciales concesiones, devela cuán seductor podría ser descubrir la magia de la conexión y el trabajo en equipo, cómo la expresión y presencia escénica fomenta la requerida habilidad de la escucha atenta en cada una de las figuras danzantes, de la música, las combinaciones de pasos, acrobacias, manejo de los vestuarios y atributos, etc.

Con la edición del V Festival Internacional Camagua Folk Dance, Camagüey 2024 insiste en ser plaza para lo mejor de la escena danzaria al centro oriente cubano y desde allí abrir sus puertas al mundo. Voto para que el necesario evento teórico que como fórum de debate y reflexión signifique ganancia en la audiencia de invitados y participantes, entre lenguajes e idiomas distintos y modos comunes de aferrarse a la danza como salvación del encuentro presencial de artistas y públicos, y así generar una plataforma, no menos necesaria, que registre nuestros quehaceres y producción de conocimientos especializados alrededor del lema “Danzas tradicionales: identidades múltiples”.

Hoy más que nunca, la danza recupera ese vínculo ancestral que lo une al mundo, ya sea desde el más evidente apego formal al movimiento generado en la tecnicidad del cuerpo danzante, desde el reciclaje enunciativo de formas tradicionales y folklóricas de ritos danzados, desde esas líneas definidas por los bailes de salón, hasta por la invención de maneras híbridas y bifurcadas que quebrantan heterogéneas corporalidades.

Cada uno de esos modos de ser en danza, facilitarían nuestra comprensión del hecho escénico, generativo y transformador que es asumir la praxis y teorización del hacer hoy en día de lo presumiblemente atribuido a lo danzario. Quiérase que Camagua Folk Dance 2024 abra sus puertas al mundo desde una ciudad que insiste en ser anfitriona gentil para cubanas, cubanos y colegas de otras latitudes.