Por Fefi Quintana
Cuentan los que cuentan que hubo una vez un libro —como tantos otros— que parecía iba a dormir el sueño eterno en una editorial.
Pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7… ¡12 años! Y nada.
Hasta que un buen día un nuevo equipo de trabajo de la tal editorial se propuso saldar deudas y —¡oh afortunado libro!— comenzó su proceso de revisión de estilo, corrección, emplane, diseño… Con sus ires y venires, claro está. Hasta que estuvo listo.
Por fortuna mayor para ese libro, su autor —compilador en este caso, quien además firma algunos de los textos y tradujo otros— es una persona muy persistente y minuciosa, así que, a pesar de la espera que tuvo que padecer, se ocupó de cada detalle con especial cuidado. No podía ser de otra manera.
Resulta que ese autor es quien está a cargo de la colección Oralia, por donde sale su libro y los demás que en ella se han publicado. Su nombre: Jesús Lozada Guevara.
Pues ese tal Lozada, que es médico de profesión, se ha dedicado a la narración oral en cuerpo y alma. Así lo atestiguan los títulos de Alarcos: El vuelo de la flecha. Técnica y teoría del arte de narrar, El trigo y la cizaña —de su autoría—, y otros que se deben a su gestión, como Celebración del lenguaje, de Adolfo Colombres. También da absoluta fe de su entrega su presencia en los escenarios, que se ha visto reconocida con numerosos premios, como el Cuentería (de Cuba) y el Chamán (de España). Asimismo, ha organizado y participado en eventos de narración oral y preside dicha sección en la Asociación de Artistas Escénicos de la Uneac, y un sinfín de cosas.
Pero volvamos al mencionado libro —oh, justicia divina, ¿dónde estás?— parece que ese título estaba marcado por la Suerte del Sueño Eterno. Porque una vez que en la editorial estuvo listo y se envió al Instituto Cubano del Libro, en 2021, tuvo que volver a esperar: que si la imprenta, que si el papel…
Hasta que, y a petición del famoso autor, decidimos optar por su publicación digital. Vaya fortuna del libro, y de sus futuros lectores.
Qué maravilla tener la posibilidad de encontrar, reunidos en un solo volumen, trabajos de investigación sobre narración oral de los más prestigiosos estudiosos del mundo, también conocer las experiencias de maestros de la palabra que han llevado cuentos ancestrales a disímiles parajes. Su lectura resulta en un recorrido por la oralidad que va desde asuntos puramente académicos hasta temas más coloquiales y vivenciales.
Lo digo, yo, que fui su editora y que de algún modo quise explicar eso en la nota de contracubierta para el libro impreso, que ojalá ocurra el milagro y pueda ser.
Se la leo:
«Bajo El árbol de las palabras nos agruparemos para escuchar con atención a narradores orales de varias latitudes que cuentan de tradiciones, teorizan sobre el paso de la literatura a la oralidad, analizan cuentos folclóricos, conceptualizan acerca del estilo o hablan de la narración oral contemporánea y su evolución, inseparable de la historia misma de la humanidad…
»“Todo o casi todo contiene este libro-río que se abre en múltiples brazos, como un delta tropical”. Así afirma el prestigioso antropólogo argentino Adolfo Colombres en su prólogo para esta abarcadora y sustancial antología.
»Su lectura será como un viaje a los orígenes —digo yo en la nota—, donde podremos escuchar múltiples voces. Y si atendemos mejor, con el oído pegado a la tierra, seremos capaces de sentir —vaya privilegio— el sonido del mundo: la palabra viva».
Así que, al fin, tenemos en formato digital para el interesado y para todo aquel que se motiva por la narración oral: El árbol de las palabras, Jesús Lozada Guevara.
Imagen: Portada del libro El árbol de las palabras