Por Yoamaris Neptuno Domínguez
Indagar sobre el Proyecto Juntarte te lleva a escuchar muchas veces el término “cadena de valor” y si les pasa como a mí, que tardé en comprender realmente lo que significa; puede que funcione la conversación con la socióloga e investigadora del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), Claudia Amanda Betancourt Torres.
Sus títulos pueden hacernos pensar en una persona “bien adulta” pero solo tiene 31 años y recuerda con claridad su acercamiento a las diferentes manifestaciones del arte no solo como espectadora; también mediante el juego donde demostraba sus inquietudes artísticas.
Fue una niña extrovertida, comunicativa, sociable, afectuosa, curiosa y atraída por toda expresión creativa, imaginativa y simbólica de la realidad, motivo para inscribirse en talleres y cursos infantiles de danza y teatro, donde se mantuvo hasta la adolescencia y fue el precedente de las clases de actuación y su inserción en grupos de teatro en su etapa estudiantil hasta la universidad.
Quizás esta sea la causa por la que hemos coincidido en lugares diversos como intercambios con artistas, espacios de capacitación, puestas en escena, exposiciones, conciertos y hasta en visitas a instituciones ya como trabajadora del sector cultural artístico y además en su estreno como madre ya que asiste a muchos de estos espacios acompañada de su pequeño hijo; es que todo lo que le acerque al arte y específicamente a las artes escénicas, ha formado parte de su vida en su desarrollo personal y profesional.
Desde el 2015 trabaja en el CNAE y su formación le ha valido para trabajar los temas de Gestión y Consumo Culturales en el campo de las artes escénicas cubanas, perfil investigativo que se ajustaba a resultados esperados del Proyecto “Juntarte: la cadena creativa que hace la escena inclusiva”. En el año 2020 participó en la conformación del equipo de trabajo y de investigadores del proyecto para iniciar en el país un estudio multidisciplinario con enfoque de Cadena de Valor en las artes escénicas.
Intento conocer más sobre su papel en el proyecto y dejamos de hablar en singular para traer al equipo…
¿Qué retos supone promover una economía de la cultura innovadora, tomando en cuenta los distintos eslabones de la cadena de valor de las artes escénicas?
El primer reto para el grupo de investigación fue asumir el inicio de un diagnóstico de la cadena de valor de las artes escénicas cubanas con el estudio piloto en el teatro para adultos y familiar y luego introducir un enfoque como el de cadena de valor. Este es un enfoque que viene de la economía; pero que se ha venido aplicando a otros campos de acción y su utilidad es sumamente funcional, su visión sistémica para caracterizar, analizar y fotografiar los principales procesos o eslabones: creación-producción-programación-comunicación-circulación por los que se transita en la cadena, sus participantes y todo lo que rodea e interviene. Tener una visión tan abarcadora como propone este enfoque, es necesario y se corresponde con los cambios que han ido aconteciendo en el país en la última década en el orden económico, político, social y cultural.
¿Cómo fue el proceso?
Nos dimos a la tarea de diseñar metodológicamente un estudio novedoso, multidisciplinario e integral que se centró en el diagnóstico de la cadena de valor del teatro para adultos y familiar en Cuba, para identificar los “cuellos de botella” y potencialidades existentes, apoyar a los actores claves a lo largo de la cadena con el objetivo de fortalecer los procesos y sus vínculos y lograr propuestas artísticas con las características que perseguía el proyecto.
Lo primero fue la realización de capacitaciones y encuentros formativos acerca de este enfoque y sobre las diferentes disciplinas de las artes escénicas en el país para elaborar los instrumentos y técnicas; así como seleccionar la muestra de la investigación. Contamos con la participación de especialistas y profesores de diferentes instituciones. [1]
Hablar del año 2020 impone hablar de la pandemia Covid 19…
Inevitablemente. Momentos de repensarse. El proceso investigativo del proyecto se desarrolló en gran parte durante el período de pandemia. Nuestra comunicación, reuniones, encuentros con los participantes de la muestra y la implementación de los instrumentos; así como las entrevistas, talleres, cuestionarios, todo esto fue a través de plataformas virtuales, algo que influyó notablemente en los resultados del proceso.
Fue enriquecedor poder trabajar e intercambiar, conocer y aprender de otros profesionales, de nuestros artistas tanto los más consagrados como los más jóvenes, a partir de sus experiencias de vida personal y profesional, de las autoridades y personas que trabajan en la administración y supervisión de la actividad escénica en el país, de creadores extranjeros, etc. Juntar esa variedad de participantes fue desafiante en el contexto pandémico y beneficioso porque abrió paso al diálogo colectivo, a enlazar conexiones en beneficio de la creación y producción escénicas cubanas más inclusivas y sostenibles.
El haber podido trabajar con el grupo de investigadores que inició el desarrollo del estudio y el grupo que lo concluyó, me hace reconocer que todos son grandes profesionales que como equipo supimos superar pandemia, obstáculos, resistencias, negaciones, cambios… para llegar a los resultados obtenidos con una positiva capacidad de resiliencia de este colectivo.
Hablar de resultados implica mencionar que pudimos trabajar y potenciar las áreas de la investigación, creación, producción, programación y circulación de propuestas escénicas de jóvenes creadores cubanos, transversalizando en todo el proyecto el enfoque inclusivo y la equidad social, en contra de las discriminaciones. Pienso que un proyecto como Juntarte se necesitaba en el universo de la creación escénica en el país, tanto para los propios creadores como para el sistema de instituciones y la involucración de otros actores económicos de la sociedad en la producción escénica cubana.
Aunque lo que me cuentas pudiera circunscribirse a la investigación a partir de tu rol en el proyecto, imagino que la experiencia de vivir todo el proceso te ha dado otras visiones…
Ser parte de Juntarte ha sido para mí un proceso de aprendizajes y conexiones, mi primera vez participando dentro de un proyecto de cooperación internacional. Un proceso que me exigió como profesional para el necesario trabajo en equipo con profesionales de diferentes disciplinas, formación y procedencia y la interacción directa con nuestros artistas, jóvenes creadores y decisores. Agradezco inmensamente la oportunidad de haber sido parte de Juntarte y de participar junto a personas que admiro y respeto, colegas y amigos.
Una vez concluido el proyecto, ¿qué pasó con Claudia Amanda? ¿Ya incorporaste los “espejuelos de género”?
Creo que no es conclusión, lo que pasamos a una etapa superior. Debemos darles continuidad y acompañamiento a los resultados del proyecto y proponernos lograr mayor repercusión en el resto del país, no solo en La Habana.
Ya, para satisfacción nuestra, está publicado el informe de la investigación que se propuso caracterizar a través de un diagnóstico participativo y dentro del universo de las artes escénicas. Es el Primer diagnóstico de la Cadena de Valor del Teatro para Adultos y Familiar en Cuba.
A partir de mi trabajo dentro del proyecto y de todos los aprendizajes que me llevé, ahora soy más activa en acciones por la inclusión y la equidad social, creo que allí están los espejuelos y me he integrado a otros procesos como los de la Articulación Juvenil de OAR. Vivir experiencias como las de Juntarte nos dotan de conocimientos, herramientas y vivencias que quedan para continuar asumiéndolos en tu vida tanto personal como profesional, cuando te sientes identificado y comprometido realmente con ello. Para mí Juntarte fue un importante catalizador para seguir promoviendo y trabajando en función de ciertos temas y cuestiones que afectan la creación y la producción escénica cubana en la actualidad, sobre todo en los más jóvenes artistas que se disponen a colocar, fundar y consolidar su obra.
¿Qué te llevas de Juntarte?
Me llevo no temer a lo nuevo o romper con lo que se ha hecho de manera tradicional. La posibilidad de ofrecer otros enfoques y herramientas de trabajo a personas, expertos, representantes de instituciones y decisores. Aprender a tratar en base al respeto y a la diversidad. Tratar de despojar de paternalismos y esquemas, de segmentaciones y limitaciones en nuestros radios de acción, incentivando el desarrollo de nuestra creatividad en función del progreso. Conocer de las distancias que aún existen entre los actores y participantes de la cadena de valor. Y mucha empatía, concientización e identificación con los otros y con procesos que no son los tuyos propios.
[1] Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, la facultad de Danza y de Teatro de la Universidad de Las Artes, el Instituto de Filosofía, el ICIC Juan Marinello, el Centro Félix Varela, el Centro Martin Luther King, el Centro Oscar Arnulfo Romero y Fabbrica Europa; estos 2 últimos brindaron vía online un curso sobre Gestión de Proyectos.