Sobre la formación de los críticos, la ausencia de crítica sobre espectáculos de folclor, entre otros puntos, versó el segundo día de la sección Contrapunteo
Por Yuris Nórido
El ejercicio de la crítica, en la danza y en cualquier manifestación, precisa de ciertas competencias. No basta con el interés, ni siquiera con la sensibilidad y el gusto, hace falta, también, preparación.
Rosario Cárdenas, Premio Nacional de Danza (2013), asegura que “no se puede abordar una danza como mismo se enfrenta el teatro. Porque, aunque tenemos leyes que son comunes, cada uno tiene un camino. No porque seamos teatrólogos, incluso danzólogos, somos críticos, porque hay que conocer la especialidad desde todos sus patrones. El terreno de la crítica de danza contemporánea ha sido ocupado por personas que no son profesionales de la crítica de danza, que no están formadas para este ejercicio del criterio. Cuando se quiere hacer algo profesional, hay que formarse. Creo que el problema está en la formación”.
¿Cómo se forma un crítico? Algunos piensan que para ser crítico de danza se tiene que haber sido, o ser, un profesional de ese arte, bailarín, coreógrafo o maestro. Una nueva carreara universitaria apuesta por formar profesionales integrales, que pudieran ejercer la crítica. Pero, ¿es suficiente?
Mercedes Borges Bartutis, crítica y Profesora Auxiliar, informa: “Tenemos hace unos años el perfil de Danzología en la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes (ISA). La primera graduación fue de cuatro muchachas y, paradójicamente, ninguna está escribiendo sobre danza. Entonces, ¿en qué medida formar un crítico de danza te puede garantizar que después que se gradúen ejerzan la profesión de críticos o investigadores de la danza?Maritza López González, especialista de danza del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, cree que “hay una posibilidad de potenciar los encuentros de la crítica para que los hacedores, que a veces se encuentran escépticos con la crítica, entiendan que ayuda, promueve, y da pautas.Ismael Albelo asegura que sería ideal que el crítico tenga el coraje de ponerse una malla y tomar una clase, o entrar en un proceso creativo de un coreógrafo. “Mientras más conocimientos se tenga mejor será la labor del crítico”, asevera.
A estas alturas hay zonas de la creación coreográfica y la interpretación insuficientemente atendidas.
“Por un problema de tradición –enfatiza Albelo– el ballet es una de las manifestaciones que más se publicita. La danza contemporánea también recibe mucho apoyo de la crítica. De la danza folclórica y de las otras especialidades se habla menos”.
Maritza López destaca que “la danza folclórica es una de las zonas menos acompañadas por la crítica. Se escribe muy poco sobre los espectáculos folclóricos a nivel de país y los directores necesitan escuchar la crítica”.La crítica de la danza en Cuba tiene desafíos que implican a los profesionales del sector, pero también a otras instancias.
Mercedes Borges Bartutis insiste en que “la crítica tiene que vincularse un poco más con los procesos creativos de los hacedores. Hay que cruzar la acera y encontrar, del otro lado, cómo se construye el proceso coreográfico. Hay que formar parte del proceso creativo, en la medida que los creadores te permitan acercarte”.
En portada Afrodita !oh, espejo!, Compañía Rosario Cárdenas
Fuente Noticiero Cultural / Televisión Cubana
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