Y fue un intento desesperado de hacer frente a esas inseguridades como creador
Abel Rojo
Por Mercedes Borges Bartutis
Las altas y bajas de la programación de las artes escénicas ha caracterizado la agenda de los principales teatros en el mundo. Las instalaciones escénicas han abierto de manera intermitente, no se puede asegurar la programación de ninguna sala, porque recibir al público siempre prende de un hilo, en dependencia de los rebrotes y de cómo suban o bajen las cifras de contagios.
Cuba ha vuelto a cerrar sus salas. Nuevamente, los caminos que han seguido los creadores de la danza han sido diversos, llenos de iniciativas que tal vez en condiciones normales, no hubiesen estado en sus horizontes o en sus posibilidades de creación.
Muchos artistas en todo el mundo encontraron en el ciberespacio una opción para continuar en contacto con los espectadores. En Cuba, algunos artistas se han unido y han logrado interesantes procesos de investigación con el audiovisual como soporte principal. Recientemente, el primer bailarín Abel Rojo, estrenó en su canal de YouTube un interesante estudio del cuerpo junto al fotógrafo y realizador audiovisual, Anyelo Troya.
La pieza, que se presentan bajo el título de Y, muestra al bailarín Abel Rojo vestido de blanco, cubierto de pies a cabeza, en un espacio donde la neutralidad abraza la mayor parte de esta pequeña obra de casi diez minutos. Dos manos gigantes sirven de una especie de escenografía inestable, que sujeta, abraza y soporta al cuerpo, lo acaricia y a la vez lo atormenta, un cuerpo moribundo que se sacude para buscar vida, en medio de la agitación y de la quietud.
Para los que hemos seguido la trayectoria de Abel Rojo, ha sido interesante encontrar los matices de un recorrido que ha tenido “de todo como en botica”. Abel es uno de esos bailarines descomunales, que siempre será recordado en la historia de la danza cubana, por sus condiciones extraordinarias para el movimiento.
Su paso por Danza Contemporánea de Cuba, compañía donde entró con apenas 15 años y recibió la experiencia de un número importante de coreógrafos, inició su carrera profesional; luego su estancia en el Ciervo Encantado al cuidado de Nelda Castillo, una temporada con Susana Pous en la entonces DanzAbierta, su residencia en MalPaso, así como sus colaboraciones con otros coreógrafos cubanos, donde destaca el nombre de Sandra Ramy, hacen de este bailarín uno de los más prolíferos de la actual escena cubana de la danza contemporánea.
A propósito del lanzamiento en las redes sociales de la pieza Y, contacté a Abel Rojo para saber cuáles fueron los antecedentes de esta propuesta.
“La idea surge como consecuencia de querer crear una nueva pieza y encontrarme teniendo serias dificultades para aceptar, que tendría al menos, en un principio, que interpretarla yo. Siempre me ha resultado muy inquietante y peligroso, abordar un proceso como coreógrafo y bailarín al mismo tiempo. Me sitúa en un espacio en el cual no logro tener una visión muy objetiva. Y fue un intento desesperado de hacer frente a esas inseguridades como creador.
Otra causa paralela es el descubrimiento del ensayo “Fenomenología del presentar”, del francés Jean Frédéric Chevallier, en el cual encontré algunas de las preguntas que también motivaron el trabajo: ¿Cómo analizar lo que transcurre desde el momento en que el artista piensa en hacer una obra hasta el momento en que el espectador, después de haber visto la obra hecha, está pensando en ella? ¿Cómo está construido el artefacto artístico que permite esta evolución? ¿Cuánto podemos afirmar que una idea puede surgir del recipiente que la contiene de una manera pura, y no sea el acatamiento o respuesta a las insinuaciones de un ente invisible y autónomo?”
La edición del audiovisual, hecha por Anyelo Troya con inteligencia y una alta dosis de creatividad, pone a los dos artistas al mismo nivel en esta entrega, donde tanto el bailarín como el realizador, son protagonistas por lo comprometidos que están en esta creación en común.
Anyelo Troya es un fotógrafo autodidacta que gusta de las imágenes panorámicas. Recientemente lanzó su ensayo con fotos en blanco y negro sobre La Habana, donde coloca en un primer plano lo que encuentra a su paso en las calles de su barrio, en la capital cubana.
Sin embargo, este creador también ha reflejado en su trabajo a otros bailarines cubanos, buscando registros atípicos donde los primeros planos, la luz, y el blanco y negro, forman parte de un interesante lenguaje que en este audiovisual alcanza un punto alto.
Sobre la experiencia simultánea con el realizador Anyelo Troya, Abel Rojo explicó:
“Anyelo y yo compartíamos una necesidad casi frenética por hacer arte. Eso y nuestra afinidad de pensamiento, fue lo que nos impulsó para colaborar en la creación de Y. También me gusta pensar que nos necesitábamos el uno al otro. Él quería hacer un videoarte que implicara la danza, y yo deseaba mucho llevar a cabo la imagen que tanto me perseguía, pero sabía que eso solo sería posible con la ayuda de un realizador audiovisual.”
La pieza saca a flote un cuerpo más comprometido con la interdisciplinaridad, un cuerpo que realiza sus propias hipótesis y un estudio más integral de sus potencialidades. En su intenso recorrido, Abel Rojo ha llegado a esas búsquedas con muchas interrogantes y sólo algunas respuestas, pero con la persistencia de seguir aportando, cuestionando, analizando hasta dónde puede “someter” a ese cuerpo que tantos gozos le ha dado como artista.
Recordemos que Abel Rojo fue el único representante cubano asistente a los Premios Benois de la Danza, en 2019. En esa ocasión fue nominado en la categoría de “Mejor bailarín”. Los Premios Benois es un galardón muy cotizado que, por la parte cubana, solo lo han recibido Alicia Alonso en el 2000, Fernando Alonso y Carlos Acosta en 2008, y Rolando Sarabia en 2011.
En medio de las condiciones dadas por el confinamiento de la pandemia que impone el nuevo coronavirus, Abel Rojo continúa demostrando que en paralelo con todo el virtuosismo que ha caracterizado su carrera profesional, es un creador que puede llevar adelante piezas como Y, ensayos de búsqueda con el cuerpo, concebidos para pequeño formato, como ya lo hizo con su obra El piso a cuestas.
Bienvenidos estos trabajos de artistas cubanos que continúan circulando por las redes sociales, dejando que se escuchen sus voces con ingenio y la creatividad.
Fotos tomadas del perfil de Facebook de Abel Rojo.
Usted puede ver el video aquí:
https://m.youtube.com/watch?v=QGJTPEjuj1s&feature=youtu.be