Falco y Fabricio suenan en el Pabellón Cuba

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Por Yoamaris Neptuno Domínguez

Diseñado para la infancia en edad escolar, El Show de Falco y Fabricio es un proyecto audiovisual que combina humor, juego y valores. Vio la luz por primera vez en el año 2019 en Canal Habana y luego pasó a ser asumido por los Estudios de Animación de Cubavisión. Lo protagonizan un adulto y un niño títere, presentadores que dialogan desde la ficción y el disfrute, abordando temas esenciales para el desarrollo emocional y social de niñas y niños: la autoestima, la higiene, los oficios, la identidad nacional, los símbolos y atributos patrios, los juegos tradicionales, los bailes y costumbres de nuestro país. Cada emisión televisiva se centra en un solo tema, por razones de tiempo, pero siempre se promueve la lectura, la amistad y los derechos de la niñez.

Durante este verano, ha salido de la pantalla para encontrarse cara a cara con su público: niñas y niños que ríen, preguntan y participan. La Feria Arte en La Rampa en el Pabellón Cuba, es un espacio que aglutina todas las manifestaciones artísticas y el programa televisivo se ha podido transformar en espectáculo escénico, reafirmando su vocación educativa y afectiva. Lo que en televisión es formato breve, aquí se expande en tiempo y verdadera interacción con los públicos. A solicitud del Centro de Teatro de La Habana y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, el programa ha tenido una peña donde el espectáculo se amplía: se invita a compañías infantiles de teatro, danza y circo, y se abordan más temas, de forma orgánica, a partir de las propuestas de niñas y niños asistentes.

Los intérpretes detrás de Falco y Fabricio  

Falco es interpretado por Falconerys Ramón Escobar López, guionista del programa y el espectáculo, mientras que Fabricio cobra vida gracias a Kenia Idalmis Rodríguez Núñez. Juntos, desde la complicidad escénica y el respeto por el universo infantil, logran una comunicación directa y afectiva con su público.

“Detrás de esto no solo hay una defensa y promoción del esparcimiento sano, disfrutable, armonioso, – nos cuenta Falconerys- también hay una promoción y una defensa de la lectura, de la costumbre de leer, acercarse a las historias, a los cuentos y canciones infantiles. Nosotros, desde nuestro espectáculo, seguimos defendiendo la canción hecha para las niñas, los niños, que pueden cantar en la familia. Los padres las cantan porque muchos crecieron como crecí yo, como creció Kenia Rodríguez, la actriz que interpreta a Fabricio, escuchando estas canciones infantiles. Por tanto, las cantan y los niños ven que sus padres las cantan. Y ahí se da un espacio de comunicación, de cohesión generacional, que no solo está desde el ir a disfrutar, a jugar en familia, sino también reconocer lo que está cantando mi mamá, mi papá, o mi abuela. Se preguntan: ¿Qué están cantando estos personajes? Y a partir de ahí, los acercamos a la lectura, a los juegos, a la música infantil. Y esto, por supuesto, es no enmarcarnos en un espacio tiempo televisivo; sino además poder realizar muchas más actividades con el público en vivo, tocarlos, hablarles, mirarlos a los ojos, verlos sonreír… hacerles el día y la vida un poquito más hermosa. Yo creo que ahí está la capacidad de servicio que podemos generar en momentos tan difíciles como estos. Hacerlos sonreír y cambiarle por un momento la vida.

 

Sacar el show de la pantalla y llevarlo a comunicarse directamente con su público —no solo con las infancias sino con las familias que las acompañan— puede ser muy valioso y es sumamente nutritivo. No solo porque confirma que el programa gusta, que los personajes gustan; sino que transformas el día a día de niñas, niños y familias que se unen para compartir un momento de alegría.” 

Por su parte Kenia comenta:

“Allí lo más lindo es ver cómo el público reconoce el programa y todo el mundo piensa que quien anima a Fabricio es un titiritero hombre. (sonríe) Fabricio no solo habla: pregunta, se asombra, se equivoca. Y eso permite que los niños se identifiquen, que se sientan parte. El juego escénico es también una forma de educar, de acompañar sin imponer.” 

Ambos concuerdan que, en ese cruce de generaciones, la música infantil se convierte en puente, en abrazo… Las actividades que se han realizado en el Pabellón Cuba y otros espacios de la capital confirman que los personajes conectan y el objetivo se transforma en el impulso del juego, de la lectura y los afectos compartidos.

Falco y Fabricio no solo entretienen: crean puentes, siembran valores y acompañan a la infancia desde el juego, el afecto y la memoria. Son ellos los que hacen la invitación a la última función en el Pabellón Cuba que será el próximo 24 de agosto a las 2:00 p.m.

Suénaloooooo!!!

foto tomada del perfil de Facebook de Kenia Rodríguez Núñez