La actriz Mariela Brito da testimonio en exclusiva del proceso que tuvo Arrivals, puesta en escena de El Ciervo Encantado, que se mantiene en cartelera hasta el próximo 1ro de julio.
Por Mery Delgado / Fotos Sonia Almaguer
La actriz Mariela Brito siempre abre sus procesos de creación a los curiosos de la prensa. Ahora, su invitación para este caluroso junio es el unipersonal Arrivals, trabajo que considera uno de los más difíciles de su carrera.
Contemplado dentro la emigración cubana, actual tema de investigación del grupo, la también fundadora afirma que Arrivals es un díptico, no la segunda parte de Departures. La actriz particulariza, que en este caso estudiaron qué define los regresos de los cubanos.
Después de una larga temporada del espectáculo Departures, Mariela Brito confiesa que comenzaron a pensar en los síntomas que traía el regreso de muchos cubanos al país. Sobre este y otros temas, la actriz conversó en exclusiva con Cubaescena.
¿Cómo fue este proceso de investigación, a quién entrevistaron?
En este caso también es una obra coral. Estoy sola en el escenario, pero es sólo aparentemente, porque hay la colaboración de muchos amigos y personas allegadas a nosotros, que hemos cuestionado con este asunto. Solo que aquí el testimonio no es escrito, es oral. Y entonces hay un fuerte trabajo sonoro con todas esas voces.
Para ello trabajamos con una joven compositora que se llama Sunlay Almeida, quien acaba de arribar de Europa, donde estudió durante algunos años la Transdisciplinariedad. Con todo ese conocimiento y trabajando desde su perspectiva de músico, concibió una banda sonora atípica. Compuso con todas esas voces una coral. Un trabajo polifónico absolutamente donde hay música, pero lo que prevalece son esas voces. No son actores que leen los textos, sino los propios autores quienes tienen una relación íntima y particular con ese texto.
¿Cuál es tu diálogo con estas voces?
Yo pongo el cuerpo. Soy quien ejecuta la acción en la escena, no hay testimonio mío ninguno. Solo acompañada de todo este mundo sonoro espiritual. Para mí ha sido muy impresionante. La voz es muy particular, cada persona tiene su voz única. En la propia investigación hemos descubierto que la voz es lo último que se recuerda cuando las personas mueren, y es algo muy relacionado con el sentimiento, la emoción, la voz cambia según el momento, y todo eso está en Arrivals.
¿El Ciervo Encantado continuará con las problemáticas de la nacionalidad, la identidad, con temas emergentes de nuestra realidad?
Sí. En los últimos años hay una reconfiguración muy visible desde lo material hasta las relaciones culturales. Hay como una nueva ola de transculturación, porque toda esa gente que llega, que viene trae otra experiencia, con aprendizajes, con otras maneras de hacer, de relacionarse profesionalmente, y todo eso está permeando nuestra realidad. El trabajo nuestro ha sido enfocado en eso, enfocado en estudiar lo que es secreto, lo que no es epidérmico, lo que no es la máscara de la cubanidad, si no lo que está sumergido que a veces no es complaciente, a veces es doloroso. Pero hay que hablar de esas cosas.
¿Cuál ha sido el impacto en estas primeras semanas de representación?
Muy interesante, porque el espectador también es una voz. El espectador siente que es parte de la perfomance y ese es nuestro propósito. Que no se sienta ajeno a ese conflicto que representamos y también tenga necesidades de decir: Yo hice esto.
¿Y cómo ha sido tu trabajo como actriz para este personaje?
Creo que este es un poco más radical, es mucho más íntimo y más despojado de teatralidad. Es un segundo paso en este camino que he emprendido con los perfomances y que se define muy bien en Departures, y ahora en Arrivals; que es un trabajo desde lo personal, el trabajo testimonial, de archivo, y que en esta oportunidad me ha sido más difícil todavía porque es muy complicado romper el muro de la representación, y ese muro hay que romperlo todas las noches.
¿Te impones un nuevo reto…?
Pues si claro, son 22 años en El Ciervo Encantado. Creo que para un grupo es bueno plantearse todo el tiempo dificultades, porque si no, empiezas solo a hacer lo que te funciona y ahí ya mueres.